Cada vez hay más estadísticas que nos hablan de la depresión y la soledad en la adolescencia. La pandemia ha hecho que se nos vean las costuras en muchos aspectos y este es uno de ellos. Ha sacado a la luz problemas que ya existían pero que no veíamos y ha acentuado algunos. Actualmente las estadísticas hablan de un 20% de chicos y chicas que se autolesionan de manera puntual y un 11% lo hace de forma continuada y como hábito.
Los expertos están alertando continuamente sobre este asunto. En ONDA VASCA lo hemos abordado de la mano del experto en infancia y adolescencia y primer defensor del menor Javier Urra. "Esta no es la adolescencia de siempre. Es una adolescencia de mucho sufrimiento emocional que como no pueden aceptar y lo derivan al sufrimiento físico", explica. Queremos saber por qué lo hacen, qué consiguen inflingiéndose daño.
Nos lo explica Javier Urra. "Si te sientes mal, te haces cortes con un cúter y te sientes bien. Hay que añadir el vacío existencial de muchos que piensan que nadie les ve y entonces dicen, si me autolesiono, llamo la atención", afirma. El problema más grave, añade, es qué pasa después de autolesionarse. "Un 28% se sienten bien. Ahí está el problema. Aprenden que les vale", añade.
En el fondo nos toca volver a hablar como causa principal de la sobreprotección. "Debemos enseñar a los niños a afrontar la vida. Hemos hecho una sociedad muy sobreprotectora", lamenta el experto en infancia y adolescencia. "Debemos decir a los chicos cómo salir de las situaciones y cuando se sientan mal, no dañarse sino aceptar la situación. La vida en gran medida son las circunstancias", recuerda.
¿Qué consiguen con autolesionarse?
En realidad y simplificando mucho, buscan aliviar el sufrimiento emocional. "Hay una búsqueda de la felicidad y la perfección", explica Urra y recuerda que "esa perfección no existe en el ser humano". El psicólogo afirma que lo más habitual son las quemaduras, asfixia, ingestas peligrosas y la más mayoritaria de todas, los cortes que se hacen con cúter, imperdibles o similares. "Es terrible", añade.
Pone un ejemplo claro. "A un animal le das una patada y le duele. Al ser humano también. Pero está el sufrimiento emocional. Un viernes quedan todos los amigos y no te llaman. No hay hematomas pero sufres profundamente. Es un sufrimiento emocional. Coges y dices, me hago un corte, sangro y sufro físicamente y acabo con el otro sufrimiento, el emocional. Es ese paso el que explica las autolesiones", aclara.
“ En el fondo, se autolesionan para sentirse vivos. Aunque resulte paradógico. ”
Javier Urra
¿Cuál es la mejor terapia?
"Hay que saber hablar, tocarse, reír, qué mejor que los amigos hablando, sonriendo, comentando...saber comunicarse", señala Urra. "La palabra es terapéutica", afirma. "Es fundamental. En este sentido insiste en que sirve también hacer cosas relacionadas con el arte , hacer cosas en grupo y cambiar los papeles.
"La verdadera soledad golpea a los jóvenes. Están muy comunicados en la red, donde la gente se inventa un personaje pero se sienten solos y en el fondo no se les comprende", añade. "Hay que educar a los niños en inteligencia emocional sí pero hemos llegado aquí con la razón. Hay que fortalecer el carácter, saber que a veces tienes que apretar los dientes, aguantar y no decir todo lo que pensamos. Es la vida", resume.
“ Debemos tratarlos como niños pero no como si fueran algo que se va a quebrar. La vida no es Disney ni un parque temático. ”
Javier Urra
Javier Urra afirma que debemos preparar a nuestros menores para la vida. De hecho, entre los chicos con los que trabaja afirma tiene a uno con síndrome de down que transmite alegría, positividad, que tiene proyectos de vida. "Me dicen ya pero es discapacitado y yo pregunto ¿seguro? Otros están mucho más incapacitados para la vida", concluye.