La batería es el elemento de nuestro coche que genera la electricidad necesaria para arrancarlo. Además, posibilita el funcionamiento del cada vez más amplio catálogo de sistemas electrónicos de los que disponen los automóviles.
Una buena puesta a punto y revisiones periódicas son necesarias para alargar la vida útil de este importante componente de los vehículos. Las baterías suelen tener una duración de entre tres y cinco años, dependiendo de factores externos como la temperatura del lugar donde vivas o del tipo de conducción de tu coche. Y si el vehículo está mucho tiempo sin circular este ciclo de vida puede acortarse drásticamente.
El quedarte sin batería en el coche es una de las incidencias más molestas que te pueden ocurrir cuando vas a arrancarlo. Sobre todo por que es una avería que no avisa y sucede cuando menos te lo esperas. Si malo es que te suceda en ciudad, peor es que te deje tirado en carretera, donde tienes más complicado solucionar el inconveniente.
En ambos casos casi todos hemos recurrido alguna vez al remedio casero del empujón. Es decir, que una o varias personas empujen el automóvil -preferiblemente en una vía con una ligera pendiente hacia abajo- mientras el conductor trata de arrancarlo metiendo una marcha corta (primera o segunda) y soltando de golpe el embrague.
Es una práctica muy socorrida y que suele dar buen resultado, pero que puede dañar la mecánica de tu coche.
Varias marcas de coches advierten de que si bien hace unos años resultaba efectivo gracias a que tenían una mecánica más simple que los de ahora, actualmente podría generar problemas con el catalizador, la pieza que neutraliza y reduce los efectos nocivos de los gases producidos en la combustión y es una de las piezas más costosas del coche.
Un catalizador nuevo puede oscilar entre los 300 y los 500 euros, pudiendo alcanzar los 700 euros si el coche es de alta gama. Pero además a este precio hay que sumarle la mano de obra del mecánico, que podría disparar el coste hasta los 800 o el millar de euros.
Con este sistema de arranque enviaremos combustible sin quemar por los conductos de escape, y también por el catalizador, contaminando el dispositivo e incluso inutilizándolo si el combustible reacciona con los materiales sensibles que tiene en su interior como el platino.
Por eso debes pensártelo bien antes de recurrir al empujón y apostar por sistemas más eficaces y menos dañinos para tu coche.
- Las pinzas. Las clásicas pinzas cuestan unos 20 o 30 euros y hay mucha gente que las lleva en el coche para un apuro o para ayudar a otro conductor. Conectar tu batería con la de otro coche en marcha se hace de forma sencilla y rápida. Una vez en marcha, déjalo unos minutos para que la batería se cargue antes de desconectar las pinzas y poder continuar tu viaje.
- El arrancador portátil. Este aparato utiliza una batería portátil y compacta (similar a la que usamos para recargar los teléfonos pero de más potencia) con suficiente energía eléctrica como para poner en marcha un motor. Los hay con diferente carga, pero la capacidad mínima es de unos 8.000 mAh. Cuenta con sus propias pinzas y su rango de precios oscila entre los 40 y los 90 euros.
- El recurso del seguro. Si no eres un manitas de la mecánica o te has quedado sin batería en una zona peligrosa en carretera o en ciudad siempre te queda el recurso de llamar a tu seguro y activar el servicio de asistencia en carretera. Enviarán una grúa o un operario con un arrancador portátil profesional o pinzas que solucionará el problema. Y si tu batería está irrecuperable te llevará el coche al taller.