Si eres de esas personas que exprime las bebidas hasta el final y masticas incluso los cubitos de hielo cuando ya son lo único que queda en el vaso, deberías dejar de hacerlo.
Algunas personas ven en ello una actividad relajante capaz de aliviar el estrés. Sin embargo, no debes subestimar el peligro que suponen los hielos para la salud de tus dientes. Puedes pensar que solo son agua congelada, pero su riesgo no está en su composición sino en su gran dureza.
Tus dientes y tus mandíbulas no tienen la potencia suficiente para triturarlos, por lo que si lo haces puedes sufrir importantes daños. Si recurres para ello a los premolares y molares generarás infinidad de pequeñas escamas afiladas que pueden provocar en tu boca los mismos daños que si mordieras diminutos trozos de cristal.
Masticarlos por costumbre cuando terminas el refresco o el cubata al que acompañan te puede resultar muy refrescante, pero no compensará de ninguna manera el severo perjuicio que supondrá para tu salud bucodental.
Este gesto te costará caro y lo acabarás pagando en forma de elevadas facturas a tu dentista u ortodoncista.
Lo más recomendable es que vayas dejando a un lado ese mal hábito y te acostumbres a derretir los hielos en la boca sin morderlos para que ni tus dientes ni tus encías sufran ningún daño. Otra opción es tomar el hielo picado, ya para cuando quieras morderlo ya se habrá deshecho.
Cuando la necesidad impulsiva de morder hielo se convierte en una obsesión se conoce como pagofagia. Es un trastorno de la conducta que, aunque a veces responde a causas fisiológicas, se suele abordar desde el ámbito de la psicología. La persona que lo sufre siente una fuerte ansiedad y malestar cuando no lo hace.
Perjuicios que te puede causar masticar hielo
Masticar hielo te causará un rosario de daños que una vez que los conozcas seguro que se te quitan las ganas de seguir haciéndolo. En primer lugar, si es una práctica habitual tus dientes se debilitarán debido a las grietas que te provocará en el esmalte. Como consecuencia, aumentará tu sensibilidad dental a la hora de ingerir alimentos o bebidas frías o calientes.
Si al morder el hielo sufres alguna fractura en una pieza dental, es cuestión de tiempo que te aparezca una caries en ella. Los ácidos producidos por las bacterias penetrarán en la capa más blanca del diente, la dentina, y formarán la caries. Además, estarás más expuesto a sufrir enfermedades infecciosas en la cavidad bucal.
Deberás evitar a toda costa masticar hielo si llevas empastes, coronas o carillas o utilizas cualquier tipo de aparato dental. También debes tener en cuenta de que además de los daños que puedes sufrir en las piezas dentales, puede provocarte lesiones en las encías, pequeñas heridas sangrantes y pérdida de sensibilidad en la cavidad bucal.
Una vez que ya sabes todos los perjuicios que te puede causar masticar los cubitos de hielo lo más sensato es que vayas diciendo adiós a un hábito muy refrescante, eso sí, pero nada saludable.