Seguro que más de una vez te ha ocurrido verte inmerso en una terrible pesadilla mientras duermes: quieres chillar y solo consigues ahogar un grito y tratas de correr, pero por mucho que te esfuerces te resulta imposible moverte de donde estás. La explicación a este fenómeno hay que buscarla en la fase REM del sueño.
Durante el sueño destacan dos etapas principales: Fase no REM (sueño superficial) y Fase REM (sueño profundo), siendo REM (Rapid Eye Movement -movimiento rápido de los ojos-). El sueño no REM se concentra sobre todo en el primer tercio de la noche y el sueño REM se intensifica en el último tercio.
Todo el ciclo del sueño consta de cinco fases: de la uno a la cuatro son la fase no REM (adormecimiento o sueño ligero, sueño ligero que dura el 50% del total, transición a sueño profundo que apenas dura 3 minutos y sueño Delta o sueño profundo, que dura el 25% del tiempo total) y la quinta es la fase REM. La duración total de estas cinco fases es de 90 minutos, siendo las 4 primeras de 60 minutos en total.
Parálisis transitoria
Precisamente es en la Fase REM en la que se producen las pesadillas. En ella, nuestro cerebro está activo, casi tanto como cuando estamos despiertos, procesando información y emociones, lo que hace posible que soñemos. Sin embargo, en esa misma fase, las áreas del cerebro que controlan las neuronas motoras se apagan causando una parálisis temporal de los músculos, lo que nos va a impedir gritar o movernos por mucho que queramos.
Por ello, la razón de que no podamos gritar mientras dormimos es que las neuronas motoras son las responsables de las contracciones musculares, y la faringe y la lengua son músculos necesarios para chillar. Durante el sueño REM, solo siguen activos los músculos de los ojos y los de la respiración.
Esta parálisis transitoria muscular se puede entender como una medida de protección que tiene el cuerpo para impedir que actuemos durante los sueños y evitar así que tanto nosotros como quienes nos rodean quedemos expuestos a correr cualquier riesgo si nos movemos mientras estamos profundamente dormidos.
Hablar en sueños
¿Y por qué si no podemos gritar sí podemos hablar en sueños? La razón de esta distinción entre hablar y gritar a causa de un mal sueño es que ambas actividades tienen lugar en distintas etapas del ciclo del sueño. Mientras las pesadillas se producen en el sueño REM, hablar dormido ocurre fuera de él. Así, podemos hablar o movernos cuando no estamos en un ciclo del sueño profundo. En este caso recuperaremos la capacidad de movimiento, por ejemplo para cambiar de postura, cuando tengamos despertares cortos.
Aunque no siempre recordemos los sueños, lo cierto es que soñamos todas las noches, pero si no estamos despiertos un tiempo mínimo, no podremos incorporar la experiencia del sueño a nuestra memoria. De esta forma, no recordar lo que soñamos es una buena señal ya que significa que tenemos un sueño estable y sin despertares.
Terrores nocturnos
Las pesadillas se producen durante la fase de sueño REM y en ellas se da una parálisis muscular transitoria en las personas que las padecen. Frente a ellas, los terrores nocturnos surgen en las etapas finales del sueño no REM y en este caso los músculos no están todavía completamente relajados. Por esta razón, durante un terror nocturno es posible gritar, llorar, golpear o moverse para huir del peligro como se haría en un estado de vigilia. Estos pueden ir además acompañados de episodios de sonambulismo.