Llega cierta hora en medio de la madrugada en la que nuestro cerebro se desvela. Día tras día lo mismo. Abrimos los ojos, suspiramos, miramos el reloj y siempre, siempre marca la misma hora. ¿Por qué ocurre esto y por qué siempre en el mismo intervalo de tiempo? Muchas personas se hacen esta misma pregunta al ver que su sueño se ve repentinamente interrumpido a una hora concreta, como si nuestro reloj biológico hubiera perdido el norte.
Normalmente y si todo va bien, nuestro cuerpo dispone de un mecanismo para estimar el tiempo que pasa aunque no estemos conscientes, es por ello que a veces nos despertamos más o menos a la misma hora del día y pocos minutos antes de que suene el despertador. Este conjunto de mecanismos biológicos constituyen los ritmos circadianos, un especie de reloj interno que determina el grado de activación de nuestro cuerpo, y que funciona con la liberación de hormonas.
La hormona clave en este proceso es la melatonina, que se libera en función del grado de exposición a la luz, ya sea natural o artificial. Así, la melatonina actúa como “puente” entre el tiempo externo, determinado por el sol, y el reloj interno, determinado por esta sustancia.
De esta manera, cuando sufrimos insomnio o cualquier alteración relacionada con el sueño, como es despertarse a una hora concreta cada madrugada, el origen del problema debemos buscarlo en la melatonina: hay algo que altera su funcionamiento y que hace que siga haciendo su trabajo pero a deshora.
Causas de la alteración en la melatonina
Hay quien atribuye la alteración de la melatonina y su consiguiente efecto en el sueño a factores sobrenaturales o espirituales y hay quien lo hace al estrés del día a día. La medicina tradicional china, por ejemplo, defiende que el ciclo del sueño es un índice de nuestra salud física, emocional y mental y que precisamente conocer la hora a la que nos despertamos por la noche es vital para entender e identificar el problema y que no se agrave.
En este sentido, la medicina china defiende que si nos cuesta conciliar el sueño entre las 22:00 horas y la medianoche podría ser culpa de una carga excesiva de estrés a la que estamos sometidos que no nos permite liberar nuestra mente. Si por el contrario, nos despertamos entre las 23:00 y las 01:00 nuestro cuerpo estaría indicando un problema con la vesícula biliar. Despertarse entre la 1:00 y las 3:00 significaría una acumulación de ira. Entre las 3:00 y las 5:00 de la noche sería síntoma del deseo de ascenso espiritual que se manifiesta con dificultad para respirar en los pulmones y despertar entre las 5:00 y las 7:00 de la mañana estaría ligado a bloqueos emocionales.
"Algo no va bien"
Tenga o no razón la medicina tradicional china, hay algo evidente: toda irrupción del descanso durante la noche se traduce en agotamiento y malestar y por tanto, despertarse a la misma hora sería un síntoma de que algo no va bien.
En este sentido, es importante no quedarnos solo en lo anecdótico o llamativo y prestar atención a la frecuencia con la que sufrimos estos episodios de insomnio, si duran semanas, solo algunos días o si están presentes en nuestra vida de manera continuada.
Igualmente, es importante analizar si se presentan en épocas en las que estamos cargando con un elevado nivel de estrés, si hay algo que nos preocupa especialmente o si estamos experimentando episodios de tristeza y ansiedad. Puede que pensar en esto nos ayude a identificar el problema y estemos más cerca de solucionarlo.
Por lo general, las personas con algún trastorno de ansiedad experimentan una elevada activación física y emocional que se acumula durante el día y que permanece latente durante la noche.