En 1915 la actual bajada de Labrit estaba presidida por el llamado portal de Tejería, que daba acceso a la ciudad por este frente. La fotografía nos muestra el lugar, con el portal como telón de fondo. Dos niñas posan ante el fotógrafo, cogidas de la mano, mientras que a su derecha un militar vestido de paseo posa con su bastón, vanidoso y desquehacerado, como si de un mariscal de campo se tratase. En un tercer plano vemos un carro aparcado, al que se han encaramado un total de nueve mocetes, y junto a un poste eléctrico posan un joven con txapela y otro crío más, cerrando al fondo otras dos personas. En el extremo izquierdo, pegado a la muralla, vemos parcialmente otro carro, donde juegan cuatro niñas. Todos estos personajes parecen haber sido cuidadosamente distribuidos a lo largo y ancho de la imagen, y colocados en planos sucesivos para dar profundidad a la composición, como si de un cuadro del Cinquecento italiano se tratase.
Hoy en día la zona ha sido profundamente transformada, y no hay elementos visibles que permitan la identificación de ambas fotografías. El portal de Tejería fue derribado en el verano de 1918, así como todo el frente de muralla, que seguía fielmente el trazado de los árboles de la avenida. Del imponente paredón de sillería tan solo se dejó en pie un pretil bajo, que aún mantiene su perfil en talud, y que ayuda a salvar el desnivel de la calle. El derribo de las murallas, eso sí, dio visibilidad a todo el frente de casas de esta zona, muchas de las cuales son supervivientes de las que existían aquí en 1915.
Hoy en día la zona, profundamente urbanizada y consagrada al tráfico rodado, espantaría a los diecisiete críos que jugaban en el lugar hace 107 años. Esperemos que los proyectos de calmado del tráfico existentes, que prevén la apertura de todo un corredor sostenible en esta calle, comiencen a revertir esta lastimosa situación.