Quedan ocho meses para que Portugalete sople las 700 velas, celebre su 700 aniversario como villa. La carta puebla que concedió María Díaz de Haro a la villa jarrillera en junio de 1322 fue el inicio de la andadura de Portugalete como villa y esa carta puebla es un auténtico tesoro que ha marcado el devenir de la localidad en los últimos siete siglos. Por ello, el Consistorio portugalujo ha impulsado la publicación de Tesoro Portugalujo, un documento que recoge diversos aspectos relacionados con la fundación de la villa de Portugalete y la importancia que aquel hecho ha tenido en la villa. "Con esta publicación queremos acercar a la ciudadanía muchos aspectos que desconocen sobre la carta puebla fundacional de Portugalete y de la importancia que ha tenido en nuestra historia", explicó Estibaliz Freije, edil de Cultura del Ayuntamiento jarrillero.
En este aspecto, la ciudadanía podrá hacerse con la publicación Tesoro Portugalujo tanto en formato físico como digital. Y es que se ha realizado una tirada de 1.500 ejemplares que ya se han distribuido por los distintos espacios municipales de la villa, pero para quienes no logren hacerse con uno de esos ejemplares en formato físico también tendrán la oportunidad de tenerlo en formato digital. Para ello, esta publicación ya se puede descargar tanto en la página web municipal en la zona reservada al Área de Cultura como en la página web de Portugalete 700. Sin duda alguna, este Tesoro Portugalujo –publicación que solo se ha realizado en otras dos ocasiones, concretamente en 2002 y 2008– es una auténtica joya para quienes quieran conocer los primeros pasos de aquella villa que vivía, principalmente del mar y la ría.
Fue, precisamente, el hecho de ser un lugar estratégico en materia comercial lo que hizo que, finalmente, María Díaz de Haro decidiese nombrar a Portugalete como villa. Eso asentaría su posición de fuerza en Bizkaia y también le dejaría pingües beneficios económicos y, a la vez, los portugalujos gozarían de privilegios respecto a quienes vivían en el entorno. Privilegios como, por ejemplo, la inviolabilidad del hogar, el poder elegir el alcalde o la alcaldesa y la prohibición de poder ser torturados por el alcalde.