La Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España ha presentado ya las localidades que el próximo 2025 entran a formar parte de su lista. Entre ellas se encuentra la burgalesa Poza de la Sal, en la comarca de La Bureba. Poza de la Sal se suma a Frías y Puentedey y ya son tres los pueblos del norte de Burgos que pertenecen a esta asociación que promociona las pequeñas poblaciones rurales a través de turismo con un oferta de calidad para los visitantes y que ayude a mantener su modo de vida tradicional.
No son los únicos pueblos rurales de Burgos que desde 2010 han entrado en esta asociación, al sur de la capital de la provincia se encuentra Castrojeriz, Lerma, Covarrubias y Caleruega.
Las salinas de Poza de la Sal,
La historia de Poza de la Sal se puede adivinar directamente en su nombre. Las salinas de Poza forman parte de un diapiro natural, una estructura geológica formada por el afloramiento de una masa de material dúctil que por presión atraviesa la corteza terrestre hasta la superficie en un proceso de millones de años. El de Poza de la Sal tiene un diámetro de 2,5 kilómetros y es uno de los más grandes de Europa. Este fenómeno geológico facilitó la formación de depósitos salinos que han sido explotados desde la antigüedad.
La sal siempre ha sido un bien preciado desde antiguo. Quizá por ello comenzó la ocupación de esta comarca en la que se asienta la actual Poza comenzó en el Neolítico, alrededor del año 3000 aC, con los primeros asentamientos humanos para aprovechar los recursos naturales de la zona, especialmente la sal. Después llegaron los romanos, que explotaron estas salinas de una manera más intensiva y las convirtieron en un lugar de importancia comercial. Y así ha seguido hasta hoy.
El Centro de Interpretación de las Reales Salinas muestra los procesos tradicionales de extracción y la historia de las salinas.
Un paseo por el pueblo
Durante la Edad Media, Poza de la Sal creció, adquirió importancia comercial y se rodeó de murallas. Este carácter medieval es el que se respira en su casco histórico con sus calles estrechas y empedradas en las que se puede admirar las fachadas de sus viejas casas de piedra.
Entre los monumentos singulares de pueden visitar la iglesia de San Cosme y San Damián, de estilo gótico pero con una imponente portada barroca. Su interior alberga valiosos retablos que reflejan la riqueza artística y religiosa de la villa. También el edificio del ayuntamiento, del siglo XVI, merece una visita detallada. Es igualmente necesario hacer un alto en la plaza Nueva, uno de los corazones de la vida social de la localidad en la parte de atrás de la iglesia.
A ella se puede acceder por el Arco del Conjuradero, que forma parte de las murallas que rodeaban la villa. De los restos de esta construcción también puede verse la Puerta del Ayuntamiento y al Puerta de las Eras. Parte de esta muralla se ha restaurado y otras forman parte de edificios que los han aprovechado como paredes de separación.
Ya en las afueras, por el oeste de Poza se alza sobre la localidad el castillo de los Rojas, que desde el altozano rocoso vigilaba la comarca y ahora se ha convertido en un extraordinario mirador panorámico. En le camino hasta él se pueden visitar los restos del palacio de los marqueses de Poza, del que aún se mantiene erguida su torre a la salida del pueblo, y las ruinas de la ermita de San Juan, de la que quedan la parte baja de sus muros marcando el contorno de su planta.
Los aficionados a la naturaleza y a los documentales sabrán que en Poza de la Sal nació Félix Rodríguez de la Fuente, destacado naturalista y pionero en la divulgación ambiental con sus serie de fauna El hombre y la tierra. Abrió camino y su legado está presente en la villa, con un museo dedicado a su trabajo y un monumento, un busto, en la plaza Nueva. También se puede conocer su casa natal.
También Frías y Puentedey
La sierra de los Montes Obarenes cierra por el norte la comarca de La Bureba, a la que pertenece Poza de la Sal. Tras cruzarla por la localidad de Tobera se llega a Frías, otra localidad burgalesa de la comarca de Las Merindades y perteneciente a la lista de los Pueblos Más Bonitos. Su recinto amurallado rodea el alargado y estrecho pueblo viejo levantado en toda la longitud de una cresta rocosa y encierra el viejo castillo en un extremo y la iglesia de San Vicente en el otro extremo. Extramuros, ladera abajo se ha ido extendiendo el resto del casco urbano.
Desde aquí, dejando los montes Obarenes a la izquierda y tras pasar por Medina de Pomar y Villarcayo se alcanza Puentedey, el tercer pueblo del norte de Burgos con el título de Pueblo más Bonito. El puente natural de roca sobre el río Nela mantiene su esplendor y su misterio, dando a la localidad un aire inexpugnable en lo alto, vigilando la comarca, y alrededor del cual ha crecido el resto de la villa.