Como manda la tradición, el Gobierno vasco retomará oficialmente su agenda este jueves en el Palacio Miramar de Donostia. Allí tendrá lugar el primer Consejo de Gobierno tras el paréntesis de las vacaciones de verano, la primera gran reunión del lehendakari con sus consejeros y consejeras tras tomarse unos días de descanso. En este arranque del curso político, las energías se van a centrar en desafíos como la búsqueda de un acuerdo para reforzar Osakidetza y superar las dificultades en la gestión sanitaria, o en la firma de un pacto ético para que Euskadi mantenga un clima político de respeto al diferente, alejado de la crispación en el Estado o del auge de la ultraderecha. Este acuerdo ético es un fin en sí mismo, aunque mantener un clima de concordia puede contribuir a todo lo demás y facilitar los acuerdos en otros ámbitos. Según fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico, Imanol Pradales ofrecerá más detalles sobre esta propuesta de “pacto ético para el ejercicio de la política en Euskadi” este mismo jueves, con motivo del Consejo de Gobierno.
Hasta la fecha, poco ha trascendido en público sobre este planteamiento, aunque Pradales ya comunicó de manera oficial sus intenciones al Parlamento Vasco en la sesión de investidura, y a los grupos políticos en privado (a todos, salvo a Vox, a quien dejó fuera de la ronda de contactos). Pradales sugirió por primera vez este concepto el pasado mes de junio, en el pleno de investidura; después ha sondeado a los partidos en privado para comprobar si había agua en la piscina y, en la rueda de prensa posterior a esa ronda de contactos, el 17 de julio, confirmó que propondría ese acuerdo en septiembre, a la vuelta del verano, porque cree que ha tenido una buena acogida entre sus interlocutores y que en Euskadi “tenemos una manera distinta de entender la política”, con un estilo más constructivo.
La idea es marcar distancias con el clima de degradación de la política que se ha extendido en el Congreso y en el Senado del Estado español, donde se han convertido en una práctica habitual la descalificación y los ataques personales o ataques “ad hominem”, como los calificó Pradales. Se trata de alcanzar un compromiso de respeto al adversario, para poder alcanzar pactos de país y hacer una política útil, para mantener la confianza de la ciudadanía en sus representantes, y no hacer el caldo gordo a las opciones políticas que se crecen en los escenarios de desafección: las opciones ultras y populistas.
Esta propuesta recalará también en el Parlamento Vasco, aunque este movimiento no prejuzga que la fórmula final que vaya a adoptar el acuerdo sea una proposición parlamentaria o una declaración en este foro. Puede optarse por otra vía distinta.
Un compromiso personal autoimpuesto
Esta oferta se va a plantear en un momento de cierta cordialidad en las formas entre los partidos pero, mientras tanto, se mantienen en determinados ámbitos de la sociedad vasca actitudes de acoso por razones políticas. El pasado fin de semana, el PNV denunciaba insultos y ataques a la vivienda de una concejala jeltzale en Ugao-Miraballes, y los consejeros Bingen Zupiria y Denis Itxaso han sido recibidos en el cargo con pintadas intimidantes (el primero, porque tendrá bajo su responsabilidad a la Ertzaintza como consejero de Seguridad, y el segundo, por su reciente etapa como delegado del Gobierno español y su trabajo con las fuerzas de seguridad estatales).
Este acuerdo busca preservar un clima de respeto al diferente, aunque no es tanto una revisión del suelo ético ni una condena de ETA como ha tratado de plantear el PP. Son dos planos diferentes que tienen su propio ámbito y su carril, y la memoria está ahora mismo residenciada en un departamento que dirigen los socialistas. Esta es una propuesta del lehendakari para evitar la crispación política y para mantener un clima constructivo. Se da la circunstancia de que la posición del PP puede tener cierto interés mediático porque, a nivel estatal, es el único que ha tenido pactos de gobierno con Vox y sigue aferrado a la estrategia de confrontación con Pedro Sánchez en las Cortes estatales, pero Laura Garrido ha puesto el foco en esta condena de ETA, donde su partido se puede mover más cómodo.
El planteamiento de Pradales llega además en un momento en que el presidente español ha abierto el debate sobre el control a los medios de comunicación que difunden bulos, un debate que se ha generado tras la presión judicial sobre su mujer, Begoña Gómez. Como el propio Pradales matizó en su momento, la propuesta que va a formular Lehendakaritza no contempla el control a los medios ni quiere entrar en ese terreno, sino que implica que los representantes políticos se autoimpongan un compromiso, una especie de apuesta por el fair play en el día a día.
En el Estado, el foco está situado en si se ha utilizado o no la justicia con fines políticos y si hay medios de comunicación que difunden noticias falsas. La izquierda abertzale ha sostenido que, si hay algún sector político que ha sufrido el acoso judicial, han sido sus propias filas con las ilegalizaciones promovidas desde el Estado. Pero, al mismo tiempo, el PNV denunció en el pasado que la izquierda abertzale practicaba el lawfare en contra de Sabin Etxea, promoviendo causas judiciales contra cargos del PNV en los ayuntamientos que quedaban en nada.
Más hitos: reunión con UGT, pacto sanitario...
El lehendakari presentará su oferta este jueves en Miramar, dado que esta vez no habrá pleno de política general en el Parlamento porque la investidura acaba de tener lugar este mismo año, en junio. Las y los consejeros irán desfilando por el Parlamento en las próximas semanas para presentar sus proyectos en comisión. Este miércoles, un día antes del arranque del curso, tendrá lugar la última reunión pendiente que le quedaba al lehendakari con los agentes sociales, en este caso, con el líder de UGT, Raúl Arza.
Además del acuerdo ético, los retos que centrarán el arranque del curso político, según fuentes de Lehendakaritza, son la mesa para alcanzar un pacto en Osakidetza, que se reunirá el 5 de septiembre; los contactos con la Unión Europea a partir de otoño; estrechar los lazos de cooperación con Nafarroa e Iparralde, completar la estructura del Gobierno vasco y presentar los primeros Presupuestos de la legislatura.
En la entrevista concedida a este periódico, el lehendakari confió en presentar unas Cuentas algo más altas, aunque prefirió optar por la prudencia a la espera de contar con todos los datos de la recaudación y las devoluciones a los mutualistas. Sí anunció que su idea es aumentar las ayudas de 200 euros por hijo hasta los 4 años de edad frente a los 3 actuales, y quizás un poco más si las Cuentas lo permiten, dentro del objetivo de alcanzar los 7 años al final de la legislatura, y los 10 en el caso de las familias numerosas o monoparentales. Estas Cuentas servirán del mismo modo para conocer las primeras intenciones del Ejecutivo en materia de vivienda.
Las transferencias
También sobrevuelan las 29 transferencias pendientes y el compromiso del Gobierno español para abordar con carácter urgente el traspaso de la competencia del litoral antes de que acabe el año, aunque por ahora no ha trascendido públicamente una fecha para anunciar un acuerdo o una reunión resolutiva en ese sentido. Antes de que acabe octubre, tiene que producirse además la reunión de la Comisión Permanente para abordar todas las competencias y el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika. Esta es una cuestión que, no obstante, no está exclusivamente en manos del Gobierno vasco, sino que depende también de la voluntad del Ejecutivo español. Depende de que Sánchez piense que la legislatura tiene el recorrido temporal suficiente por delante como para que le merezca la pena emplearse a fondo en una negociación de este tipo.
Lo que sí está en manos de Lehendakaritza es tratar de promover en Euskadi un clima de diálogo que implique a la oposición más allá de la mayoría absoluta que suman PNV y PSE en el Parlamento Vasco. En sentido estricto, esa mayoría les bastaría para gobernar, pero Pradales quiere implicar al resto de grupos.