Este año será un momento decisivo para concretar los pactos de país en materias como Osakidetza, pero ha comenzado con un aparente endurecimiento de la posición política de EH Bildu, que empieza a escenificar sus distancias en materia sanitaria, fiscal, sobre el modelo policial o también sobre la industria y el euskera. En este contexto, el lehendakari ha vuelto a dejar caer este miércoles en los Encuentros Deia que EH Bildu tiene la ocasión de demostrar que su voluntad es real "más allá de las posiciones estéticas". A su juicio, le va a llegar "la prueba del algodón" en la negociación del pacto sanitario, que ha entrado ya en su tercera fase con 24 grupos de trabajo sobre materias específicas. Además, sobre la revisión fiscal, ha reivindicado los contenidos pactados por PNV y PSE y ha presionado a los grupos para que "estén a la altura" y valoren sus "beneficios sociales", como las deducciones para que los jóvenes puedan acceder a la vivienda, o el incremento del límite exento de hacer la declaración de la renta, que pasaría de 14.000 a 19.000 euros. Precisamente este miércoles, EH Bildu ha presentado una enmienda a la totalidad frente a la propuesta fiscal de PNV y PSE. En principio, ha dejado la puerta abierta a negociar enmiendas parciales, pero ha puesto tanto el acento en contraponer los modelos que la sensación que ha quedado en el partido jeltzale es que ha dado un portazo al acuerdo y ha desdeñado el llamamiento de Pradales. Ese debate está depositado en las Juntas Generales de los tres territorios, que tienen la competencia.
"Los retos de país exigen buscar consensos más allá de las mayorías políticas que sustentan al Gobierno vasco. Sería deseable ampliar los consensos. En todo caso, el Gobierno vasco tomará las decisiones que correspondan porque tenemos que gobernar. Aquí hay que aplicar la prueba del algodón. Tuvimos un diálogo en relación con los Presupuestos vascos para 2025, por nuestra parte sincero y honesto, y hubo un momento en que Bildu parecía que quería llegar a un cierto acuerdo con el Gobierno. No fue posible. Pero el intento por nuestra parte ha sido sincero. Estamos en estos momentos con la mesa de salud abierta. Ahora iniciamos la negociación de la tercera fase. La prueba del algodón va a ser la mesa porque están todas las fuerzas del Parlamento salvo Vox, todos los sindicatos del país a excepción de ELA, y los colegios profesionales. Vamos a ver si hay voluntad sincera de acordar. Por parte del Gobierno vasco, estamos poniendo todo nuestro empeño. Pero, para que uno acuerde, tiene que haber el concurso de las dos partes", puntualizó Pradales. En cualquier caso, tiende su mano a todos los partidos, salvo a Vox.
Fiscalidad
Preguntado por si es necesaria una armonización fiscal para que los impuestos sean similares en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, recordó que es lo que se ha hecho ya a través del diálogo durante décadas sin necesidad de imponerlo por ley o recurrir al Parlamento Vasco, y lanzó un dardo a EH Bildu para recordarle que la excepción a esa armonización vino precisamente de su mano cuando gobernaba en Gipuzkoa e hizo bandera del impuesto a las grandes fortunas. EH Bildu, paradójicamente, es quien más insiste ahora en la armonización.
De todos modos, quiso poner el foco en otro ámbito: "Con respeto a las diputaciones, que son las que deben liderar esta cuestión, desde el punto de vista del debate político lo que uno observa es que se ponen cordones sanitarios a los acuerdos con los partidos. A mí lo que me gustaría es observar un debate sobre los contenidos, que no lo estoy escuchando. Es una revisión fiscal, que no reforma, que se plantea para dar respuesta a necesidades sociales como la vivienda. Me gustaría escuchar por qué estas propuestas son negativas. Espero que los grupos políticos estén a la altura y se tengan en consideración los beneficios sociales de la revisión fiscal que han puesto encima de la mesa PNV y PSE", zanjó.
Jeltzales y socialistas necesitan un tercer socio para sacar adelante la revisión fiscal en Gipuzkoa y Araba, donde carecen de mayoría absoluta. EH Bildu fue el primer partido que salió a la palestra hace unos días para rechazar esta propuesta, pero después dejó la puerta abierta a negociarla en la fase de enmiendas. Sin embargo, ha sido también el partido que más ha apurado para hacer públicas sus propuestas, este mismo miércoles y, además, entre ellas se encuentran tres enmiendas a la totalidad. Numéricamente, a PNV y PSE les bastaría igualmente el respaldo de Elkarrekin Podemos, e incluso del PP, aunque su rebaja fiscal generalizada hace inviable el acuerdo.
Pradales pide poner el foco en el contenido de las propuestas para que cada uno se retrate (y rechaza cordones sanitarios, una dinámica en la que había entrado hasta su socio, el PSE). El PNV recuerda que 375.000 personas con salarios bajos pueden librarse de hacer la declaración, pero EH Bildu parece sugerir ahora que todas las rentas la hagan, con el argumento de que algunas ayudas económicas se tramitan vía deducciones y, si todas las personas no están obligadas a presentar la declaración, podrían quedar al margen de las medidas.