Pradales envía un mensaje de esperanza a la juventud y le pide rechazar el populismo

Imanol Pradales tomó posesión de su cargo como lehendakari hace seis meses, en un contexto marcado por la necesidad de reforzar Osakidetza y atender los desafíos relacionados con una sociedad cada vez más envejecida, con las personas mayores. Pero este 31 de diciembre, una fecha propicia para mirar al nuevo año 2025 y al futuro en general, Pradales ha querido centrar su primer discurso de fin de año en los jóvenes. Les ha enviado un mensaje de “esperanza” en su porvenir. Con este gesto, el Gobierno vasco viene a recalcar que es consciente también de las dificultades que afronta el otro extremo de la pirámide poblacional para encontrar trabajo o acceder a la vivienda. En un momento en que buena parte de los recursos públicos se está volcando en las personas mayores, Pradales ha defendido la solidaridad intergeneracional, un reparto equilibrado con los jóvenes. Ha lanzado así un guiño a las nuevas generaciones, pero les ha solicitado igualmente que no cunda el pesimismo por las dificultades que afrontan, y que no compren “relatos manipulados y soluciones mágicas”. Ha querido apelar a la responsabilidad compartida con el futuro del país, y ha reclamado también “paciencia” (su Gobierno acaba de arrancar y ha activado varios foros para buscar soluciones con los agentes implicados en materias como la vivienda o la salud), “esperanza y confianza” en Euskadi.

El testigo de Aguirre

Para pronunciar su mensaje, Pradales ha tomado como referencia uno de los discursos del lehendakari Aguirre en el exilio, el mensaje Gabon de 1947. Como citó Pradales, Aguirre reivindicó que “la juventud es el mañana y sobre ella descansan las esperanzas de los pueblos”, y “toda nuestra tradición de libertad amenaza con debilitarse si no tiene eco entre la juventud”. Estas palabras las ha pronunciado ante el escritorio que perteneció al propio Aguirre en la sede del Gobierno vasco en París, un edificio histórico que acaba de recuperar el PNV. La emisión arranca con una melodía con toques navideños añadida en postproducción por EITB, y el resto de la escenografía es la habitual en estos casos. Como ya hiciera Iñigo Urkullu en los últimos años, la grabación comienza con Pradales en el exterior de Ajuria Enea (mirando el Árbol de Gernika con solemnidad), y después sube las escalinatas para pronunciar el discurso en el interior del edificio, en pie, y con un árbol de Navidad y la ikurriña a su espalda. La duración ha vuelto a ser de unos 7 minutos para ETB-2 en su versión en castellano, y un minuto superior en euskera, en ETB-1, donde Pradales añade una referencia a una canción de Benito Lertxundi inspirada en un poema de Joxean Artze sobre la libertad.

"Vivid la juventud a vuestra manera"

Pradales trató de evitar en la medida de lo posible el paternalismo en su reflexión: por un lado, reconoció que los jóvenes probablemente no iban a estar pegados al televisor para escuchar su mensaje y, por otro, los invitó a vivir como quisieran. Lo que hizo fue pedirles corresponsabilidad con el país. “Quiero hablaros a los que probablemente no estaréis escuchando este mensaje, a las y los jóvenes”, comenzó, para añadir después: “Estos días seguro que os dirán cosas como: nosotras y nosotros a vuestra edad hacíamos esto o aquello”. “Estaréis cansados de escucharlo. Y no me extraña. Vivid la juventud a vuestra manera”, zanjó. “Ahora bien, vuestra libertad no debe estar reñida con vuestra responsabilidad”, matizó. Se refería a que, en un momento en que están en auge la demagogia y el autoritarismo, la solución no sería comprar recetas mágicas.

“Sé que algunas personas tenéis dificultades. Dificultades para encontrar un buen trabajo o para independizaros. Sé que algunas y algunos veis con preocupación y pesimismo el futuro. Lo comprendo. Pero no compréis relatos manipulados ni soluciones mágicas. No os dejéis embaucar por mensajes populistas que no dicen la verdad. Los problemas complejos, que los tenemos, no se solucionan con respuestas simples. Tampoco de la noche a la mañana. Por eso os pido que tengáis paciencia, esperanza y confianza en Euskadi. También en vosotros mismos. El pueblo vasco siempre ha sabido adaptarse a las circunstancias. Y lo volveremos a hacer. No tengo la menor duda. Confío en la fuerza de nuestra sociedad y confío en vosotros. No tengáis ninguna duda: Euskadi es nuestro mejor futuro. Por eso os animo a soñar con un futuro sin límites. A recorrer juntas y juntos el camino hacia una Euskadi Berria que sea próspera, abierta, justa, segura y libre. Vuestra Euskadi, la Euskadi que os merecéis. La Euskadi que os ofrece oportunidades para desarrollar vuestros proyectos de vida”, alentó.

Pradales fijó el acceso a la vivienda entre los principales retos de su Gobierno antes incluso de las elecciones autonómicas que tuvieron lugar en abril. En ese momento, propuso varias iniciativas, como una línea de avales para cubrir la parte del préstamo que no concede el banco a la hora de comprar una casa, y otra línea para ayudar a pagar las fianzas del alquiler. La preocupación por la vivienda, además, ha escalado a las primeras posiciones en las encuestas. Se viene también de una negociación presupuestaria fallida con EH Bildu en la que este debate estuvo en el centro. En este contexto y ante el punto de inflexión que supone entrar en un nuevo año, el lehendakari ha lanzado un guiño explícito a las personas jóvenes, centrando su discurso en este sector de la población que va a necesitar un esfuerzo considerable en términos de políticas públicas en materia de vivienda, empleo de calidad, talento, conciliación, oportunidades y proyecto de vida. Y la idea de la solidaridad entre generaciones, entre personas mayores y jóvenes, ha estado presente en varios de sus discursos, aunque es cierto que en el debate público no termina de coger vuelo.

El tercer elemento que ha incluido Pradales en su reflexión sobre los jóvenes es el rechazo a todo tipo de populismos, que es uno de los conceptos más repetidos por el lehendakari en sus actos públicos. El lehendakari ha repetido que la libertad, la democracia y el porvenir no están asegurados y que, tal y como “nos enseñaron las personas más mayores de casa, cualquier alternativa es peor, mucho peor”.

Autogobierno: una Euskadi madura que tome las riendas de su futuro

En el mensaje de fin de año, Pradales aseguró que “creemos en el pasado y creemos también en el futuro; en un reparto equitativo y equilibrado entre las personas mayores y jóvenes”. Y, a continuación, hiló este debate con la ampliación del autogobierno como clave para garantizar el bienestar, la última referencia en su discurso. No lo quiso plantear como un recado a los que depositan su confianza en las leyes estatales para solucionar los problemas; ni tampoco dio más claves sobre un nuevo estatus que debe trabajar el Parlamento.

“Creemos en una Euskadi que trabaja y se esfuerza cada día. Una Euskadi que avanza en su autogobierno, consciente de que es la clave de nuestro bienestar. Un autogobierno que nos dote de mayores capacidades políticas para tomar en nuestro país las decisiones que nos afectan de manera directa, mejorando así nuestra calidad de vida. Una Euskadi madura que, con sus aciertos y errores, toma las riendas de su futuro”, remachó, para abogar también por una “Euskadi en Europa” y una “Euskadi feliz”.

Recuerdos y deseos

Pradales cerró así un mensaje que había comenzado con un recuerdo a las personas que ya no están, a las que han tenido que trabajar en estas fechas navideñas, y a las que se encuentran solas o acaban de llegar desde otros países. Con un “sé que, aunque lo intente, hoy no lograré ser original”, Pradales repitió algunas fórmulas utilizadas por sus predecesores, como el agradecimiento protocolario por poder dirigirse al pueblo vasco. Se acordó del lehendakari Ardanza, fallecido este año.

“Mi recuerdo está también con todas las personas que están sufriendo”, dijo, “las que se sienten solas, no se encuentran bien, o acaban de llegar a nuestro país en busca de una vida mejor”. Incluso, en una clave más informal, esperó que en 2025 se cumplan algunos de los propósitos más habituales de buena parte de la población: dejar de fumar, hacer deporte o pasar más tiempo con la familia.