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Cinco meses después de acceder al cargo, el lehendakari Pradales ha puesto en marcha su primer viaje oficial fuera de los territorios del euskera y del Estado español. Y ha elegido para ello a las instituciones de la Unión Europea, donde pretende que la comunidad autónoma vasca pinte cada vez más y no pierda influencia en términos de competitividad industrial o logística. Imanol Pradales, que tomó posesión del cargo con la intención declarada de hacer política financiera y crear nuevos instrumentos como un fondo soberano o líneas de crédito para la vivienda, ha empezado este martes su viaje precisamente con una reunión con el Banco Europeo de Inversiones, el BEI presidido por Nadia Calviño, la exvicepresidenta de Pedro Sánchez. Con este órgano, que ofrece financiación y préstamos para los proyectos que estén alineados con los objetivos europeos, Pradales ha comenzado a entablar una relación pensando en las oportunidades de futuro que se pueden abrir, y en la colaboración para diseñar nuevas herramientas para impulsar el parque de vivienda y el arraigo y el crecimiento de la industria vasca.
Tras su encuentro con Calviño en la sede de la institución en Luxemburgo, Pradales exhibió su satisfacción por haber mantenido un “encuentro muy productivo”, donde se quedó con la impresión de que el BEI coincide en la importancia de crear nuevas herramientas financieras. Hablaron sobre “cómo podemos colaborar entre el BEI y Euskadi en alinear políticas que son comunes, la oportunidad que tenemos de crear nuevos instrumentos de carácter financiero para apoyar el arraigo, crecimiento y diversificación de las empresas vascas y del conjunto de empresas europeas; y también en política pública de vivienda existe un compromiso en Europa de apoyar un nuevo pacto social por la vivienda y la creación de parque público”.
Añadió que Europa comparte que hay que fomentar el acceso a la vivienda para las clases medias, personas jóvenes y personas con recursos limitados. “El BEI está muy interesado en que analicemos una oportunidad que hemos puesto encima de la mesa en Euskadi para crear un instrumento público-privado en ese sentido, estamos en estos momentos en la fase de diseño y tendremos la oportunidad de compartir con el BEI la posibilidad de colaborar en ese ámbito”, dijo. Según las fuentes consultadas, no se refería a la línea de avales para cubrir la parte del préstamo que no concede el banco para comprar vivienda, una iniciativa que corre a cargo del departamento de Hacienda. El lehendakari cree que con el BEI se pueden hallar respuestas innovadoras a un reto social y ampliar el parque.
Pradales también compartió con Calviño la apuesta por crear la macrorregión atlántica, para que pueda ser un eje y un polo de atracción para colaborar en políticas de innovación, de startups. “Ha sido una reunión productiva en la que abrimos caminos de colaboración”, aplaudió.
En materia de industria, el lehendakari puso en valor las opciones de establecer sinergias con el Instituto Vasco de Finanzas para diseñar nuevos mecanismos financieros que promuevan el arraigo, crecimiento y diversificación de empresas. Se apoya en los informes Draghi y Letta.
No quedar fuera de juego
Este desplazamiento ha dado una oportunidad al lehendakari para conocer de primera mano los proyectos que tiene en cartera el BEI, el Fondo Europeo de Competitividad para las inversiones estratégicas, que Pradales volvió a pedir que sea accesible para las pequeñas y medianas empresas que tan a menudo se quejan de las barreras burocráticas; el Fondo de apoyo a startups; y el Fondo de Resiliencia Autonómico que podría dar un empujón a la vivienda social, el transporte o la transición energética.
Pradales inició así su viaje con el objetivo de posicionar a las instituciones vascas en los foros donde se toman decisiones en Europa. Desde la anterior legislatura, el PNV se ha embarcado en la misión de que Euskadi no pierda protagonismo en Europa ni caiga a los infiernos del ostracismo ahora que el foco de interés se desplaza hacia el este. La previsible ampliación de la Unión Europea con nuevos socios del este y la inestabilidad que se ha creado en ese punto por la invasión de Ucrania por parte de Putin han amplificado una tendencia que ya se había detectado tiempo antes. La salida de Reino Unido del club comunitario dejó a la fachada atlántica sin un socio clave por el oeste y la balanza se ha desequilibrado. De ahí que primero Urkullu y ahora Pradales se empeñen en crear una macrorregión atlántica para unir fuerzas y tener un altavoz. El objetivo es no quedar fuera de juego en el renacimiento industrial europeo, en la captación de inversiones. Por otro lado, Pradales busca el reconocimiento del euskera en la UE.