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Cuando la Ejecutiva del PNV lo proclamó como candidato a lehendakari, Imanol Pradales quedó expuesto al escrutinio público de los medios de comunicación y la clase política. Tuvo que enfrentarse a las comparaciones con el liderazgo consolidado de su antecesor, Iñigo Urkullu; y a los comentarios que lo presentaban como un auténtico desconocido más allá de Bizkaia. Anticipaban, incluso, un estilo discreto y de gestión pura y dura porque dirigió las áreas de infraestructuras y desarrollo económico en la Diputación foral. Ahora, Pradales ya está plenamente instalado en Lehendakaritza. Y ahora que se cumplen seis meses desde que tomó posesión del cargo en Gernika el 22 de junio, él mismo se ha encargado de dejar claro que no pretende que el suyo sea un mandato de perfil bajo, y está participando de manera directa, en carne y hueso, en las iniciativas estratégicas.
Pradales ha dado impulso político con su liderazgo personal a tres áreas que considera nucleares: Osakidetza, la vivienda, y la reducción de la burocracia para que la administración sea más ágil para la ciudadanía, un empeño del nuevo Gobierno. Ha apadrinado foros de debate para buscar soluciones más colegiadas y, con su propia presencia en la puesta en marcha de esos foros, ha tratado de proyectar que ha tomado la decisión política de avanzar tanto como se pueda, aunque el desarrollo quede después en manos de los departamentos competentes.
El lehendakari participó en la reunión inaugural de la mesa para el pacto vasco de salud, un foro con agentes sociales y partidos que es una apuesta personal del propio Pradales y responde a su objetivo de sacar a Osakidetza de la pugna política. Del mismo modo, participó en la reunión del pacto social por la vivienda en julio, y participará el día 22 de enero en la creación del foro de urbanismo, que debatirá, entre otras cuestiones, la necesidad de reformar la Ley del Suelo para movilizar hasta 75.000 viviendas. El 13 de noviembre, abrió una línea de trabajo con las diputaciones y Eudel para reducir la burocracia y que la ciudadanía no tenga que volver a aportar un documento si ya obra en poder de la administración. Y ha dejado su sello en la tramitación de los Presupuestos, porque el propio lehendakari explicó sus principales ejes en sociedad, un día antes del Consejo de Gobierno. En la negociación con EH Bildu ha participado un miembro de su equipo, Mikel Iriondo, un hecho poco habitual.
También ha liderado el diálogo sobre las transferencias con el Gobierno español, las dos competencias que se han pactado ya (litoral y cine) se encarrilaron en una Comisión Bilateral Permanente en Madrid en la que estuvo presente, y participó en las primeras reuniones con los sindicatos de la Ertzaintza tras varios meses de incomunicación en la anterior legislatura. En Madrid, el lehendakari ha coliderado con Canarias una propuesta para la distribución de los migrantes menores de edad que llegan sin la compañía de un adulto y ha abierto otra posible vía en el Estado en un momento de bloqueo sobre la reforma de la Ley de Extranjería.
Los límites de los pactos de país
Por ahora, es cierto que el Gobierno de PNV y PSE empieza a probar los límites de los pactos de país, ya que no ha sido posible acordar los Presupuestos con EH Bildu. Las Cuentas, en cualquier caso, han visto la luz con la mayoría absoluta de los dos partidos del Ejecutivo, con la consigna de que hay que seguir gobernando y tomar decisiones. Pero, de manera inevitable, ha quedado en el aire como pregunta a quién ha beneficiado o dado protagonismo la negociación, y de qué manera puede sacar partido EH Bildu de los acuerdos que sí ha alcanzado en otras instituciones de PNV y PSE como las diputaciones de Bizkaia y Araba. No obstante, con independencia de cuál sea el resultado, Pradales ha apostado por dejar esta impronta dialogante en la política vasca, frente a la crispación estatal. Como mínimo, es una cuestión de formas.
Por otro lado, si no logra desactivarla antes, este Gobierno se enfrentará pronto a su primera huelga en la educación pública, con varios días de paro convocados para enero y febrero. Lo que sí ha hecho por ahora es alcanzar un acuerdo en el ámbito de la educación especial, con el rechazo de ELA.
La mesa del pacto sanitario sigue adelante, con una quinta reunión prevista para el 29 de enero. Tras la renuncia nuevamente de ELA a participar en esta dinámica, solo el sindicato ESK se ha descolgado de los documentos que se han ido aprobando. Ahora bien, el diálogo se adentra ya en los contenidos y en la fase más peliaguda, donde Sumar amaga con romper si no se descarta la subcontratación privada.
Más oscuro parece el horizonte del pacto ético que propuso Pradales en el arranque del curso, el 29 de agosto, con el objetivo de evitar los ataques personales y el uso de la mentira. El lehendakari lo derivó al Parlamento y la responsabilidad está depositada ahí. Pero el burukide jeltzale Xabier Barandiaran ha coordinado unos trabajos que se han revelado más complicados de lo que cabía esperar, porque se han recibido aportaciones que quieren ampliar el perímetro del acuerdo a cuestiones como la violencia de ETA. A nadie se le escapa que, por ser una iniciativa tan personal de Pradales, puede ser tentador para la oposición que caiga en el olvido.
Presupuestos, transferencias y OPE
El Ejecutivo arrancó en puertas de las vacaciones de verano y con un relevo casi total de equipos, pero ha aprobado ya sus primeros Presupuestos y tres leyes en el Parlamento: una de las 17 leyes del calendario (la disolución del colegio de aduanas de Bilbao), y otras dos para equiparar el salario de la escuela concertada a la pública y ayudar a las cooperativas afectadas por la dana.
Además, ha arrancado dos competencias al Estado y en breve podrá autorizar también los permisos de trabajo de las personas extranjeras. La influencia del PNV en Madrid facilita que se cumplan los acuerdos firmados con Pedro Sánchez, y se ha exprimido al máximo la bilateralidad: Pradales ha mantenido tres reuniones con el presidente español, ha participado en la primera convocatoria de la Comisión Permanente en 45 años de Estatuto de Gernika, se va a celebrar con carácter inminente la Comisión del Concierto para que las haciendas forales puedan recaudar y regular los impuestos a las multinacionales, la banca y el vapeo; y ambos gobiernos han acordado ampliar la participación vasca en el Ecofin, el Consejo que congrega a los ministros de Finanzas de la Unión Europea.
El Ejecutivo vasco tendrá que seguir gestionando la patata caliente de la interinidad y los salarios en el sector público mientras no se oficialice un acuerdo con el Estado para ir más lejos. Por el momento, ha aprobado una oferta de empleo de 3.949 plazas hasta 2027 (la mitad para Osakidetza, con 1.896). Y, en la conferencia de presidentes, Pradales propuso medidas para paliar la escasez de personal sanitario, como que los médicos de atención primaria puedan ejercer de manera voluntaria hasta los 72 años y no 70. Y, mientras se trabaja en el pacto de salud, a corto plazo se han reducido las listas de espera de Osakidetza para someterse a una operación hasta los 52 días, 15 menos desde que arrancó la legislatura. En cuanto a la Ertzaintza, se alcanzó un acuerdo con el Estado para extender sus funciones de vigilancia a los puertos y aeropuertos, y el Ejecutivo vasco rompió el hielo con los sindicatos convocando la mesa 125, pero las centrales dijeron que no hubo avances.
Con la mirada en Europa, Pradales ha tomado el relevo de Urkullu como presidente de la comisión del arco atlántico, y ha sacado chispas a la agenda diplomática para impulsar la creación de la macrorregión, un club de territorios que serviría como antena para captar inversiones europeas y no perder influencia en términos de conexiones ferroviarias y energéticas. Bilbao organizará el año que viene una cumbre de secretarios de Estado europeos a tal fin, y Pradales ha cerrado compromisos con la presidenta de la Eurocámara y con Sánchez. Además, ha firmado un documento con más de 70 territorios para rechazar la centralización de los fondos.