El último globo sonda de Ursula von der Leyen ha levantado ampollas, provocado indigestiones... y ha logrado movilizar a más de 70 gobiernos subestatales europeos, que han aprobado una declaración para poner pie en pared ante sus planes. La presidenta de la Comisión Europea insinuó hace semanas que quiere reducir los 530 programas que existen en la actualidad para conceder los fondos europeos, y simplificarlos a tan solo 27, uno por cada estado miembro, un planteamiento que amenaza el papel de los territorios y podría dejarlos sin ningún margen de influencia en el reparto del dinero. Además, plantea condicionar la entrega del dinero al cumplimiento de una agenda de reformas como ocurre con los fondos extraordinarios Next activados tras el coronavirus. Esta centralización afectaría a todos los fondos estructurales, incluidos los de cohesión y los agrarios. En este contexto, uno de los platos fuertes del viaje del lehendakari Pradales a las instituciones de la Unión Europea ha consistido este miércoles en la aprobación de una declaración con más de 70 territorios europeos para rechazar la centralización de los fondos. Llega en un momento de ambigüedad de la Comisión, que ni confirma ni desmiente y se limita a decir que los planes se aprobarán a mediados del año que viene. Esta declaración se enviará a las instituciones de la Unión.
Pradales ha culminado este miércoles su agenda de dos días participando en el congreso Power Regions of Europe, en la delegación que tiene el land alemán de Baviera en Bruselas. El cónclave se celebró con el impulso de Baja Austria y Baviera y más de 70 regiones y naciones sin Estado de la Unión, entre ellos, la comunidad autónoma vasca.
El propósito de la declaración, con el título “Por una política de cohesión moderna 2028+”, es defender una posición de fortaleza e influencia para los territorios con potencial innovador y económico, y que puedan participar en la elaboración del marco plurianual que va a operar a partir de 2028. De todos modos, no se olvidan tampoco de las regiones desfavorecidas, que necesitan “apoyo”. Con este matiz se viene a decir que el globo sonda de Von der Leyen es un riesgo para todos. Los jeltzales ya criticaron la gestión centralizada de los fondos Next y creen que los territorios son los que mejor conocen las necesidades de su tejido productivo y sus fortalezas, y pueden tener un ojo más fino para inyectar el dinero. En declaraciones a la prensa, Pradales avisó de que el bienestar está en juego y que los territorios se van a movilizar y a organizar para “dar la batalla” con esta cuestión.
Las peticiones
La declaración aprobada sostiene que las regiones fuertes (región es el término que se suele utilizar a nivel europeo para los gobiernos subestatales) en términos económicos y de innovación tienen una posición contraria a la centralización de la gestión de los fondos estructurales, estos territorios se postulan para participar en el diseño del marco financiero plurianual y los programas de la Unión Europea para el periodo que se abre a partir de 2028, y se recuerda que la propia Von der Leyen subrayó la importancia de mantener a los territorios en el centro de las políticas. La política de cohesión debe abarcar a todas las regiones de Europa, según defienden, para evitar cualquier exclusión o restricción en la asignación de fondos. Las más desfavorecidas necesitan apoyo para abordar sus desafíos, y las más industrializadas necesitan instrumentos para impulsar la transición verde y recuperarse de las crisis económicas. Por ello, estos territorios piden a la Comisión que aclare ya que sus intenciones no son centralizar la toma de decisiones en los ministerios estatales o en la propia Bruselas.
Por otro lado, si finalmente salieran adelante los planes para vincular la entrega del dinero al cumplimiento de unas reformas, avisan de que será imprescindible involucrar a las autoridades territoriales porque son precisamente ellas las que tienen las competencias para realizar esas reformas en muchos de los casos. La declaración incluye algunas alusiones a reducir la burocracia, y apuesta por la cooperación transfronteriza entre territorios.
De esta forma se pone el colofón a una cascada de quejas que también se han manifestado en el Parlamento Europeo y en el Estado español, donde el PNV pidió al socialista Pedro Sánchez que ni se le ocurra apoyar estas intenciones. El PP, que en su caso ha convertido los fondos en un argumento de confrontación con Sánchez, también se ha opuesto a los planes de Von der Leyen.
"Dar la batalla"
En el cónclave tomaron la palabra el propio Pradales; el president socialista de Catalunya, Salvador Illa; y el de Bratislava, Juraj Droba. Participaron también autoridades de otros territorios como Flandes o Lombardía. En su discurso, pronunciado en inglés, Pradales quiso presentar al Gobierno vasco como un socio fiable, “profundamente proeuropeo”, y que siempre ha apoyado la participación directa de las regiones en el proyecto europeo. “Somos sujetos políticos. Los vascos constituimos una nación, y queremos desarrollarnos como tal en el seno de Europa. Esto implica preservar nuestra lengua, la lengua vasca, patrimonio cultural de todos los europeos; defender nuestras tradiciones y nuestra cultura vanguardista y nuestra identidad plural y abierta. Nos hemos ganado el derecho a ser actores políticos legitimados en Europa. Hay argumentos políticos, legales, económicos y sociales para ello. El argumento de la simplificación no se puede utilizar para centralizar el diseño de las políticas. La Unión Europea no puede ser un club de estados”, dijo, para alertar de que la centralización sería contraproducente en términos de efectividad.
En ese sentido, aportó un dato, que las competencias para llevar a cabo la descarbonización de la industria, la transformación digital y la transición social están en manos de las autoridades locales. De manera más específica, esgrimió el atractivo de Euskadi para las inversiones y la innovación y la postuló para que tenga una posición influyente en el renacer industrial europeo. “Debemos organizarnos, movilizarnos y dar la batalla”, alentó.
Pradales defendió que las políticas regionales se articulen de abajo arriba, que se recupere el espíritu fundacional de la Unión Europea de los pueblos, y avisó de que no acepta una política de cohesión basada en la idea de que se haga “todo para las regiones pero sin las regiones”. “Todos los actores políticos deben estar plenamente implicados en el proyecto europeo. Creo en una Europa inclusiva, solidaria y diversa”, concluyó.