Imanol Pradales y María Chivite han sacado el paraguas del armario ante el chaparrón que se avecina en los próximos meses por la borrasca de la financiación catalana. El lehendakari y la presidenta de Nafarroa han exhibido su sintonía este miércoles con su primera reunión, en el Palacio foral de Iruñea, y han escenificado un frente común en defensa del Concierto Económico de la CAV y del Convenio navarro como sistemas solidarios con el Estado y con respaldo constitucional e histórico, un respaldo que los convierte en algo diferente y singular.
Ambos harán pedagogía en defensa de estas figuras para desactivar los bulos y evitar que este modelo salga perjudicado, defenderán la gestión “rigurosa” que han llevado a cabo para no tener que pedir “jamás” un rescate económico al Estado, algo que sí pueden hacer los territorios de régimen común; reivindicarán el riesgo que supone recaudar y gestionar los impuestos, y la “solidaridad” que ya asumen pagando una cuota al Estado y al resto de territorios. Pradales cree que deben compartir públicamente con mayor frecuencia estas características y el “riesgo unilateral” y la solidaridad del sistema para desactivar el discurso de los privilegios.
El acuerdo entre los socialistas y ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa como president los compromete a pactar un sistema de financiación singular para Catalunya que los soberanistas pretenden que copie el modelo vasco pero con “solidaridad”, como si el modelo vasco no realizara ya contribuciones al Estado. Otros, desde otras comunidades y ámbitos de opinión, piden recalcular el Cupo que pagan las haciendas forales al Estado, o que paguen más para compensar lo que deje de ingresar España si pierde el 20% del PIB que supone Catalunya. Pradales no llegó a concretar tanto, pero mostró su “preocupación” por que el Concierto se utilice “como arma arrojadiza” y se incorpore al debate de la financiación común.
Estrechar la colaboración
La reunión de Pradales y Chivite, la primera que mantienen desde que el nuevo lehendakari accedió al cargo, sirvió para reforzar la buena relación de vecindad que existe desde que UPN fue desalojada del Gobierno foral. Los dos territorios colaboran en la eurorregión, la comisión de los Pirineos y la del arco atlántico. Como es lógico por su afiliación jeltzale, la reunión tuvo otras connotaciones más simbólicas para el lehendakari, quien pidió comenzar su intervención en “lingua navarrorum”, en euskera, ante los medios de comunicación. Pero también Chivite reconoció que los lazos “van más allá de la pura relación administrativa”, y anunció que ambas partes van a actualizar en unos meses el protocolo de colaboración firmado en 2021. Además, propuso un “frente común” ante las políticas proteccionistas que afectan a las exportaciones de las empresas de la CAV y Nafarroa, y también para que se sustancie la conexión del TAV entre ambas comunidades.
A partir de ahí, Chivite defendió que tanto el Convenio como el Concierto son “herramientas solidarias con el resto de regiones de este país”. “Ahora hay quien lo pone en cuestión. Navarra y País Vasco seguiremos haciendo pedagogía sobre la validez de nuestro modelo y defendiéndolo ante quien lo cuestione”, dijo, para poner en valor la “responsabilidad” que habrían mostrado ambos territorios al gestionar este dinero.
Pradales confesó que su intención inicial era reunirse en julio, pero no fue posible por un problema para cuadrar agendas. A partir de ahí, proclamó que la colaboración “no es una opción, es una obligación histórica”, y tiene como finalidad “crecer en bienestar”. “Nos hemos reunido dos gobiernos distintos, elegidos por personas que comparten idioma, cultura y una vocación de autogobierno que se traduce, por ejemplo, en un Concierto y un Convenio”. Esa reflexión lo llevó a denunciar los mensajes populistas en contra de las singularidades, “los ataques interesados, injustos e infundados que sufren el Concierto y el Convenio, una manera de organización que compartimos y que no solo está amparada constitucionalmente, sino también blindada por la Unión Europea, una manera propia de organizarnos, pactada con el Estado, solidaria, pactada con todos los gobiernos españoles desde la transición democrática".
“Volvemos a defender el Concierto, su solidaridad, su singularidad, la rigurosa gestión del mismo que han realizado nuestros gobiernos”, recalcó. Chivite insistió en hacer “pedagogía como gobierno”, y resaltar el ejercicio de responsabilidad que supone “manejar tus propios recursos”, y realizar un aporte de solidaridad al Estado. “Es algo que debemos explicar más. Los debates que están surgiendo no están basados en la realidad ni en el conocimiento profundo de los dos sistemas”, lamentó.
La revisión del protocolo
Sobre la revisión del protocolo de colaboración entre ambos territorios en los próximos meses, se van a incorporar, por ejemplo, cuestiones relativas a la industria, las infraestructuras y la salud. Pradales citó algunas cuestiones a corto plazo, como la posibilidad de poner a disposición de los navarros el centro de protonterapia de Donostia para tratar el cáncer. Este mes también está prevista la firma del convenio de difusión de EITB en Nafarroa.
Pacto ético
Pradales, por otro lado, compartió con Chivite su decálogo por la ejemplaridad en Euskadi, y añadió que "una de las razones para plantear su necesidad fue el hecho de ver cómo representantes públicos reciben amenazas y ataques personales". "Lamentablemente, la presidenta Chivite sabe de lo que hablo. Estas actitudes son inaceptables y atentan contra la democracia", avisó. El pacto apuesta por respetar al diferente y proteger a los representantes políticos, pero el PP se desmarca asegurando que es insensible y no plantea los problemas de convivencia tras ETA.