El Parlamento Europeo ha aceptado la propuesta de la Comisión Europea de que ciertas inversiones en plantas nucleares y en centrales de gas para generar electricidad se consideren sostenibles. El objetivo es que estas fuente sean financiables mientras se desarrolla y generaliza la construcción de plantas renovables para cubrir la demanda real.
En estos tiempos duros de guerra, inflación y escasez de suministros, Europa está obligada a repensarse, una vez más. Porque la transición ecológica está muy bien, pero este verano acabará y pronto llegará el invierno. Y, sin el gas ruso, más de media Europa lo va a pasar muy mal. Es difícil pedir al pueblo que piense 'en verde' cuando el frío aprieta y no llegan las mantas.