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Preocupación en el sector de la hostelería ante un flojo verano

La inestabilidad meteorológica y los altos precios frenan la actividad en bares y restaurantes
Una mujer prepara una terraza en la localidad cántabra de Puente San Miguel. / EFE

La hostelería española se enfrenta a una temporada estival decepcionante, marcada por un clima inestable y unos precios elevados que han alejado a los clientes de bares y restaurantes. Ni las lluvias y el frío en algunas zonas, ni las olas de calor en otras, han favorecido al sector, que ve cómo sus previsiones de ingresos se desvanecen a medida que avanza el verano.

Al inicio de la temporada, la asociación Hostelería de España anticipaba un incremento del 5% en la facturación de los establecimientos hosteleros. Sin embargo, con la última semana de agosto a la vista, muchos empresarios temen no alcanzar esta cifra e incluso prevén pérdidas. El mes de julio fue especialmente complicado, con temperaturas más bajas de lo esperado en algunas áreas costeras y precios que continúan siendo un obstáculo para los consumidores, quienes optan por cocinar en sus apartamentos turísticos en lugar de salir a comer fuera.

Aunque la primera quincena de agosto mantuvo cifras similares a las del año pasado, el sentimiento general es de estancamiento en la demanda nacional. Hostelería de España ha rebajado sus previsiones iniciales y anticipa un cierre de verano menos exitoso de lo esperado. A pesar del crecimiento del 7,5% en la facturación de servicios de comidas y bebidas durante el primer semestre del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el aumento en la ocupación de un 1,7% no se refleja en una mayor afluencia de clientes en los bares y restaurantes.

Un verano complicado

En Cantabria, las condiciones climáticas adversas y la diversificación del turista, que opta por alojamientos más económicos como campings y caravanas, han reducido la facturación en un 5% en comparación con 2023. En La Rioja, el presidente de Hostelería Riojana prevé una caída del 15% respecto al verano pasado, con un enoturismo que no ha alcanzado las expectativas y que espera mejorar en los meses de vendimia.

Por otro lado, en Madrid, muchos locales aprovechan el verano para cerrar y dar descanso a su personal, ya que la actividad hostelera disminuye drásticamente cuando los madrileños se trasladan a las costas. En Baleares, tras dos años de éxito, este verano ha sido más débil, con un consumo moderado debido a la inestabilidad del tiempo y la última DANA que afectó la región. La hostelería sevillana tampoco ha experimentado su mejor temporada, con una caída notable en los ingresos debido a las temperaturas extremas que ahuyentan tanto a turistas como a locales, quienes buscan refugio en zonas más frescas.

Finalmente, en Cádiz, el agotamiento económico de los consumidores, después de varios años de aumento del gasto, ha llevado a una caída del 10% en la facturación respecto a 2023, con un menor consumo tanto en bares como en restaurantes, desplazándose hacia los supermercados y la comida casera en los alojamientos turísticos.

Con las últimas semanas del verano por delante, el sector hostelero espera un repunte, aunque las cifras sugieren que este será un verano difícil.

26/08/2024