HAY costumbres que, de viejas, se acostaron con los huesos doloridos y ya no despertaron jamás. Pero hay otras que, con la misma edad –75 años, pongamos por caso...– se mantienen en pie y no se pierden. Esa es la vida que gasta la Asociación Artística Vizcaina, nacida para el encuentro de artistas de todas las disciplinas posibles. Como tanta vida y tantos quehaceres no caben en una crónica se detiene el notario ahora. El 18 de febrero de 1992, ya hace casi treinta años, se celebró la primera de las legendarias Tertulias Poéticas de los Martes en el Café Boulevard, instituidas por Zenón García, por aquel entonces presidente de la Asociación, y Marino Montero, en representación del grupo hostelero que, bajo la dirección del promotor Iñaki Aseguinolaza, había recuperado el Café Boulevard de Bilbao en 1989, tras diez años largos de abandono y devolviéndole el esplendor y pujanza con que fue fundado en 1871.
Allí se celebraron ininterrumpidamente (con los lógicos paréntesis vacacionales y siempre con entrada libre) desde el martes 18 de febrero de 1992 hasta el martes 31 de octubre de 2006, con un total de 557 tertulias y una media de asistencia de ochenta personas que, martes tras martes, se reunían en los salones de la primera planta de este histórico café bilbaino. Hoy el café ya no existe pero los martes, con una cadencia quincenal por mor de la pandemia, los poetas siguen juntándose para darle a la lengua, nunca mejor dicho si se juzga que esa es su materia prima.
Ayer volvieron a hacerlo donde se citan desde hace once años ya, en el Palacio Yhon del Casco Viejo. Se juntaron para escucharle a uno de sus clásicos, el reputado psiquiatra Florencio Moneo, miembro de la Asociación desde 1991 y amante de las letras, leídas o escritas, casi desde la cuna: desde que aprendió su uso. Florencio se acercó a la cita, como acostumbra, para presentar sus dos últimas obras, Interiores y Diálogos, los dos nuevos poemarios publicados por el habitual contertulio, La cita rellenó la Jornada 1.051 de las Tertulias Poéticas de los Martes en Bilbao y décima sesión de su 31 ciclo anual y su literatura tuvo el habitual imán.
Presentó la obra el actual presidente de la Asociación Artística Vizcaina, el también poeta José Ramón López, Misere Josephe, quien cantó las aleluyas a Florencio y a su incesante obra, habida cuenta que los de ayer se consideraban el cuarto y quinto libro que, a título personal, firma el psiquiatra bilbaino. Se reunieron en la buhardilla del Palacio Yhon, donde ya es hábito juntarse, un puñado de letrudos. Lo que no es tan común fue el detalle que tuvo Florencio. Acabado el recital con sus nuevos versos tuvo el detalle de llevarse a los poetas hasta el Café Lago de la calle Correo, templo que gobierna Boni García, para invitarles a pintxos y bebidas (el refrigerio fue de órdago, tal y como acostumbra a servir Boni...), la tradicional merienda de los poetas de toda la vida. Florencio es, además de espléndido, todo un clásico de la vieja escuela.
Digamos que a la cita no pudo acudir la acostumbrada maestra de ceremonias, Loly Rubio, algo pachucha, pero sí lo hicieron la notaria de estas tardes (pasa lista sin desmayo entre la concurrencia...), María del Carmen Díez, María José Rodríguez, Isabel Martínez, Isama; Fernando Zamora, María José Plaza, Alberto Cabrera, Javier Martínez, Carlos Ruiz de Alegría, alias Carlos Launaz; Dorita Bustos,Miriam Jaramillo, María José Domínguez, Jesús González, Vicente Fernández, Aurori Bolsoni y Eduardo Loboentre otra buena gente que mide la vida entre endecasílabos y alejandrinos. Todos ellos y los que han mantenido en pie a lo largo de este tiempo la costumbre de los martes reunidos con rima consonante son custodios de una costumbre que no debiera perderse, como les dije en los orígenes de esta crónica.
Presentación de los nuevos poemarios de Florencio Moneo en la jornada 1.051 de las Tertulias Poéticas de los Martes en Bilbao
El reputado psiquiatra sacó a la luz sus dos últimas obras, 'Diálogos' e 'Interiores', en un recital celebrado en el Palacio Yhon