El Proyecto de Protección, Derechos y Bienestar de los animales impulsado por la Dirección General de los Animales, el cual en la versión preliminar va a afectar a los perros de caza, sigue su polémico curso en el Parlamento nacional, y en este momento nos encontramos, tras la presentación de más de 600 enmiendas por parte de los grupos políticos, en su debate.
Los diferentes grupos parlamentarios del Congreso han presentado sus enmiendas, unos favorables a la caza y otros en contra, unos de forma más sencilla y otras más elaboradas. Desde la UNAC y ADECANA destacamos las presentadas en referencia a su artículo 1, que confían que pueden ser aprobadas, por el que se pretende añadir los perros y hurones de caza a los que quedan excluidos de la Ley, que son los utilizados en los espectáculos taurinos, los animales de producción, los utilizados en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia, y los animales silvestres.
Desde la Unión de Asociaciones de Caza UNAC, su presidente Manuel Alonso Wert opina lo siguiente “siguiendo la línea que hasta ahora han defendido parece que va a haber mayoría para excluir los perros y los hurones de caza de esta normativa, pero creo que si se consigue que se aprueben las que la defienden, la que ha presentado el partido que gobierna, que va en el mismo sentido que otras de ellas, es la que tiene más posibilidades de ser aprobada , pero tengo mis dudas que miembros de la coalición que gobierna con ellos vayan a permitir esta modificación en toda su amplitud, por lo que tendremos que esperar a su aprobación para comprobarlo.”
Sin embargo, a entender de ADECANA y la UNAC, si bien es muy importante que se avance en las propuestas a favor de la caza, la realidad es que con estas enmiendas solo se va a conseguir arreglar algunos de sus flecos, cuando lo importante es el fondo de lo que propone este Proyecto de Ley, el cual no ha tenido en cuenta los intereses del sector rural, de los cazadores y los investigadores, e incluso de los ecologistas, los cuales tienen muchas divergencias con los animalistas que lo han propuesto y elaborado, por lo que lo mejor que se puede hacer con este nefasto proyecto es que se devuelva a sus proponentes sin aprobarse.
Es una Ley propuesta por una minoría animalista que si sale adelante amargará la vida, irremediablemente, a la mayoría de los ciudadanos navarros, y por ello por lo que ADECANA solicitó al Parlamento de Navarra que debatiera acerca de ello y se pronunciara en contra del mismo, algo que no han llevado a efecto.
¿Realmente que es lo que pretende este proyecto de Ley?
En primer lugar, si bien lo que pretende es cambiar completamente sistema de protección de los animales, para la mayoría de medios de comunicación, ha pasado desapercibida e infravalorada en su transcendencia, y tan solo se han valorado sus facetas más anecdóticas, amén de que supone una confrontación y contradicción con las legislaciones autonómicas promulgadas en los últimos años sobre esta materia y desarrolladas por mandato constitucional, que atribuye esta competencia a las Autonomías.
En segundo lugar este Proyecto de Ley pretende acabar con el modelo de “Núcleo zoológico”, herramienta técnico -administrativa presente en todas las leyes autonómicas de protección animal, como un producto vigilado sanitariamente y contrastado zootécnicamente que se ha ido ampliando, progresivamente, con más especies y más requisitos. La nueva ley implica a los veterinarios de clínica en la vigilancia de sus propios clientes, como gendarmes animalistas o comisarios políticos.
En tercer lugar su aprobación va a implicar un grave ataque a la biodiversidad y a las razas caninas españolas, yendo en contra de la meta 15 de la FAO de las definidas por la Agenda 2030, la cual las defiende como testimonio de biodiversidad, algo que en ganadería es fundamental para la seguridad alimenticia y en las razas de utilidad para los medios de vida tradicionales. Ello va a suponer un enorme riesgo para nuestras razas caninas autóctonas, como es el caso por ejemplo de nuestro pachón navarro, o los perros que se utilizan en Navarra para la caza en batida del jabalí, o los presentes en el medio rural con fines tradicionales, pastoreo, caza, guarda y escolta de rebaños.
En cuarto lugar pretende nutrir al lobby vegano/animalista de dinero público creando para ello una serie de nuevos organigramas en el Estado para controlar todos los incumplimientos de esta ley, introduciendo al animalismo en las esferas de poder de la organización estatal. Todo ello, por supuesto, con cargo a los presupuestos generales.
En quinto lugar crea más de treinta nuevas prohibiciones para los propietarios de perros. Los capítulos más intrigantes y oscuros son los referidos a los registros nacionales, autonómicos y municipales de perros y propietarios y los que dan forma a comités técnicos y “políticos” con capacidad de evaluar, multar o suspender. Si se aprueba se van a crear dieciséis nuevos registros y comités que conformarán lo que la UNAC ha venido llamando “el chiringuito animalista” que se pretende implantar con esta nueva normativa.
Y en sexto lugar, y este es el aspecto más oscuro de este entramado, es el Registro Nacional de Inhabilitaciones para la Tenencia y Actividades relacionadas con animales (RINTA), registro no público, sin fiscalización, una “checa” animalista cuya teórica finalidad es la prevención del abandono y maltrato animal, facilitando la ejecución de las penas de inhabilitación para actividades con animales o su tenencia y canalizar las elevadísimas sanciones que prevé esta Ley.