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Prevención y empatía, claves contra el bullying

Hablamos con tres expertos en acoso escolar de un problema social en aumento
La mayor parte de los casos de bullying se detectan en Educación Secundaria
La mayor parte de los casos de bullying se detectan en Educación Secundaria

Uno de cada cuatro alumnos sufre bullying en el Estado. Así lo refleja el IV Informe sobre acoso escolar La Opinión de los Estudiantes de la Fundación ANAR. Una cifra que está además por encima de la del año anterior, cuando lo detectaba el 15,2% de los estudiantes, pero una percepción que sigue por debajo de la de 2019, que se situaba en el 34,1%.

Datos que reflejan una realidad que asusta a las familias y que como sociedad condenamos sin paliativos. La pregunta es si hacemos lo suficiente para evitarlo. Casos como el de Jokin de Hondarribia, Carla de Gijón o Claudia, la joven de 20 años que se ha suicidado en esta misma localidad asturiana devuelven a primer plano una realidad que a menudo no se quiere ver en los centros escolares ni por las familias pero que deja víctimas que según los expertos, arrastrarán esta herida para siempre. Con varios de ellos hemos hablado esta mañana en Onda Vasca

"Es fundamental bajar esas cifras de acoso escolar"

El psicólogo Luis de la Herrán está acostumbrado a tratar con multitud de patologías en su centro de alta psicología de Bilbao y el bullying es una de ellas. Reconoce que no ha notado un aumento de casos y considera que acudir a estos servicios se ha normalizado. "No he notado un aumento. Después de la pandemia, en 2021, sí hemos notado un aumento de todo tipo de consultas. La explicación es la normalización de acudir a estos servicios. La gente está un poco peor pero afortunadamente hay más inteligencia emocional", destaca. 

Considera que para luchar contra el acoso escolar es necesario trabajar la prevención entre las familias y también en los centros escolares.

Es fundamental bajar esas cifras de acoso escolar. Intentar que cale que no se puede hacer

Luis de la Herrán, psicólogo

¿Cómo? La respuesta es potenciar la empatía. "Tenemos que intentar crear empatía, que los chavales se conozcan más, empaticen más con los otros, que sientan que pertenezcan al grupo pero no con las agresiones sino con otros comportamientos", añade. Eso sí, "debe hacerse con coherencia", destaca. "Los padres y centros deben ser coherentes en lo que dicen y en lo que hacen. Son pequeños elementos que ayudan a que exista menos perfil de agresión", afirma.

Entiende, sin embargo, que siempre existirá algún caso y subraya el perfil post traumático que arrastran a menudo las víctimas y que puede durar años. "La baja autoestima se circunscribe al contexto en que está en el colegio pero muchas veces permanece en el tiempo" explica y considera que una buena herramienta es el protocolo Kiva ideado en Finlandia.

El acoso escolar "no se supera nunca"

Javier Urra, psicólogo forense y ex defensor del menor ha tratado a víctimas y a agresores. Si nos centramos en estos últimos, destaca Urra que el agresor "se diluye" en el grupo, "sabe que está ridiculizando y vejando pero no es capaz de entender el sufrimiento que genera".

Subraya el experto que ese agresor tiene secuaces que le aplauden, otros que miran para otro lado y otros que podrían salir en defensa de la víctima. Este es el escenario de un caso de acoso escolar que siempre es difícil probar en sede judicial. 

La causa mayor del suicidio infanto-juvenil es el acoso escolar

Javier Urra, psicólogo forense

Respecto a la víctima, ha sido muy claro. "No se supera nunca. El ser humano tiene capacidad de evadirse, de atenuar, de tratar o manejar el estrés post traumático pero el resto de su vida, vivirá con ello, con una injusticia", reconoce. 

Llevamos muchos años con casos como el de Claudia, la joven de 20 años que se ha quitado la vida en Gijón y la legislación ha cambiado. "El caso de Jokin en 2004 generó un antes y un después", afirma. "Se han generado muchos protocolos, hay mayor sensibilidad", señala. 

En cualquier caso insiste en que el acoso escolar es "un tema de escuela". "Hay que estar muy atentos y no negar lo evidente porque hay padres de agresores que defienden al agresor", remarca. Y pone especial acento en el ciberacoso. Con este, la víctima se siente mal todos los días, añade.

"A veces cometemos el error de cambiarle de colegio y le puede pasar otra vez lo mismo e interiorizará que el culpable es él", advierte. 

"El acoso escolar debería ser considerado como un supuesto grave de la ley del Menor"

La abogada Leticia de la Hoz ha trabajado en varios casos de acoso escolar como el conocido como 'Caso Gaztelueta' o en el de Carla, una niña de Gijón que hace diez años se suicidó en el mismo lugar en el que ahora se ha quitado la vida Claudia. 

En esta década, reconoce, las cosas han cambiado y avanzado por la conciencia social y esta abogada ya no tiene que escuchar aquello de "son cosas de niños". Sin embargo, la legislación está coja en su opinión. Uno de los cambios importantes se produjo en 2021 porque la Ley Integral de la Violencia protege a la infancia y define como violencia el acoso escolar. Pero no aparece en el código penal. "Sigue en el artículo 173 que regula los delitos contra la integridad moral", aclara.

Lo primero en cualquier caso es distinguir quién es el agresor. En este sentido, los menores de 14 años son inimputables, según la ley del Menor. Sil agresor tiene entre 14 y 18 las penas pasan por amonestaciones, tareas socioeducativas o lo más grave, el internamiento en centros. Un supuesto este último que no se aplica en los casos de acoso escolar, puntualiza. 

Creo que deberían darle una vuelta desde el punto de vista de la víctima.

Leticia de la Hoz, abogada

Recuerda que hace 10 años con el caso de Carla, las menores acosadoras fueron condenadas a tareas socioeducativas. "Para nosotros fue un éxito porque la causa se había archivado dos veces. Se consideraba cosa de niños. La sociedad ha evolucionado y ahora nos parece poco", apunta. 

De ahí que para Leticia de la Hoz, el acoso escolar debería ser considerado como supuesto grave que provoque la aplicación de las penas graves que recoge la ley del menor. "Creo que deberían darle una vuelta desde el punto de vista de la víctima", señala. 

"Lo malo del derecho es que quien acusa debe probar y la víctima muchas veces no puede probar lo que le está pasando. Empujones leves, miradas….cuando nos lo encontramos por escrito tenemos ya algo para que la víctima sea creída", explica. 

2023-05-02T10:40:51+02:00
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