El recuerdo más reciente que tiene el Deportivo Alavés de la Copa es muy amargo. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho en el Paseo de Cervantes desde aquella bochornosa derrota (5-0) frente al Almería y ahora, en una nueva edición del torneo, la ilusión ha sido completamente renovada ante la posibilidad de que el conjunto babazorro vuelva a brindar noches de emoción y desenfreno, como ya hizo hace no mucho, a Mendizorroza.
En esta ocasión, los vitorianos inician su andadura en la competición del KO en un escenario que no les es desconocido, pero ante un rival que sí lo es. Porque el Glorioso regresa esta tarde (19.00 horas) a la Albuera segoviana, donde ya jugó hace más de diez años en Segunda B, para enfrentarse al Unami, quien, cada fin de semana, mide sus fuerzas con otros equipos de la regional castellanoleonesa –esto es, la división que equivale a la sexta categoría del fútbol estatal–.
Por tanto, el Alavés vuelve a encontrarse en su camino –como ya sucedió el curso pasado con el Rincón malagueño– a un club muy humilde que, ante la falta de recursos, intentará que su punto extra de valentía, corazón y, sobre todo, motivación, pues se trata del partido más importante de su historia, se imponga al profesionalismo de la escuadra gasteiztarra, la cual está habituada a otros contrincantes.
No obstante, pese a la a priori superioridad albiazul, Javi Calleja avisó en su comparecencia de ayer que la eliminatoria no será nada sencilla: "Nuestro mayor enemigo, si nos relajamos, podemos ser nosotros mismos. Sabemos que su mejor arma va a ser la ilusión y, además, es un equipo que, pese a la categoría en la que juega, trata de construir el juego desde atrás".
Turno de los menos habituales