El primer ministro británico, Rishi Sunak, defendió este miércoles a su ministra del Interior, Suella Braverman, al pedir la oposición laborista su cese por haber presuntamente ignorado la ley en su gestión de un centro de inmigrantes.
En su segunda comparecencia semanal en la Cámara de los Comunes, Sunak, que asumió el cargo el 24 de octubre, volvió a ser presionado por su nombramiento un día después de Braverman, del ala más derechista del Partido Conservador, quien previamente había dimitido del Gobierno anterior de Liz Truss por filtrar información confidencial.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, acusó hoy al primer ministro de haber llegado a un pacto turbio con Braverman para conseguir su apoyo en las recientes primarias conservadoras y "evitar así unas elecciones generales".
Starmer cuestionó el presunto compromiso de Sunak "con la integridad" al recuperar a la polémica diputada, de quien dijo que últimamente ha ignorado a sabiendas a los asesores que le recomendaban buscar alojamiento alternativo para cientos de inmigrantes detenidos por encima de los límites legales en un centro del condado inglés de Kent.
"Hizo un trato sucio con ella: la puso a cargo de la seguridad del Reino Unido solo para poder eludir unas elecciones. (Braverman) ha roto el código ministerial, ha perdido el control del centro de refugiados y puso en riesgo nuestra seguridad", declaró Starmer.
El nombramiento de Braverman ha sido una de las decisiones de Sunak más criticadas, lo que empeoró después de que la ministra calificara el pasado lunes de "invasión" la llegada de inmigrantes en pequeños botes por el Canal de la Mancha.
El dirigente conservador dijo hoy que su ministra "cometió un error" (con la previa violación del código ministerial en el Ejecutivo de Truss) por el que "asumió su responsabilidad", y ahora está centrada en "reducir la delincuencia y proteger las fronteras".
Con poco más de una semana en el cargo, Sunak ha protagonizado hoy también un importante cambio de rumbo, al anunciar que finalmente asistirá la semana próxima a la COP27 en Egipto, tras descartarlo previamente y ser criticado por no demostrar liderazgo en la lucha contra el cambio climático.