Las cinco personas acusadas de intento de homicidio en el ataque del 22 de enero en la via Leonina de Roma han recibido la prohibición de ingresar a espectáculos deportivos con sanciones que en alguno de los casos alcanza los próximos 9 años. Aquel asalto por parte de ultras de la Lazio a una terraza en la que se encontraban ultras y seguidores guipuzcoanos fue calificado por la Polizia di Stato y el presidente de la Real, Jokin Aperribay, como "una emboscada". Tres guipuzcoanos resultaron apuñalados, dos de ellos, en estado muy grave.
Los cinco ultras romanos, entre los que se encuentra el hijo de un histórico capo radical laciale, fueron identificados en las primeras horas junto a otras cinco personas gracias a las imágenes de videovigilancia de las calles y los comercios, amén de manchas de sangre halladas en el lugar y la indumentaria.
En el marco de las 36 horas que el Código Penal italiano establece como delito en diferido para arrestar a un sospechoso gracias a pruebas como los vídeos, la Policía italiana detuvo ese viernes a un varón y puso a otros cuatro de la misma "galaxia ultra biancoceleste" en libertad con cargos.
Todos ellos están acusados todos ellos de intento de homicidio y lesiones graves en el ataque que protagonizaron en la terraza del pub Finnegan del barrio Monti de Roma, a apenas 400 metros del Coliseo.
Esta medida significa que los cinco acusados no podrán asistir a espectáculos deportivos en periodos que suman un total de 27 años. El principal castigo recae sobre las espaldas de dos de los sospechosos, "reincidentes", que están sancionados por nueve años, en los que estarán obligados a "presentarse, durante toda la vigencia de la prohibición, en las comisarías de Policía durante los partidos disputados" por la Lazio.
La Jefatura de la Policía italiana justifica estas sanciones daspo (acrónimo de Divieto di Accedere alle manifestazioni SPOrtive, prohibición de acceso a espectáculos deportivos) en un tipo específico denominado "fuera de contexto".
Estas sanciones, de carácter administrativo, son complementarias al posible proceso penal al que estos cinco hombres de entre 20 y 30 años se enfrentan por tentativa de homicidio y lesiones graves.
Solo diez identificados, pero investigación abierta
La Polizia di Stato avisa de que la investigación sobre los hechos sigue abierta "para rastrear la identidad de las otras personas que participaron en el episodio criminal".
Llegados a este punto y más allá de los cinco imputados, la cifra de 10 identificados que ofreció la Polizia di Stato italiana en un primer momento se antoja escasa, a la vista de la turba que participó en la agresión de la via Leonina, que las fuerzas de seguridad transalpinas situaron en torno a los 80.
"La emboscada celeste fue planeada. Llegaron en masa frente a Finnegan y atacaron a sus rivales. La primera fila inmediatamente sacó cuchillos y apuñaló a los vascos sin piedad", resumió el diario La Repubblica lo sucedido horas después, con base en fuentes policiales y vecinos.
Al primer apuñalado que cayó herido, el dueño del establecimiento logró meterlo al interior antes de cerrar las persianas metálicas. Fuera, "la guerra", como calificó el dueño del bar, testimonio que la Polizia di Stato concretó en lanzamiento de varas metálicas reforzadas con cuchillos, palos de madera, objetos contundentes de hierro y pirotecnia casera "con un alto potencial ofensivo".
El resto de los que estaban en la terraza respondieron con las sillas y las mesas del bar, antes de echar a la carrera. "'Laziali, ¡por aquí!' ordenó entonces el jefe. Y el grupo se dividió en dos direcciones", explicó los hechos La Repubblica sobre cómo actuó el grupo atacante: parte de los agresores volvió hacia la Via Cavour y otra parte, hacia la plaza Suburra.
Un herido, en Roma
En cuanto al estado de los heridos, seis precisaron atención hospitalaria, tres de ellos, apuñalados. Uno de ellos abandonó el centro sanitario la misma madrugada, pero otros dos, cuyo estado revestía gravedad, fueron quienes permanecían hospitalizados tras las primeras horas.
Uno de ellos, el que ingresó en el centro hospitalario con un cuadro más grave, recibió el alta hospitalaria a finales de semana y con ella, luz verde para regresar a casa, donde debe continuar su recuperación. El otro herido, cuya estancia hospitalaria se había estimado en hasta 30 días durante los primeros días de ingreso, permanece hospitalizado en Roma.