El nuevo currículum educativo aprobado para la ESO en el Consejo de Ministros está recibiendo aplausos pero también críticas en una comunidad educativa que se encuentra dividida. Eso sí, la sensación generalizada es que llega con poco tiempo para que los centros se adapten ya que debe aplicarse ya en el curso que viene.
Es una de las quejas de Felipe Macho, profesor del Colegio Amor Misericordioso de Bilbao que considera que es una ley realizada de forma "muy rápida" y añade "sin bajar al aula". "Yo soy profesor de matemáticas y hay fórmulas que van a tener que memorizar con ejercicios", matiza en referencia al hecho de que la nueva ley busque pensar y no tanto memorizar.
En este sentido José Antonio Beobide, director del instituto Getxo 1 Caro Baroja afirma estar acostumbrado a hacer todo "a contrarreloj y en el último minuto". Lo lamenta. "Es un desastre", sentencia.
Precisamente los institutos y las familias siguen sin saber cómo será el nuevo bachillerato denominado bachillerato general. En opinión de José Antonio "hasta que la universidad no diga a qué estudios van a vincular este bachillerato es un poco incierto saber el éxito que va a tener". En cualquier caso confirma que ya tienen solicitudes para esta nueva modalidad. "Muchas preguntas y pocas respuestas. No se sabe a dónde conduce".
Es una de las quejas de un profesorado que se queja de continuos cambios dependiendo quién gobierne. "Nos vuelven locos a los profesores y padres, los alumnos no saben qué tienen que hacer. Se ha metido con calzador"
Pasar con suspensos
Ninguno de estos dos profesores respalda la idea de pasar de curso con asignaturas suspendidas. Para ellos es una obviedad que si un alumno no ha adquirido las capacidades planteadas debe recuperar esa asignatura o repetir en último término. "Pasarle de curso es darte contra una pared, es engañarle al alumno. La repetición viene bien en la mayoría de los casos", señala Felipe.
Los alumnos van a poder pasar de curso dependiendo de la decisión del profesorado y no tiene que haber ni siquiera unanimidad. "Es incongruente", subraya este profesor de Secundaria. "Queremos alumnos mejor preparados, que sepan más que apliquen todo en la vida cotidiana pero la realidad en las aulas es muy diferente".
José Antonio lamenta que con este cambio en concreto se esté restando importancia a la necesidad de esforzarse. "Si lo que pretendemos es evitar la frustración a toda costa no les estamos preparando para la vida porque la vida no es de color de rosa", subraya. "No puede haber ceros, unos o doses. Pues no. Al alumno hay que decirle que no sabes. Decirle que no lo has hecho bien", sentencia.
En esta línea, Felipe añade que "la ley del esfuerzo tiene que existir porque lo que tienen en la vida laboral es eso" y lamenta que se hagan leyes sin tener en cuenta la realidad de los centros. "Poner las cosas en un papel es muy bonito pero llegar al aula y adaptarlo es muy complicado. Se vende que funciona bien y que las repeticiones mejor no".
En su opinión falta "espíritu de trabajo". "El esfuerzo se valora poco. Ahí estamos cometiendo el error de decir que esté contento y ya….en la vida diaria hay que levantarse, trabajar, esforzarse….", señala.
José Antonio va más allá y habla de problema a nivel social. "Es la sociedad la que en mi opinión no valora suficientemente la educación y esto es reflejo de ello", remarca y prosigue, "la educación no aparece en los primeros puestos de la preocupación ciudadana y los niveles de exigencia van cayendo sin parar".
Pone especial acento en las asignaturas básicas, las troncales que permiten que podamos adquirir el resto de conocimientos. Ortografía, cálculo, escribir, leer entendiendo lo que se lee, enumera. "La lectura está descendiendo y se ve claramente".
Entiende que el problema de fondo es que se intenta dar a todos lo mismo. "Es un error". Considera que no se enseñar de manera uniforme a todos los alumnos. "A un chaval que a los 12 años tenerle seis horas escuchando rollos, que se aburre, que no entiende hay que ofrecerle alternativa. Es un error el café para todos", señala. "Es un problema que no se quiere ver y no se quiere afrontar", denuncia.