Política

Profeta en su tierra

Andoni Ortuzar es una persona de fuertes raíces que no tiene límite a la hora de hablar de su Sanfuentes natal. Un enclave con múltiples aristas que ha corrido siempre en paralelo a su trayectoria personal y profesional
Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces
Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces / Borja Guerrero

Aunque en otras latitudes se reniega de la combinación de pintxo de tortilla y café con leche, en Euskadi es ley y el pasado miércoles por la mañana el batzoki de Abanto despachaba a buen ritmo este desayuno entre los parroquianos. Cuando finaliza la entrevista con este medio, Andoni Ortuzar da buena cuenta de un café en la terraza y ya tiene la mente puesta en el partido de paleta cuero que jugará después en Sondika. Lleva 20 años haciéndolo, y antes en Larrabetzu, Arrigorriaga u Orozko –donde “lo que más nos motivaba era comer después dos huevos con chorizo”, admite–. Según dónde le fuera llevando la vida y “a medida que iban cerrando frontones”, apostilla. Mantener las costumbres es importante, más aún en época de cambios, y los recuerdos se disparan en el enclave en el que “he pasado toda la vida”. Ortuzar tiene Sanfuentes tatuado en el corazón y hace gala de ello.

Encima de la barra hay tres fotos enmarcadas, una de su inauguración, otra del lehendakari Imanol Pradales y una más de Ortuzar el día de su designación como presidente del Euzkadi Buru Batzar, portando la makila y luciendo media sonrisa. Recuerda con nostalgia las vueltas que da la vida, ya que cuando fue nombrado para liderar el Bizkai Buru Batzar “era solo para cuatro años, como mucho ocho”. Al final han sido 17 años, cinco en el BBB y el resto al frente del EBB, en respuesta a la llamada del partido y con un plus de ilusión por su cercanía con Iñigo Urkullu, ya que “habíamos estado juntos desde chavales”.

Afrontó una época “delicada y bonita para la política, justo habíamos recuperado la Lehendakaritza”, pero su salto a la primera línea no fue sencillo. Como director general de EITB estaba “en una buena posición y afrontaba un momento ilusionante con la eclosión de las cadenas privadas y las plataformas”.

Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces

Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces Borja Guerrero

La propia inauguración del batzoki de Abanto, el 1 de julio de 1984, se produjo en un momento especialmente convulso. Ortuzar, que se afilió con 13 años, en el 76 –“me puse pantalones largos en verano por primera vez para asistir a una reunión del partido”–, era entonces periodista de Deia pero por sus responsabilidades en el grupo municipal presentó los actos, en los que participó Carlos Garaikoetxea, al que “le quedaban cinco meses como lehendakari”. Se mezcló “la ilusión por tener un batzoki en uno de los municipios más comunistas y socialistas, cuna de La Pasionaria, lo que para nosotros era un sueño, con la tensión del momento”. “Se veía que el desenlace no era bueno”, añade, y al final “la escisión hizo muchísimo daño”.

En principio iba a ser presidente del BBB cuatro años, ocho como mucho, y ha encadenado 17 tras dar el salto a la presidencia del EBB

A la conversación se une Marta, vecina de Gallarta cuya aparición da pie a un intercambio de pullas que ponen en primer plano la visión hiperlocalista del lugar, siempre con el buen humor como base. Primero, “nadie dice que es de Abanto, eres de Gallarta o de Sanfuentes”, apunta el presidente del EBB. Se suceden conceptos como “la aristocracia rural”, “el Neguri de Ezkerraldea”, “el Abanto verde” y ser del equipo del Gallarta o del Abanto Club, y Andoni Ortuzar resume con un símil geográfico: “Gallarta es como Madrid, la capital; Sanfuentes es Euskadi, indómito, y Las Carreras es como Catalunya, está ahí, ahí, y compite siempre con Gallarta”.

Debate interno

En la visita posterior al frontón de Sanfuentes, en el que ha pasado incontables horas jugando “cuando no estaba tan bien preparado como ahora”, está a punto de sacar las palas para la foto y sale de nuevo a relucir su profesión de periodista al recordar a dos de sus históricos compañeros de pala, Juanjo Baños y Xabier Agirre. Rememora que fue reclutado de Radio Popular para escribir información local en DEIA, “cobrando 500 pesetas por folio publicado”, y llegó a ser responsable de Politika. Nunca ha tenido un “debate interno entre la vocación periodística y el compromiso político” y la clave ha sido mantener “la honestidad profesional más que la independencia”. Su desempeño nunca provocó quejas.

Mientras posa aparecen quienes le son más cercanos y un vecino le dice, “que te saquen el lado bueno”. Casualidad, Ortuzar fue hace años su monitor de colonias y responde con sorna que “milagros no se pueden hacer”. Respecto a que sea “la última foto” y que ahora toque “la jubilación”, como se señala después en la conversación, la cosa queda en el aire mientras se traslada a un mirador de La Arboleda desde el que se divisa una amplia panorámica de Ezkerraldea y más allá, incluidos “los tres grandes”, afirma, en referencia al Serantes, Punta Lucero y Montaño, perfecta metáfora de su trayectoria de gran angular.

Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces

Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces Borja Guerrero

Volviendo al origen de esta historia, y tras 17 años sin poder hacerlo por coincidir con la reunión del EBB, dentro de poco podrá volver a asistir a la asamblea que el PNV celebra en el batzoki de Abanto cada lunes, día de cierre del establecimiento por descanso semanal. Con sus fotos de barrenadores, pasado minero y fiestas populares en el interior. “Todo esto era antes campo”, dice Ortuzar varias veces durante la charla mientras extiende el brazo alrededor. Un regreso al hogar de quien en realidad nunca llegó a irse del todo.

2025-03-24T08:36:23+01:00
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