“Prometí que si el Betis ganaba la Copa aparecería en alguna de mis novelas”

Con los años, Blue Jeans se ha abierto un hueco en muchos hogares a través de sus libros. Tanto es así, que algunos de ellos han dado el salto incluso a la gran pantalla y a las plataformas de streaming. Hace unos meses volvió a las librerías para poner el broche a Los crímenes de Chopin con su nueva novela, La última melodía de Chopin.

A lo largo de los años ha conseguido que miles de adolescentes emprendan su aventura lectora. ¿Cómo arrancó la suya? 

Yo tengo la suerte de que mis padres son muy lectores, los dos. Entonces, desde pequeñito ya tenía libros en mi habitación. He crecido leyendo los grandes clásicos de la literatura juvenil -Moby Dick, Los tres mosqueteros, a Julio Verne...-. Y ya con diez-once años empecé a leer libros más adultos. Agatha Christie es mi escritora preferida, leía todos sus libros, y El señor de los anillos...

¿Hay alguno que regale cada año o que conciba como el regalo estrella? 

Tengo muchos amigos escritores. Entonces, voy regalando libros (risas). Por ejemplo, mi padre es muy lector -todos los años se lee 70-80 libros- y le voy regalando los libros de Santiago Díaz, de Mikel Santiago, de Dolores Redondo... A mi pareja también. Somos todos muy lectores y voy viendo las novedades de compañeros con los que me llevo muy bien.

Ha comentado algunos autores de nuestro territorio. Tenemos una buena cultura del thriller, ¿no? 

Sí. Además se tiende a pensar, porque es así, que el thriller se hace sobre todo en el norte. Ahí tenemos tantísimos, no solo vascos, sino también gallegos, navarros... Pero claro, a mí me apetecía escribir thrillers en Sevilla, en mi tierra, que también hay. Sevilla tiene ese lado misterioso que he intentado reflejar en estas dos novelas.

Cambian los escenarios, por supuesto. ¿Hay algún cambio más entre el thriller del norte y el thriller sevillano? 

Puede ser que el clima tenga mucho que ver. Cuando hay una serie o un libro que tiene que ver con Andalucía, se tiende a ver el tema del calor. Los personajes pasan mucho calor. 

Y ahora poner el broche de oro a esta bilogía de Chopin, ¿cómo ha sido? 

Pues ha sido complicado. Ha sido un año de trabajo duro, porque los escritores también tenemos vida personal y se van mezclando cosas. Uno va cumpliendo años, la familia también cumple años... Hay temas de salud, de que no siempre la cabeza está preparada para afrontar la creación... Pero es mi trabajo, mi pasión, tengo muy buenas editoras. Y ha sido un proceso largo pero estoy muy contento de cómo ha llegado hasta el final la novela, y ya está en manos de los lectores que desde el primer día están comentando sobre La última melodía de Chopin. 

Como comentábamos, Sevilla sigue siendo ese personaje principal. ¿Cómo es para usted retratar esa ciudad que le vio nacer de una forma más lúgubre, llena de crímenes?

(risas). Están las dos Sevillas. Esa Sevilla de cuando era niño, con un recuerdo muy bueno de casas, calles e incluso conventos a los que íbamos a comprar dulces. Es una Sevilla bonita y emocionante la que está en el libro. Y al mismo tiempo está esa Sevilla más misteriosa, las calles del barrio de Santa Cruz de noche con esa luz tan tenue y misteriosa... Ha sido muy guay mezclar la Sevilla oscura con la Sevilla ilusionante de mi infancia, y creo que al libro le ha quedado justo como yo pretendía al principio. 

Sevilla se va a convertir sin duda en lugar de peregrinaje. Tenemos la Giralda, Santa Justa... ¿Hay algún rincón que no podamos perdernos? 

Bueno, Sevilla es muy bonita, y hay tantas cosas... Mis padres siempre lo dicen. Mi padre tiene 70 y mi madre 66, y dicen que por mucho que conozcas de Sevilla, siempre hay una calle o una iglesia, siempre hay un bar que no conoces y que te encuentra. Yo recomiendo mucho el barrio de Santa Cruz, me gusta pasear por el barrio, por el centro... Santa Justa es como mi segunda casa. Tiene muchos rincones y sitios a los que ir. Los que vivimos en España, en Andalucía, conocemos Sevilla, pero mis libros también se leen en Latinoamérica, y es bonito que alguien te diga que está deseando venir. Para mí eso es un orgullo tremendo, que alguien quiera conocer Sevilla porque yo he hablado de Sevilla en un libro.

Sin entrar en spoilers, ¿qué nos vamos a encontrar, además de estas calles, cuando nos sumerjamos en estas páginas? 

Van a encontrar los lectores las respuestas que quedaron pendientes en el primer libro. El libro acaba de una manera muy abierta, con una desaparición, con un accidente, y van a tener esas respuestas. Lo que pasa es que a partir de esas respuestas se van a generar otras tramas, y hay desapariciones, misterio, intriga... Hay muertes, unas que parece que son casuales y otras que parece que no lo son. Va a haber nuevos personajes... Van a tener mucho recorrido, muchas historias, y cuando lleguen al final se acaba todo. Es mi primera bilogía y estoy contento de cómo se cierra.

Le ha puesto la guinda. 

Sí, además la guinda está puesta en la final de Copa del Rey, que gana el Betis al Valencia. Prometí en redes sociales que si el Betis ganaba la Copa aparecería en alguna de mis novelas, y esta sí que es la guinda de la historia.

Y si antes hablábamos de Sevilla como uno de los personajes, el resto de personajes también juegan un papel esencial. Triana, Niko... ¿qué relación van a forjar los lectores con ellos, con sus claroscuros, contradicciones y dudas? 

A mí no me gusta clichear mucho a los personajes. Tienen su propia identidad, su personalidad, pero es verdad que las personas somos contradictorias, y nos afectan las cosas que nos van pasando. Es un libro en el que pasan muchas cosas, a Niko y a Triana no paran de pasarles cosas. Es normal que eso les afecte. Incluso una relación que empieza en la primera parte en la que surge amor entre ellos, es normal que con circunstancias adversas, con conflictos, no lo vivan de la misma manera en la segunda parte. Esa relación entre ellos es una de las claves de la segunda parte. Y luego tenemos a Blanca, que es una periodista, que se ve en un periódico, es la nueva, es muy joven... Le cae el caso más mediático de los últimos años, y para colmo se ve involucrada en un accidente en el que no sabe por qué le ha pasado eso. Son personajes que van evolucionando, junto a otros nuevos, y creo que es un reparto bastante amplio. El lector se puede sentir identificado con cualquiera de estos chicos.

En esta novela tampoco puede faltar la música. ¿Quién nos dijo que no podíamos combinar a Taylor Swift o Justin Bieber con los más puros clásicos? 

(risas). Por supuesto. Hay música de todo tipo. Música que yo no escucho pero los lectores sí. Y cuando pregunto canciones, ellos me dicen sus preferidas. Esto pasa desde Canciones para Paula, y en los dieciséis libros que he publicado hay temas, completados con ese código QR con la playlist de Spotify. La música es muy importante porque ambienta totalmente la historia.