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Vida y estilo

Propiocepción, la realidad del sexto sentido

Es la capacidad del cerebro para percibir la posición, movimiento y acción de las articulaciones y músculos
Una persona haciendo ejercicio. FREEPIK
Una persona haciendo ejercicio. FREEPIK

Pese a pasar ciertamente desapercibida, la propiocepción es fundamental para realizar las tareas del día a día y mantener un cuerpo y mente llenos de salud. También denominada como sexto sentido, es la capacidad del cerebro para percibir la posición, movimiento y acción de las articulaciones y músculos. Dichas tareas pueden ser la danza, deportes o simplemente caminar, sentarse o levantar objetos.

Gracias a la propiocepción, las personas pueden moverse de forma coordinada y equilibrada sin necesidad de estar todo el tiempo mirando los miembros o el entorno que los rodea.

Fundamentos

La propiocepción se basa en que el cuerpo humano recibe de forma interna la información de sus diferentes partes a través de una red de receptores sensoriales denominados propioceptores. Cada persona cuenta con estos receptores en los músculos, tendones y articulaciones, que reciben la información tras cambiar su longitud y aumentar o reducir la tensión muscular. Una vez recibida la información, los propioceptores la envían al sistema nervioso central.

Dependiendo del lugar en el que se encuentren. existen tres tipos principales de propioceptores:

  • Husos musculares: estos están localizados dentro de los músculos y detectan cambios en la longitud del músculo y la velocidad de esos cambios.
  • Órganos tendinosos de Golgi: se encuentran en los tendones y miden la tensión generada en el músculo durante la contracción.
  • Receptores articulares: se sitúan en las articulaciones, estos receptores perciben los cambios en el ángulo y la velocidad del movimiento articular.

Vida diaria

Además de en tareas avanzadas como la danza o cualquier deporte, la propiocepción también es primordial para las tareas del día a día. Ejemplo de ello puede ser caminar, una tarea que se realiza de forma mecánica sin necesidad de mirar los pies en cada paso. Gracias a la propiocepción, es posible ajustar el equilibrio y postura de manera automática gracias a la información recibida por los receptores.

Respecto a actividades más avanzadas, la propiocepción permite ejecutar movimientos complejos con precisión. Los bailarines, gimnastas y jugadores de baloncesto, por ejemplo, dependen en gran medida de su capacidad propioceptiva para realizar sus rutinas y movimientos específicos.

Trastornos propioceptivos

Algunas condiciones médicas pueden afectar la propiocepción, provocando problemas de coordinación y equilibrio. Lesiones en las articulaciones, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, y lesiones medulares pueden comprometer la propiocepción. Las personas que han sufrido un derrame cerebral también pueden experimentar una reducción de esta capacidad.

Los síntomas de un trastorno propioceptivo pueden incluir una mayor propensión a tropezar o caerse, dificultad para realizar movimientos precisos, y una sensación general de descoordinación. En niños, los trastornos propioceptivos pueden manifestarse como torpeza excesiva, dificultad para aprender a escribir o problemas para realizar actividades que requieren coordinación motora fina.

Rehabilitación y mejora

Este sentido, al contrario que otros, puede ser mejorada a través de la rehabilitación y el entrenamiento. Para su optimización, además de acudir a un fisioterapeuta para realizar varios ejercicios para estimular y fortalecer los propioceptores, se puede hacer una rutina en casa. Ejercicios como el equilibrio en una pierna, el uso de superficies inestables y ejercicios de fortalecimiento muscular específicos pueden ayudar a mejorar la propiocepción.

Además, el yoga y el tai chi también funcionan a la perfección para trabajar la propiocepción. La repetición de posturas y movimientos lentos y controlados ayuda a aumentar la sensibilidad de los proproceptores y a mejorar la coordinación general del cuerpo.

Personas participando en una clase de yoga

Personas participando en una clase de yoga

Envejecimiento

Con el paso de los años, la capacidad propioceptiva de las personas se va disminuyendo. Esto puede acarrear una mayor probabilidad de caídas y lesiones. Para evitarlo, es importante que las personas de avanzada edad realicen actividades y entrenamiento tanto de fuerza como de equilibrio y coordinación. Esto va a mejorar la calidad de vida y la salud de las personas de la tercera edad.

En pocas palabas, la propiocepción es uno de los sentidos menos conocidos, pero que está latente en el cuerpo humano y es igual de importante que otros como el olfato o la vista. A través de ella, el sistema sensorial permite la percepción de la posición y el movimiento del cuerpo. Es esencial para la coordinación motora, el equilibrio y la ejecución de movimientos tanto simples como complejos. A través del entrenamiento y la rehabilitación, es posible mejorar la propiocepción y reducir los efectos de trastornos que la afectan. Mantener una buena propiocepción es vital para un envejecimiento saludable y para la realización segura y eficiente de las actividades diarias.

2024-07-19T09:31:47+02:00
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