Actualizado hace 4 horas
Las calles iluminadas, los mercados navideños y las cabalgatas son sinónimos de ilusión y tradición. Sin embargo, entre la magia de estas festividades también se esconden riesgos, especialmente para los más pequeños. Las aglomeraciones típicas de esta época del año pueden hacer que un momento de disfrute se convierta en una experiencia angustiante cuando un menor se pierde.
Con la llegada de estas fechas, padres, cuidadores y cualquier persona que frecuente estos espacios deben estar preparados para actuar ante este tipo de situaciones. Saber cómo reaccionar y qué enseñar a los niños puede evitar sustos innecesarios y garantizar su seguridad.
Aglomeraciones navideñas
Las cabalgatas de Olentzero y los Reyes Magos, las visitas a centros comerciales y los mercados navideños reúnen a miles de familias. Este ambiente, cargado de alegría y ajetreo, puede desorientar incluso a los niños más acostumbrados a estar entre multitudes. Además, la cantidad de estímulos visuales y auditivos dificulta que los pequeños se mantengan atentos a sus cuidadores, aumentando el riesgo de que se pierdan.
El primer paso es la prevención, pero, en caso de que un menor se extravíe, es esencial actuar con rapidez y conocimiento. Las recomendaciones varían según la perspectiva: los adultos que encuentren al menor tienen una serie de pasos a seguir, mientras que los padres pueden enseñarles a sus hijos cómo reaccionar si se ven separados de ellos.
Si encuentras a un menor perdido: cómo actuar correctamente
Encontrar a un niño perdido puede ser impactante, pero mantener la calma es crucial. Aquí las pautas más importantes para proceder:
1. No lo asustes ni lo agarres bruscamente
Evita movimientos o palabras que puedan generar más miedo. Háblale con tranquilidad, utilizando un tono calmado y expresiones sencillas para explicarle lo que sucederá.
2. Quédate en el lugar
No muevas al niño a otro sitio. Es fundamental permanecer en el mismo lugar, ya que los padres suelen regresar a buscarlo. Si el menor insiste en ir a un punto de encuentro previamente acordado con sus padres, acompáñalo por un camino transitado y visible.
3. Investiga sin presionar
Pregunta al niño cómo se llaman sus padres, si recuerda su número de teléfono o si puede describir algún punto de encuentro acordado. En ningún caso permitas que una persona extraña al menor, y que este mire con desconfianza, se lo lleve.
4. Notifica a las autoridades o al personal del lugar
Comunica inmediatamente la situación a la policía (llamando al 112) o al personal del recinto, como vigilantes, dependientes o azafatas. Ellos cuentan con protocolos para localizar a los responsables del menor.
5. Espera la llegada de los padres o de un agente
Nunca dejes al menor solo ni lo entregues a nadie que no sea un policía o sus padres. Asegúrate de que queda en manos seguras antes de retirarte.
Lecciones importantes para los niños: prevenir y actuar
Preparar a los pequeños para estas situaciones es tan importante como saber reaccionar. Estas son algunas enseñanzas clave que los padres pueden transmitirles:
- Buscar ayuda segura
Enséñales a identificar adultos de confianza, como policías, personal de seguridad o dependientes de tiendas. Indica que deben buscar personas acompañadas de niños, ya que suelen ser menos amenazantes.
- No seguir a desconocidos
Haz hincapié en que nunca deben irse con alguien que no conozcan, incluso si mencionan información personal o palabras clave.
- Compartir información básica
Explícales que solo deben proporcionar su nombre, dirección o teléfono a personas identificadas con uniforme o en puntos oficiales del lugar.
- Actuar de manera visible
Si sienten miedo o peligro, deben saber que pedir ayuda en voz alta, gritar o llamar la atención está bien y es seguro.
La prevención como herramienta clave
Antes de salir, los padres pueden tomar medidas preventivas para minimizar riesgos:
- Vestir a los niños con ropa llamativa o colores vivos para localizarlos fácilmente.
- Escribir un número de contacto en un papel que el menor pueda llevar consigo.
- Establecer puntos de encuentro claros en caso de separación.
- Mantener siempre la vigilancia sobre ellos, especialmente en momentos de mayor afluencia.
La magia de la Navidad no tiene por qué verse empañada por un descuido. Las aglomeraciones no solo representan un reto logístico, sino también una oportunidad para reforzar los lazos de confianza y preparación entre padres e hijos.
Recuerda: los niños no se pierden, son los adultos quienes deben garantizar su seguridad. Con un poco de planificación y las herramientas adecuadas, estas fiestas pueden ser seguras y memorables para toda la familia.