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Política

PSOE y ERC reivindican su pacto fiscal sin aclarar si responde a un Concierto

Montero se salva de comparecer en el Congreso pese al apoyo de Junts a la petición del PP, que fracasa en el intento de retratar a los ministros en el inicio del curso
La presidenta del Congreso, Francina Armengol saluda al portavoz del PSOE Patxi López a su llegada a la reunión de la Diputación Permanente celebrada este martes en el Congreso. EFE/Fernando Alvarado
La presidenta del Congreso, Francina Armengol saluda al portavoz del PSOE Patxi López a su llegada a la reunión de la Diputación Permanente celebrada este martes en el Congreso. EFE/Fernando Alvarado / EFE

El PP ha fracasado en su intento de presionar al Gobierno de Pedro Sánchez en el arranque del curso al no salir adelante las distintas solicitudes de comparecencias del presidente del Ejecutivo y de varios de sus ministros, pese a que Junts se ha inclinado hacia la derecha española en la Diputación Permanente del Congreso, donde han quedado rechazadas las demandas de explicaciones a la fuerza acerca de asuntos como la política migratoria, el soberanía fiscal de Catalunya, la situación del sistema ferroviario, la posición del Estado español sobre Venezuela o la huida de Carles Puigdemont. Tras más de cuatro horas de reunión, un balón de oxígeno para la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y los titulares de Exteriores, José Manuel Albares; Igualdad, Ana Redondo; y Transportes, Óscar Puente, aunque éste último hablará este jueves en comisión de los incidentes acontecidos este verano en la red ferroviaria.

PSOE, Sumar, PNV, Esquerra, EH Bildu y Podemos han tumbado la propuesta para que la ministra de Hacienda aclarase si el pacto fiscal con los republicanos responde a los términos de un Concierto Económico a la vasca después de que diferentes miembros del gabinete de Sánchez se hayan resistido, y lo siguen haciendo, en emplear ese término, a diferencia de otros dirigentes destacados y barones del espacio socialista. Tanto el PSOE como el partido que, de momento, encabeza la secretaria general, Marta Rovira, se han esforzado en defender su acuerdo negando que suponga “privilegios” o “agravios”, y garantizando la “solidaridad” de los catalanes con el resto de territorios. “Donde algunos ven agravio y una amenaza, los socialistas vemos una oportunidad de diálogo y avance en la cohesión social y territorial”, ha proclamado la diputada socialista Patricia Blanquer. En paralelo, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha aprovechado para puntualizar que “no importa tanto quién recauda, sino qué se hace con lo recaudado”; mientras que desde el propio Gobierno, la ministra portavoz, Pilar Alegría, promete que se cumplirá con la “financiación singular” de Catalunya sin mencionar, nuevamente, el concepto Concierto. “Y la literalidad es clara. Se habla de financiación singular, de solidaridad interterritorial. Estos son los términos que se recogen dentro del acuerdo”, se ha limitado a apostillar, destacando que hay autonomías que ya reciben una financiación también “mor de su singularidad”, caso de Baleares.

Junts se aleja de los bloques

En este contexto, la diputada de ERC Teresa Jordà cree que el pacto con los socialistas servirá para “finalizar con el sistema opaco e injusto” que, a su juicio, existe, poniendo en valor que la Generalitat pase a recaudar el total de los impuestos, y sí ha lanzado un recado de soslayo a Montero, asegurando que sí estamos ante un modelo de Concierto Económico. Es precisamente esta disociación de lecturas sobre esta alianza lo que empujó a Junts a querer forzar la comparecencia de la vicepresidenta primera. La portavoz de JxCat en la Cámara baja, Míriam Nogueras, había respaldado esta iniciativa para tratar de evidenciar las fugas de agua del consenso acordado por Esquerra, a quien echa en cara todo este embrollo reclamando una aclaración al respecto. “De momento, lo que ha pasado es que no cobramos. Queremos que nos expliquen qué es lo que se ha acordado y por qué se ha investido al señor Illa, el PSC más españolista de la historia”, ha zanjado. Y es que Junts defiende un “Concierto Económico puro” a través de la independencia, recordando que “no formamos parte de ningún bloque español, nuestro bloque es Catalunya”.

Un invitado a este fregado ha sido Podemos, echando más leña al fuego pese a que no ha avalado la comparecencia de Montero. La secretaria general de los morados, Ione Belarra, se ha mostrado convencida de que el PSOE ha dado “gato por liebre” a Esquerra y que “no tiene ninguna intención de cumplir” la mencionada financiación singular ya que “solo quería conseguir la investidura de Illa”. “Primero, el Partido Socialista tiene que decidir qué ha acordado con Esquerra. Hay distintos portavoces diciendo cosas diferentes”, ha aseverado Belarra, para defender a continuación una “reforma fiscal ambiciosa” que permita “garantizar la sanidad y la educación pública”.

Por su parte, el PP quería ver explicarse a la ministra de Hacienda porque según su responsable económico, Juan Bravo, que este acuerdo se plasme “sería tanto como decir 150.000 médicos menos, en educación sería como hablar de 260.000 profesores menos, y 25 hospitales de última tecnología menos”. “Un Gobierno que se hace llamar progresista y que resta oportunidades a los españoles para mantenerse en el poder, el nombre no es progresismo, es egoísmo”, ha considerado, poniendo sobre la mesa varios puntos para comenzar a negociar con el Ejecutivo la reforma del sistema de financiación autonómica, tales como un fondo de nivelación para las comunidades infrafinanciadas, multilateralidad, reducir los plazos de liquidación o tener en cuenta variables como la dispersión, el envejecimiento o los costes de vida. En el caso del PNV, su diputada Idoia Sagastizabal celebra el pacto entre socialistas y republicanos pero ha apuntado que ““el único Concierto es el que existe en la CAV, al igual que en Nafarroa tienen su Convenio Económico”. Sumar ha exigido tener en cuenta la “plurinacionalidad” a la hora de abordar la reforma del sistema de financiación autonómica.

Plan infructuoso 

Lo cierto es que el partido de Alberto Núñez Feijóo había registrado en julio hasta diez peticiones de comparecencia urgentes que obligaron a convocar al órgano que sustituye al Pleno del Congreso cuando éste está cerrado entre periodo de sesiones. El PP necesitaba el apoyo de Vox y de, al menos, dos grupos más para ganar las votaciones. En la Diputación Permanente se emiten 69 votos, por lo que la mayoría absoluta está en 35. 27 pertenecen al PP, seis a Vox y uno a Junts. 34 en total. Los mismos que tienen el PSOE (24), Sumar (6) y ERC, EH Bildu, PNV y Podemos (Grupo Mixto), con uno cada uno. Además, la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, también vota. En caso de tres empates consecutivos, la petición se rechaza. Las derechas han recibido el apoyo de Junts en cuatro de ellas pero el PSOE ha retenido sus respaldos parlamentarios, excepto el del propio JxCat y dos abstenciones de Podemos (política migratoria y trenes). El jeltzale Mikel Legarda ha explicado la posición de los nacionalistas vascos: “No vemos la necesidad de celebrar en los pocos días hábiles de agosto que restan ninguna comparecencia urgente”. Por su parte, Oskar Matute, de Bildu, ha reprochado al PP que no hubiese registrado “ni una sola petición de comparecencia sobre Israel. Creemos que eso condensa mejor que nada las obsesiones de la derecha: racistas, supremacistas y recentralizadoras”.

2024-08-28T17:04:02+02:00
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