Mientras desde varios sectores ajenos al independentismo –el último de ellos, el empresariado catalán– se defiende una ley de amnistía siempre y cuando el mundo secesionista prometa no recurrir de nuevo a la unilateralidad; Carles Puigdemont irrumpió ayer en escena, en un nuevo aniversario del 27-O, para reivindicar aquella declaración unilateral de independencia (DUI) que aprobó el Parlament en 2017 y emplazar al soberanismo a no hacer “renuncias” a lo que se empezó a construir entonces. “Mientras tanto, tenemos que procurar que todo lo que hagamos no comporte renuncias ni deconstruya lo que empezamos hace seis años, a pesar de que a algunos les parezca poco y a otros les parezca demasiado”, verbalizó en un tuit trasladando un mensaje rotundo: “Ni renunciamos ni renunciaremos”. De hecho, advierte de que no lo han hecho “por más dificultades que haya y por más esfuerzos que algunos hagan por retractarse”, apostillando que en estos seis años han preservado la DUI “de la pulsión amnésica o devaluadora de algunos”. A su juicio, se mantiene “viva” para cuando el independentismo se una “en una única estrategia, superando tentaciones partidistas”.
“ Todo lo que hagamos no puede deconstruir ni comportar renuncias a lo que se empezó en 2017 ”
CARLES PUIGDEMONT - Expresident de la Generalitat
Su posicionamiento llega en un contexto muy diferente al de entonces, inmerso ahora en plenas negociaciones con el PSOE de cara a la investidura de Pedro Sánchez, unas conversaciones en las que se está abordando un reconocimiento singular para Catalunya y un mecanismo para verificar acuerdos, además de una ley de amnistía que los partidos independentistas dan prácticamente por cerrada aunque semánticamente, por su significado, quedan aspectos aún a consensuar. Desde Moncloa evitaron responderle, más allá de que el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, afirmara que Sánchez “no ha dejado dudas” estos años de que es “perseverante en el diálogo y el marco constitucional”. “Visto los resultados y de cuál es la situación actual de Catalunya de convivencia en comparación a lo que era en junio de 2018, yo lo que puedo trasladar es que este Gobierno, si en algo es muy perseverante es en dos cuestiones: diálogo y marco constitucional”, manifestó el dirigente socialista.
En el actual horizonte para la investidura salieron ayer varios actores a la palestra. Uno de ellos, el líder de JxCat en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, quien desvinculó el posible acuerdo con Sánchez de un eventual relevo de Jaume Collboni en la alcaldía para que él sea regidor: “No está encima de la mesa, ni hablar. Esto no va por esta vía, no tiene sentido”, zanjó, tachando esta opción como “ciencia ficción”, e insistiendo en su voluntad de abandonar la política a corto plazo, tal y como dijo en la campaña electoral: “Estaré un tiempo. Cuando todo esté tranquilo, cuando pase esta situación de locura y mi equipo esté asentado definitivamente, me iré tranquilamente a mi casa”.
El 1-O “no fue delito”
“ ¿Qué delito fue el 1-O? ¿Contra qué? ¿Contra quién? La violencia se utilizó contra nosotros ”
CARME FORCADELL - Expresidenta del Parlament
Por su parte, la expresidenta del Parlament durante aquella DUI, Carme Forcadell, confía en que “ojalá haya investidura de Pedro Sánchez”, porque “significará que Catalunya ha avanzado mucho nacional y socialmente”. Ahora bien, matizó que no tiene claro si ese desenlace llegará, porque las negociaciones “no acaban de ir demasiado bien”. Precisamente, sobre una de las cuestiones que encallan esas conversaciones, la de la definición política de qué significó el referéndum del 1-O, Forcadell es tajante: “El 1-O no fue delito, evidentemente”. “¿Qué delito fue? ¿Contra qué? ¿Contra quién? El delito nos lo cometieron, la violencia la utilizaron contra nosotros. ¿Pero qué delito cometió la gente yendo a votar pacíficamente? ¿Está tipificado? No conozco ningún delito que diga que la gente no puede votar”, recordó. De hecho, aunque ella y otros dirigentes independentistas fueron condenados por el Tribunal Supremo, precisó que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha admitido a trámite sus recursos. “Estamos convencidos de que el TEDH dirá que nuestro juicio fue injusto, porque no había delito”.