Puigneró afea a Aragonès su baja en la Diada: “Yo nunca colaboraré en desmovilizar”

La Diada llega mañana en plena contienda entre Junts y ERC, que afecta de lleno también al Govern y es que, además de Pere Aragonès, tampoco los consellers republicanos acudirán al acto central organizado por la ANC. Tras los reproches cruzados de los últimos días, ayer fue el número dos del president, Jordi Puigneró, quien afeó la posición adoptada por su jefe de gabinete. El vicepresident señaló que él siempre se sentirá “cómodo” en “cualquier manifestación independentista” y precisó que “quienes estamos en primera línea tenemos que estar dispuestos a encajar críticas o algún silbato”. “Por eso estamos en este cargo de responsabilidad”, espetó en un mensaje claramente dirigido al líder de Esquerra. El dirigente de JxCat no interpreta el manifiesto de la Assemblea Nacional Catalana como una crítica y coincide con la expresidenta del Parlament Carme Forcadell en que hay que poner “fecha límite” a la mesa de diálogo.

Para Puigneró, la Diada responde a un acto festivo y conmemorativo en pro de la unidad del independentismo “para hacer avanzar al país”. En una entrevista a la agencia catalana ACN subrayó que “no se puede prescindir” de la movilización en la calle, más aún cuando “los catalanes tenemos pocas herramientas para poder avanzar hacia la independencia. La movilización es una de ellas y seguramente de las más importantes”. En este sentido, recordó el vicepresident que ya lo fue durante el otoño de 2017, en la eclosión del procés. “Por tanto, Junts no renunciará a la movilización como una herramienta más de presión. La Diada nos interpela a todos y yo no colaboraré nunca con la desmovilización”, remató sin ambages Puigneró.

El número dos del Govern tiene “muy claro” que quien desea que la manifestación no vaya bien es Pedro Sánchez, y por extensión España, lo cual “es motivo suficiente como para que acudamos todos”. “Estoy convencido de que muchos catalanes, por mucho que estén cansados o tengan un punto de desilusión, en el último momento tendrán muy presente la importancia de la movilización, y que asistirán para expresar ese sentimiento que desde hace muchos años se expresa en las urnas”.

La mesa, sin avances

Puigneró comparte que la mesa de diálogo no puede contar con un beneficio de la duda permanente, porque “más que una mesa de negociación empieza a parecer una mesa de esperar a Feijóo. Y nosotros no queremos esperar a que lleguen Feijóo y Vox. Queremos actuar antes”. A su juicio, está demostrado que “no hay ningún avance nacional ni tampoco en la amnistía” y que, por tanto, toca sentarse con ERC para ver cómo proceder en los próximos meses. “Forcadell ha puesto fecha de caducidad porque ha dicho que la mesa de diálogo no puede ser eterna. Un día debe decirse hasta aquí. Las negociaciones funcionan así. Si el interlocutor sabe que no hay límite de tiempo, no se moverá”, valoró.

Con todo, Puigneró confía en que los socios del Govern agoten la legislatura e insistió en situar el próximo debate de política general del Parlament como una “oportunidad” para que haya un “cambio de rumbo”. Según el vicepresident, son evidentes las diferencias en las estrategias de Junts y ERC y hay que mirar cómo hacer posible que “ambas avancen” e “intentar encontrarse en el camino”. Es más, describió gráficamente el contexto actual afirmando que se está “en una forma de Y”. l