El festival Punto de Vista continúa desgranando la programación de su próxima edición, que se celebrará en Pamplona del 27 de marzo al 1 de abril. Ahora, la cita–promovida por Gobierno de Navarra y organizada por la sociedad pública NICDO– acaba de anunciar las figuras a las que dedicará sus Focos. Se trata del director japonés Fukuda Katsuhiko y de las cineastas argentina y francesa Ana Poliak y Pascale Bodet.
De esta forma, Punto de Vista vuelve a prestar atención este año a la historia y el presente del cine asiático, con la primera proyección fuera de Japón de la película de Fukuda Katsuhiko (Tokyo, 1943-1998) Kusatori kusagami (The Grasscutter’s Tale) (1985), programada y presentada por Ricardo Matos Cabo. Se retoma así una orientación histórica del festival desde su pionero ciclo El cine de los mil años (2006), que ya tuvo un eco en la pasada edición con la inclusión en Sección oficial fuera de concurso de la extraordinaria película de Kazuo Hara Minamata Mandala.
El foco La libertad, ¿es posible? El cine de Ana Poliak, programado y presentado por Lucía Salas, se proyectará por su parte en los cines Golem Yamaguchi e incluirá tres sesiones dobles con los largometrajes ¡Qué vivan los crotos! (1990), La fe del volcán (2000) y Parapalos (2004), precedidos en cada caso de uno de sus cortometrajes.
Por su parte Pascale Bodet, ganadora del Gran Premio Punto de Vista a la Mejor Película el año pasado por Baleh-Baleh, visitará de nuevo Pamplona para presentar una integral de sus películas documentales: Le carré de la fortune (2007), Porte sans clef (2018) y Presque un siècle (2019). El título del ciclo, programado y presentado por Pablo García Canga, es Tres aventuras de Pascale Bodet.
LA RESISTENCIA DE UNA CAMPESINA
El foco dedicado Fukuda Katsuhiko se concretará en una única sesión especial. Fukuda fue miembro de Ogawa Productions y participó activamente en la extraordinaria serie de películas que este colectivo realizó entre 1968 y 1978 sobre la lucha de resistencia de los campesinos y sus aliados contra la construcción del aeropuerto de Narita en la zona rural de Sanrizuka y contra la violenta represión de las autoridades estatales.
Fukuda abandonó el grupo, que se trasladó a Yamagata, en el norte de Japón, a finales de la década de 1970 y permaneció en Sanrizuka, donde siguió trabajando en una serie de pequeñas películas en 8 mm, entre ellas la bella Kusatori kusagami (The Grasscutter’s Tale) de 1985, un retrato íntimo de la vida de una anciana campesina que permaneció en Sanrizuka y siguió resistiendo. La película señala un cambio importante en la práctica del cine documental en Japón, al centrarse en los pequeños gestos y las historias personales de las personas implicadas en la lucha política.
La película se proyectará por primera vez fuera de Japón, acompañada de una presentación ilustrada a cargo del programador Ricardo Matos Cabo.
POLIAK Y BODET
De Ana Poliak (Buenos Aires, 1962), quien pertenece a una generación que cumplió la mayoría de edad en plena dictadura, se verán ¡Qué vivan los crotos! (1995), una película que existe en el lugar en el que se cruzan la ficción y el documental, los cuerpos y los espacios; La fe del volcán (2000), que busca en la calle, con sus ritmos y sus estridencias, los hilos que hacen que la angustia esté directamente atada a la historia; y su último largometraje hasta ahora, Parapalos (2004), que teje algo entre las dos, construyendo historias nuevas, inventadas, actuadas, con relatos de vidas reales y unas condiciones de trabajo también reales, malas e inusuales.
Y la oportunidad de profundizar en Pascale Bodet (Túnez, 1971) la brindarán sus largometrajes Le carré de la fortune (2007), Porte sans clé (2018) y Presque un siècle (2019). Son películas que parecen avanzar a cara descubierta pero que siempre tienen un secreto, una historia diferente que avanza por debajo .De esta forma, la cineasta está contando algo que ha sucedido en el momento de rodarla y al mismo tiempo es una prueba de que confía en el público. Confía en la inteligencia, de los y las espectadoras, en nuestro deseo de aventurarnos y quizás equivocarnos.