El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha elevado a 617.000 la cifra de militares desplegados en la ofensiva militar sobre Ucrania, una agresión que por ahora tiene previsto mantener y cuyo final condiciona a la consecución de una batería de objetivos. Precisó que se trata de la "desmilitarización", "desnazificación" de Ucrania y garantías de su "estatus neutral".
Putin, que ha protagonizado este jueves su habitual rueda de prensa para hablar de diversos temas de actualidad, ha dedicado gran parte de su comparecencia a Ucrania, donde a su juicio se libra un conflicto "similar a una guerra civil entre hermanos", ya que "en el fondo los rusos y los ucranianos son un solo pueblo".
Bajo esta premisa, y argumentando que la invasión era necesaria para contener un "genocidio" contra la población rusófona, "desnazificar" Ucrania y evitar los riesgos de seguridad que para Rusia supondría una expansión de la OTAN, Putin ha dejado claro que mantendrá el pulso.
En el terreno militar, ha afirmado incluso que las fuerzas rusas están ganando posiciones y ha dado por fracasada la contraofensiva lanzada por el Ejército ucraniano a mediados de año.
Sobre el hecho de que las fuerzas de Ucrania hayan cruzado a la margen izquierda del río Dniéper, Putin ha asegurado que se trata de un movimiento "político" y no táctico, un avance "estúpido e irresponsable" que estaría implicando un gran número de bajas y destrozos. En este sentido, Rusia no tiene prisa por devolver a los ucranianos al otro lado del río, ya que incluso considera "beneficioso" lo que ha ocurrido.
Tampoco ve motivos para una segunda movilización como la que implicó en su día la integración en las Fuerzas Armadas de 300.000 ciudadanos. El presidente ha destacado el papel desempeñado por estos nuevos reclutas, de los cuales 244.000 estarían en zonas de combate, y ha señalado que 486.000 personas se han alistado de forma voluntaria.
En total, Rusia dispone de unos 617.000 efectivos repartidos por un frente que se extiende "más de 2.000 kilómetros", según ha expuesto Putin en la conocida como 'Línea Directa' y recogida por los medios oficiales rusos.
REGIONES OCUPADAS
Putin se presentará a la reelección en los comicios de marzo de 2024, que Rusia también aspira a celebrar en las regiones ocupadas de Ucrania, que reivindica ahora como propias pese a no controlarlas en su totalidad. Moscú quiere impulsar medidas de desarrollo como un programa de hipotecas, ha anunciado este jueves el mandatario.
"Cada año, el presupuesto federal prevé destinar más de un billón de rublos (unos 10.200 millones de euros) para el desarrollo de estas regiones", ha prometido, en alusión a Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.
SOBRE ESTADOS UNIDOS Y LA UE
La agresión sobre Ucrania también ha lastrado las relaciones internacionales de Rusia, especialmente con gobiernos occidentales como el de Estados Unidos, con el que Putin se ha mostrado "dispuesto a establecer relaciones", en la medida en que sigue considerándolo un país "importante y necesario".
Sin embargo, ha acusado a Washington de "actuar como un imperio" y le ha instado a respetar las decisiones soberanas de otros países en lugar de emprender sus propias operaciones militares o aprobar sanciones como las que se han adoptado contra Moscú en los últimos años.
La UE, por otra parte, "ha perdido su soberanía" y adopta decisiones que incluso se vuelven en su contra, según Putin, que en reiteradas ocasiones ha acusado al bloque de limitarse a seguir la línea marcada por Estados Unidos.