La Real Sociedad encajó este domingo en Mestalla su primera derrota de 2025, a manos de un Valencia que sumó los tres puntos gracias a un solitario tanto de Hugo Duro. El cuadro txuri-urdin planteó un partido distinto al previsible, con un esquema de tres centrales y carrileros que dio el resultado esperado en ataque pero no así en defensa. Los de Imanol generaron durante la primera parte, antes del cambio de dibujo al descanso, situaciones interesantes para marcar. Sin embargo, también vieron cómo los locales disfrutaron de buenos acercamientos... ¿Qué buscó el entrenador blanquiazul de inicio con el sistema 5-3-2?
Esta imagen previa de pizarra ilustra cómo la estructura de la Real encajaba como un guante con la del Valencia a la hora de lanzarse a presionar al hombre. Tal y como hiciera el jueves en Copa contra el Rayo, Imanol combinó su voluntad de apretar arriba con la intención de ahorrar recorridos muy exigentes a sus futbolistas fatigados. Así, para la ocasión escogió esta vez un entramado cuyas dosis más elevadas de energía podían recaer en los descansados Aritz, Javi López (debían defender muy alto si la jugada del rival comenzaba por su costado), Becker y Óskarsson (aportando estos dos últimos la profundidad y la chispa en ataque).
Enfrente, pese a que posiblemente Carlos Corberán no intuyera cuáles iban a ser los planes txuri-urdin, sí estuvo muy hábil a la hora de dotar a su equipo de matices interesantes para atacar a la Real. Mientras Imanol apostó principalmente por envíos largos al dos contra dos de Óskarsson-Becker ante los centrales Tárrega-Mosquera, el técnico che buscó de forma muy agresiva la espalda de los carrileros Aritz y Javi López, zona en la que Zubeldia y Pacheco podían sufrir a campo abierto con extremos veloces como Rioja y Diego López.
Intenciones claras
Comenzó el encuentro y enseguida se apreció el modo prácticamente idéntico con el que ambos equipos se presionaban. Tal y como hemos explicado, los sistemas txuri-urdin y che encajaban a la perfección para apretarse mutuamente al hombre, aunque con ligeras variantes en el costado opuesto al balón.
La pregunta es: ¿qué equipo logró hacer más daño a su rival según lo planteado? La idea de Imanol respecto a buscar la profundidad de Óskarsson y Becker tuvo todo el sentido del mundo y generó varias situaciones interesantes, entre ellas la clarísima oportunidad desperdiciada por el islandés. En materia ofensiva, el 5-3-2 del técnico txuri-urdin sí surtió efecto.
Los problemas txuri-urdin
El Valencia, por su parte, también generó muchos problemas a una Real incómoda en defensa con el sistema de tres centrales. Para empezar, los de Corberán apostaron por envíos directos de sus laterales a los extremos de su misma banda. Como Aritz-Javi López avanzaban para presionar a Gayà-Foulquier, estos últimos buscaban en largo por delante a Rioja-Diego López, quienes hacían sufrir a campo abierto a Zubeldia y Pacheco.
En cualquier caso, no quedó aquí la cosa. En un partido equilibrado en líneas generales, marcó la diferencia la mayor variedad de vías hacia el peligro de la que hizo gala el Valencia. Los de Corberán no sólo atacaron a la Real mediante los ya vistos envíos directos por banda. También supieron atacar la zona de Pacheco y Javi López mediante los movimientos de un Javi Guerra que, partiendo del interior diestro, se escoró a menudo para convertirse en extremo derecho.