Hoy en día es muy complicado concentrarse para hacer los deberes sin la distracción de las conversaciones ajenas o las llamadas telefónicas. Para evitarlo, muchas personas se ponen cascos o tapones para intentar enfocarse en la tarea que están haciendo. A esto se le llama 'estado flow', que consiste en estar únicamente centrado en una actividad e ignorar todo lo demás.
Con el 'estado flow' se consigue un nivel de concentración tan alto que uno pierde la noción del tiempo. Llegar a ese estado es complicado porque la mayoría de las veces solemos centrarnos solo unos minutos porque nos distraemos con una mosca, un estornudo, el ruido de los teclados e incluso por los suspiros de la gente.
El término "flow" (flujo) fue inducido por primera vez por Mihaly Csikszentmihalyi, el padre de la psicología positiva y la felicidad. Lo llamó así porque es un concepto que la gente suele usar cuando se dejan llevar por las cosas o por alguna emoción.
El alto nivel de concentración del 'estado flow' es tan gratificante que tenemos la sensación de que, lo que estábamos haciendo por dos horas, sentimos que lo hemos hecho en cinco minutos.
Es más, con el estado flow nos sentimos tan bien con nosotros mismos que nos brinda algunos beneficios a la salud mental.Tenemos las metas claras con una retroalimentación inmediata, sabemos equilibrar las habilidades y los desafíos, tanto nuestro compromiso de trabajo como nuestra creatividad aumenta y, sobre todo, la confianza que tenemos con lo que estamos haciendo crece porque se enriquece al saber que, en lo que estamos trabajando, se puede conseguir.
Lo mejor de todo es que este estado lo podemos conseguir en muchos ámbitos. Por ejemplo, en el trabajo, podemos organizarnos con un calendario, silenciar las notificaciones y salir de las aplicaciones que nos distraen y poner música instrumental al hacer los deberes. En los deportes, conseguimos el estado del flow cuando despejamos la mente; es decir, los atletas alcanzan ese flow atlético cuando no se preocupan por otra cosa que no sea el deporte que están por realizar.
En el arte, lo experimentamos con la música, las películas, la escritura o la pintura. Por ejemplo, mucha gente pierde la noción del tiempo cuando escuchan una música relajante como el jazz, esto ayuda a conformar el flujo creativo.
Es tan increíble la sensación que nos produce el estado flow que, a pesar de lo complicado que es llegar a ello, vale la pena intentarlo porque alcanzamos más fácilmente nuestras metas y nuestra concentración fluye mil veces mejor que de manera habitual.