Calles llenas de gente, cafeterías, centros comerciales y prácticamente ninguna mascarilla. Una vez que dejó de ser obligatoria nos hemos olvidado de esta prenda pero, ¿deberíamos seguir usándola en los interiores? La mayoría de expertos considera que sí.
"La pandemia no ha terminado todavía", subraya el epidemiólogo y ex directivo de la OMS, Daniel López Acuña. "El virus sigue activo, con tendencias a incrementarse, la potencialidad de mutar y generar variantes o sublinajes que escapan a la eficacia vacunal", explica.
Los datos están ahí. Ya son 645 millones de casos de covid en estos tres años y más de 6 millones fallecimientos en el mundo. En el Estado hablamos de 13,5 millones de casos y 116 mil muertes.
“ Estamos viviendo como si el virus hubiera desaparecido. ”
En su opinión nos hemos relajado demasiado y considera López Acuña, que fruto de esto tenemos ahora la "tripledemia" que consiste en una alta tasa de incidencia de covid, el virus respiratorio sinticial que genera la bronquiolitis y la gripe estacional. "Esto lo estuvimos evitando con la mascarilla y no estamos en el momento en que deberíamos haber suprimido su uso en interiores", afirma.
Señala este epidemiólogo que debemos entenderla la tripledemia como el solapamiento de tres problemas diferentes. Son tres virus diferentes con tratamientos también diferentes pero están coincidiendo en el tiempo y esto está generando una incidencia en la atención primaria de "más de 800 casos por 100 mil habitantes y con una tendencia ascendente", advierte.
Subraya que han aumentado los ingresos en las UCI pediátricas por las bronquiólitis pero también los ingresos hospitalarios de niños por los picos de gripe y de hecho, plantea que igual habría que vacunar también a la población infantil y no sólo a la gente mayor.
La combinación de los tres virus, alerta, "nos sitúa ante un invierno y temporada navideña con alto riesgo de saturación en atención primaria y hospitalaria".
El epidemiólogo no tiene dudas. "Deberíamos de volver a un uso riguroso de mascarilla en interiores, sobre todo en invierno y realizar más pruebas diagnósticas" y entiende que se ha "subestimado la magnitud del problema".
La importancia de la vacunación
Llegados a este punto en el que hemos abandonado las medidas de prevención y en especial la mascarilla salvo en los lugares en que aún es obligatorio, insiste Daniel López Acuña en la importancia que tiene la vacunación.
Y es que en su opinión "no le estamos dando la importancia adecuada". "Requiere más información y pedagogía. Tenemos hoy una vacuna que nos protege mejor que la vacuna inicial. La nueva vacunación se ha planteado para mayores de 60, personal sanitario e inmunodeprimidos. La situación es que solo el 47% mayor de 60 años tiene la cuarta dosis. La mitad no está inmunizada", subraya.
“ Vamos muy despacio con la vacunación ”
En su opinión la baja cobertura de la cuarta dosis en mayores de 60 años e incluso en mayores de 80 años donde esta no llega al 70% nos lleva a una "etapa complicada".
"No está habiendo mensajes claros. Hay que vacunarse porque la protección disminuye. Unos 15 millones de personas ni siquiera tienen la tercera dosis y están desprotegidos", señala y por ello considera que ha llegado el momento de abrir un debate amplio y público "con criterios sanitarios" para alentar la vacunación con esta vacuna ambivalente también para aquellas personas que ni siquiera han recibido la tercera dosis.
“ Necesitamos un refuerzo cada año ”
Recuerda además que todos estos virus mutan y van cambiando tanto en la infección que generan como en los mecanismos. "Cuando tenemos virus que cambian continuamente, debemos proteger continuamente al organismo. Por eso se vacuna anualmente", explica.
A esto hay que sumar, recuerda, que teniendo esta alta incidencia mundial y una transmisión importante por una constante infección, "estamos condenados a que sigan surgiendo nuevas variantes. La única manera de hacerle frente es reforzar la vacunación", insiste.