El término amaxofobia hace referencia al miedo irracional a conducir. Se trata de una fobia específica, y como tal, pertenece a los trastornos de ansiedad. La persona que padece amaxofobia no solo tiene miedo a conducir, sino también a todo aquello que esté relacionado con ir en coche, aunque sea como copiloto o mero acompañante.
Se trata de un problema relativamente común, más frecuente en mujeres. En la mayoría de ocasiones es difícil determinar cuál es la causa específica o determinante que marca el origen de una fobia. No obstante, en el caso de la amaxofobia, la causa suele deberse a una mala experiencia relacionada con la conducción, ya sea está personal o de algún ser querido.
Un accidente traumático, aunque no lo haya sufrido la persona en sí misma, puede ser una situación potencialmente estresante hasta el punto de poder inducir el desarrollo de este tipo de fobia.
También una historia de aprendizaje y condicionamiento inapropiados pueden ser causa directa de la aparición de esta dolencia. Por ejemplo, si una persona soportó una presión excesiva cuando se examinaba del carnet o se vio humillada por el hecho de no haberlo conseguido a la primera, pueden ser situaciones que promuevan el desarrollo de la amaxofobia.
Cómo se manifiesta
Como todas las fobias, se manifiesta tanto a nivel mental como físico. La persona sufre sentimientos catastrofistas al subir a un vehículo. Además de esa distorsión de la realidad, entra en su estado de alerta, lo que dificulta la concentración en la tarea de conducir. Desde la esfera física, se manifiesta con síntomas como nerviosismo, sudoración, ritmo cardíaco acelerado o rigidez muscular.
La buena noticia es que la amaxofobia se puede superar. Lo primero es tomar conciencia del problema e identificar las emociones para después trabajar en su regulación desde diferentes ángulos:
- Técnicas de respiración diafragmática. Para controlar los síntomas fisiológicos generados por la ansiedad. Se trata de una intervención sencilla, de rápido aprendizaje, eficaz y aplicable a casi cualquier situación.
- Terapia psicológica especializada. Incluye el aprendizaje de técnicas de relajación, focalización de la atención, respiración y visualización.
- Talleres de conducción específicos. Se trataría de exponer a la persona poco a poco a entornos y situaciones relacionadas con la conducción
- Programas de realidad virtual inmersiva. Permiten realizar simulaciones realistas en diferentes entornos de conducción.