Qué es la diarrea del viajero y cómo prevenirla

Siempre que planificamos algún viaje o salida pasa algo. Muchas veces perdemos cosas, nos olvidamos de alguna otra o tenemos algún tipo de malestar físico. Irse de vacaciones y tener que estar más pendiente de tus dolencias que de los planes que había previstos es un agobio para cualquiera.

La diarrea del viajero puede ser un problema si no tenemos cuidado durante nuestras vacaciones y es algo muy desagradable de sobrellevar durante las vacaciones. Este tipo de malestar físico se puede prevenir, pero cuando el dolor ya es inevitable, también hay formas de que alivies el sufrimiento y te recuperes antes de lo que piensas.

Qué es la diarrea del viajero

La diarrea del viajero, también llamada diarrea del turista, es un problema de salud que aparece durante las escapadas de vacaciones. Surge por la infección vía oral de bacterias, virus y parásitos que se encuentran en alimentos y bebidas contaminadas, estropeadas o pasadas. Los más comunes son: Escherichia coli, Shigella, Salmonella, Campylobacter, Rotavirus y Giardia.

Para la mayoría de las personas que realizan una salida no suele ser un impedimento, pero aquellos afortunados que han decidido viajar al trópico, a África, al sudeste asiático o a América Latina, tienen una mayor probabilidad (cerca del 40%) de verse afectados por la diarrea del turista. Esto se debe a la exposición a condiciones higiénico-sanitarias pobres o deficientes o a ambientes a los que no estamos acostumbrados. Tras volver de estos países con mayor incidencia de diarrea del viajero, las consultas por este malestar en los centros de salud son de un 30%. Aún sin ser un asunto de gravedad, tres de cada diez viajeros habrán tenido que quedarse en la cama durante un par de días y, por tanto, modificar sus planes.

Viajero con malestar.

Científicamente no se ha probado que afecte más a un sexo determinado pero sí que suele tener mayor repercusión en los menores de tres años, adultos jóvenes de entre 15-30 años, personas mayores, mujeres embarazadas, personas con diabetes o VIH, personas bajo tratamiento oncológico/corticoides o que tengan enfermedades o cirugías gástricas.

Cómo prevenir la diarrea del viajero

Para poder pasar unas vacaciones con menor riesgo de infección, podemos tener en cuenta estas simples recomendaciones.

• Alimentos y bebidas. Los alimentos y las bebidas con mayor riesgo son los proporcionados por vendedores ambulantes. Se recomienda consumir comida bien cocinada y evitar alimentos crudos como ciertos tipos de carne, la ensalada o alimentos marinados y ahumados. La fruta se debe pelar personalmente con las manos limpias.También es más seguro beber de bebidas embotelladas, abiertas frente a nosotros o potabilizar el agua antes de consumirla, todas ellas sin hielo del que no sepamos su procedencia.
• Higiene. La medida más eficaz para poder esquivar la diarrea del turista es tener una buena higiene personal. Por ello, es importante la elección del sitio de estancia y del lugar donde se realizan las comidas. A su vez, lavarse las manos antes de tocar algún alimento, lavarse los dientes con agua embotellada y no tragar agua de la ducha pueden ser pequeños trucos para salvarnos de unas malas vacaciones.

Hombre con malestar intestinal.

A día de hoy no existe una vacuna especializada en cortar este tipo de diarrea, pero sí que hay otros medicamentos efectivos para cortar la causa que puede evolucionar en la diarrea del viajero.

Síntomas y cómo sobrellevarlo

Las pistas más claras para saber si tenemos este tipo de indisposición son:

• Aumento del ritmo deposicional. Ocasionalmente las heces pueden llevar sangre o fluidos mucosos.
• Fiebre alta, náuseas, vómitos y dolor abdominal persistentes.
• Signos de deshidratación: sequedad de piel y boca, sed intensa, orinas oscuras y poca cantidad.

La primera manera de intentar aliviar el dolor y malestar es empezar con una dieta rica en fibra, beber sales de rehidratación y alimentarse de productos suaves como el yogurt, los pescados blancos e hidratos de carbono. Evitar siempre los embutidos, las carnes grasas y fibrosas, las bebidas alcohólicas y gaseosas y el chocolate, entre otros.