Vida y estilo

Qué es la hiperhidrosis y cómo gestionarla

Esta condición hace que las personas que lo sufren suden más de lo normal
Oler el sudor ajeno, una nueva terapia contra la ansiedad.

Sudar forma parte de los procesos vitales del cuerpo humano, que puede verse incrementado durante los días de altas temperaturas, el miedo o durante un alto nivel de ejercicio físico, entre otros. Su principal función es regular la temperatura corporal a través de la expulsión de agua y diferentes minerales.

Pero además de la transpiración propia de los seres humanos, existe una condición que hace que el cuerpo genere una sudoración excesiva. Denominada hiperhidrosis, las personas que la padecen ven su calidad de vida alterada debido a que sudan más de lo normal en zonas del cuerpo como las manos, pies, axilas y rostro sin hacer ejercicio, sufrir miedo o encontrarse en un lugar caluroso.

Además de hacerlo en muchas más ocasiones, las personas que sufren hiperhidrosis expulsan una mayor cantidad de sudor que puede acarrear diversos problemas de salud.

Tipos de hiperhidrosis

Existen dos tipos principales de hiperhidrosis. Por un lado está la hiperhidrosis primaria y, por otro lado, la hiperhidrosis secundaria.

  • Hiperhidrosis primaria: esta es la forma más común y no tiene una causa médica identificable. Suele comenzar, por lo general, en la infancia o adolescencia y se cree que puede estar relacionada con factores genéticos. La sudoración excesiva en la hiperhidrosis primaria afecta a áreas específicas como las manos, los pies, las axilas o la cara.
  • Hiperhidrosis secundaria: esta forma de hiperhidrosis es menos común y es causada por el uso de ciertos medicamentos. Puede ser el resultado de enfermedades como la diabetes, el hipertiroidismo, infecciones, o trastornos hormonales. En la hiperhidrosis secundaria, la sudoración puede ocurrir en todo el cuerpo, no solo en áreas específicas.

Una persona quitándose el sudor de la cara con una toalla. FREEPIK

Impacto en la calidad de vida

La hiperhidrosis puede tener un gran impacto en la calidad de vida de las personas afectadas. Puede interferir con actividades cotidianas, dificultar el manejo de objetos, y causar vergüenza y ansiedad social. La sudoración excesiva puede hacer que las personas se sientan incómodas en situaciones sociales o laborales, llevándolas a evitar ciertas actividades y afectando su autoestima y bienestar emocional.

Diagnóstico

Para elaborar un diagnóstico de la hiperhidrosis es necesario conocer el historial clínico del paciente y realizar un examen físico. Para ello, los médicos pueden hacer preguntas sobre la duración y la frecuencia de la sudoración, así como sobre cualquier factor desencadenante. En algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales para descartar otras condiciones que puedan causar la sudoración excesiva.

Tratamientos de la hiperhidrosis

Existen varias opciones de tratamiento para la hiperhidrosis, que van desde enfoques no invasivos hasta intervenciones médicas más avanzadas.

  • Antitranspirantes: los que contienen cloruro de aluminio son la mejor opción para muchas personas con hiperhidrosis. Estos productos ayudan a reducir la sudoración al bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas. Se aplican generalmente en las áreas afectadas antes de acostarse y pueden ser efectivos para casos leves a moderados.
  • Iontoforesis: este tratamiento utiliza una corriente eléctrica de baja intensidad para reducir la actividad de las glándulas sudoríparas. Se realiza sumergiendo las manos o los pies en agua mientras se aplica la corriente eléctrica. La iontoforesis puede ser efectiva para la hiperhidrosis de manos y pies y suele requerir sesiones regulares para mantener los resultados.
  • Medicamentos: los anticolinérgicos orales pueden ser prescritos para reducir la sudoración en todo el cuerpo. Estos medicamentos actúan bloqueando los neurotransmisores que estimulan las glándulas sudoríparas. Sin embargo, pueden tener efectos secundarios como sequedad en la boca, visión borrosa y estreñimiento.
  • Inyecciones de botox: puede ser inyectado en las áreas afectadas para bloquear temporalmente los nervios que estimulan las glándulas sudoríparas. Este tratamiento es especialmente efectivo para la hiperhidrosis axilar y puede proporcionar alivio durante varios meses antes de que sea necesaria otra sesión.
  • Simpatectomía: en casos severos de hiperhidrosis que no responden a otros tratamientos, la simpatectomía puede ser una opción. Este procedimiento quirúrgico implica cortar o clipear los nervios responsables de la sudoración excesiva. Aunque puede ser muy efectivo, la simpatectomía conlleva riesgos y posibles efectos secundarios, por lo que se considera solo cuando otras opciones han fallado.
  • Terapias alternativas: algunos pacientes encuentran alivio en terapias alternativas como la acupuntura, la hipnosis y ciertos cambios en la dieta y el estilo de vida. Aunque la evidencia científica sobre la eficacia de estas terapias es limitada, pueden ser útiles como complemento a los tratamientos médicos convencionales.

Consejos para la gestión diaria

Además de los tratamientos médicos, existen varias estrategias que pueden ayudar a gestionar la sudoración excesiva en la vida diaria:

  • Ropa adecuada: usar ropa de materiales transpirables y de colores que disimulen la sudoración puede aumentar la comodidad.
  • Higiene regular: mantener una buena higiene personal y llevar toallitas antitranspirantes puede ayudar a controlar la sudoración y el olor.
  • Hidratación: beber suficiente agua puede ayudar a regular la temperatura corporal y reducir la sudoración.
03/08/2024