"Esto ya lo he vivido antes". Seguro que más de una vez a lo largo de la vida has tenido esa sensación. Durante unos segundos te ves inmerso en una situación en la que parece que lo que estás presenciando ya lo has visto antes, sabes qué se va a decir en ese momento o incluso puedes anticipar cómo va a terminar la escena.
A este fenómeno se le llama déjà vu, una expresión francesa que significa ya visto, y se refiere a la sensación que experimentan algunas personas al percibir una situación nueva como si fuese un recuerdo antiguo. Esto se debe a un fallo en la forma en la que el cerebro procesa y almacena la memoria.
El déjà vu, también llamado paramnesia, es una reacción psicológica que hace que el cerebro le transmita a la persona que ha estado en el lugar en el que se encuentra sin quizás haber estado nunca o que conoce a alguien, aunque jamás lo haya visto antes.
Esta sensación, por lo general breve y muy fugaz, aparece de forma espontánea lo que nos suele provocar extrañeza y desconcierto. Por un momento no sabemos si lo que estamos percibiendo lo hemos vivido antes o lo hemos soñado.
Este fenómeno es más frecuente de lo que parece, ya que un 70% de la población asegura haberlo vivido alguna vez. Su origen hay que buscarlo en una razón neurológica. Se produce por un fallo en el procesamiento de la memoria que tiene lugar en el lóbulo temporal del cerebro. Es un pequeño lapsus o retraso a la hora de percibir el estímulo externo y por ello da la sensación de que ante nuestros ojos se presenta algo que ya hemos vivido.
En realidad, es como si el cerebro tuviera tres departamentos: al primero llega la memoria de trabajo; esta pasa al segundo, el de la memoria a corto plazo, y después al tercero, el de la memoria a largo plazo.
Al producirse un déjà vu, se invierte el esquema y la información percibida pasa directamente al departamento de la memoria a largo plazo. La persona tendrá la sensación de estar recordando la situación y por eso creerá estar viviendo esa experiencia por segunda vez.
Según las investigaciones, vivir un periodo de estrés, tener la mente muy creativa o ser muy inteligente son algunos de los factores que te predisponen a experimentar un déjà vu.
También son más propensos los jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 25 años, ya que en esa etapa su cerebro está experimentando una transición hacia la edad adulta. A partir de los 40 o 50 años se vuelven muchos menos frecuentes.
Distintas experiencias dentro del 'déjà vu'
Los expertos señalan que existen distintas variedades dentro del déjà vu dependiendo del tipo de vivencia que se experimenta. Estas pueden ser:
- Déjà vecu (ya vivido). Es una sensación que te hace creer que esa situación en concreto ya la has vivido antes, es decir, lo más parecido al déjà vu.
- Déjà sentí (ya sentido). Crees que esa experiencia ya la has vivido porque emocionalmente estás experimentando las mismas sensaciones; puedes recordar la sensación, pero no la situación.
- Déjà visité (ya visitado). Es tener la sensación de conocer un sitio, aunque sea la primera vez que estás allí. Es tan desconcertante como poco frecuente.
Otro fenómeno que se puede producir, eso sí con mucha menos frecuencia, es el jamais vu (jamás visto). La persona que lo experimenta no es capaz de reconocer una situación pese a ser algo cotidiano. La razón también hay que buscarla en el procesamiento de la información que percibimos y cómo la almacena nuestro cerebro.
Teorías no científicas sobre los 'déjà vu'
Además de las explicaciones científicas sobre estos fenómenos, existen otro tipo de teorías que tratan de dar una explicación a esas extrañas situaciones.
Tal es el caso de la teoría del universo paralelo. Algunas personas creen que se produce porque existen universos paralelos. En este sentido, el físico Michio Kaku defendía que el cerebro humano tiene capacidad para estar en varios universos. Otras teorías más místicas creen que estas experiencias son recuerdos de otras vidas de nuestro espíritu y otras, más peregrinas, las relacionan con abducciones alienígenas.