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Las Ketchup nacieron en el seno de una familia musical en Córdoba. Son hijas de Juan Muñoz El Tomate, un guitarrista de flamenco que dejó su influencia en ellas, no solo en su nombre, sino también en su música. Lucía, Lola y Pilar Muñoz comenzaron como cantantes ocasionales por Andalucía hasta que, en 2002, firmaron con Sony Music y lanzaron el que sería el mayor éxito de sus carreras: Aserejé.
El tema, producido por Manuel Ruiz Queco, fue lanzado en el verano de 2002 y no tardó en arrasar en las listas de éxitos no solo en el Estado, sino en todo el mundo. Aserejé se convirtió en un fenómeno de masas que rompió barreras culturales y lingüísticas. La combinación de su pegajosa (y algo absurda) melodía, el característico (y más absrudo todavía) baile del aserejé y la letra incomprensible, inspirada en el rap Sugarhill Gang de Rapper ‘s Delight, la transformaron en la canción del verano a nivel mundial. Las Ketchup pasaron de ser tres chicas relativamente desconocidas a algo parecido a unas superestrellas internacionales en cuestión de semanas.
Pero, ¿qué significa ‘Aserejé’?
Por raro que parezca, uno de los grandes atractivos de la canción fue su letra misteriosa. La mayoría de la gente en aquel momento no entendía el significado de Aserejé, pero eso solo avivó la curiosidad del público. Con el tiempo, se reveló que las letras eran una reinterpretación fonética del rap de Rapper ‘s Delight. La traducción no literal y lo incomprensible de la letra hicieron que la canción fuera aún más curiosa y única, contribuyendo a su estatus de clásico extraño en la cultura pop.
La coreografía sencilla pero única del Aserejé fue un factor crucial en el éxito de la canción. Este baile, que incluía movimientos de brazos y pasos fáciles de imitar, se convirtió en un éxito instantáneo en clubes, fiestas y, en general, dondequiera que sonara la canción. Hay que tener en cuenta que todavía faltaban unos años para el boom de las redes sociales y plataformas de vídeo virales y, sin embargo, Aserejé se propagó como una verdadera fiebre, alcanzando rincones lejanos del planeta sin dificultad.
Justo la que no estaba compuesta por ellas
El éxito de Aserejé fue imparable en las listas de popularidad. Alcanzó el número uno en más de 20 países, incluyendo España, Francia, Alemania, Italia, México y Australia, y vendió millones de copias a nivel mundial. Solo en Estados Unidos, la canción llegó al top 50 de la lista Billboard Hot 100, lo cual es un logro significativo para una canción en español. Curiosamente, de su álbum debut titulado Las hijas del tomate, Aserejé fue la única canción que no fue escrita por las hermanas, sino por el productor Manuel Ruiz Queco Gómez, quien cuando les ofreció la canción a las chicas ya había trabajado con Niña Pastori, Raimundo Amador y Azúcar Moreno. De hecho, el tema inicialmente había sido escrito para Remedios Amaya y los Gipsy Kings.
Como suele ocurrir con fenómenos virales, Aserejé no escapó de la polémica. En algunos círculos religiosos, la letra fue objeto de teorías conspirativas que afirmaban que contenía mensajes subliminales. Se decía que el término Aserejé tenía connotaciones ocultas o satánicas, lo que creó cierta controversia en algunos países, particularmente en América Latina. No obstante, Las Ketchup aclararon que la canción era completamente inocente y divertida, sin ningún significado siniestro.
Eurovisión y la breve carrera posterior
Después de la locura de Aserejé, Las Ketchup intentaron seguir su carrera en el mundo de la música con un segundo álbum. En 2006, representaron a España en el Festival de Eurovisión con la canción Un Blodymary. Esta canción mantuvo el estilo distintivo de Las Ketchup, pero no logró el éxito esperado y el grupo terminó en el puesto 21 de 24 participantes.
Este resultado en Eurovisión marcó el inicio del ocaso de la carrera de Las Ketchup. A pesar de sus intentos, no lograron replicar el éxito de su primer sencillo, y Un Blodymary pasó relativamente desapercibido. Las hermanas se alejaron de la industria musical y tomaron caminos diferentes. A pesar de estar alejadas del ojo público, Las Ketchup han continuado haciendo apariciones esporádicas en festivales y eventos temáticos de los 2000. Este tipo de conciertos han tenido gran aceptación entre el público que desea revivir la música y la estética de esa época. En varios países, han tenido un buen recibimiento en festivales nostálgicos donde interpretan sus éxitos, principalmente Aserejé, y reavivan la fiebre del Aserejé en nuevas audiencias.
Peluquera, actriz, madres...
Tras el éxito de su hit, Rocío Muñoz decidió abandonar el grupo. Pilar Muñoz se enfocó inicialmente en la actuación. Se apuntó a clases de teatro porque soñaba con ser actriz pero no llegó a conseguirlo. Lejos de quedarse en casa llorando, optó por montar una peluquería. Se casó y tuvo cuatro hijos.
Lucía Muñoz, aunque siguió en la música, también terminó ayudando en el salón de su hermana y es madre de dos hijos. Lola Muñoz terminó su carrera universitaria de Ciencias del Trabajo, pero no le gustaba y decidió volver a estudiar, esta vez Flamencología. Es madre de una hija y va a publicar la biografía de su padre.
Las Ketchup en la cultura pop
A pesar de su corta trayectoria, Las Ketchup dejaron una huella imborrable en la cultura pop. Su canción Aserejé sigue siendo un clásico de las listas de éxitos de verano y es reconocida por varias generaciones como una pieza icónica de los años 2000. Se sabe que ganaron una minifortuna porque el disco vendió más de ocho millones de copias y en YouTube se ha reproducido, en su versión más popular, 231 millones de veces. Pero el que realmente se habrá hecho rico habrá sido el creador del tema: de cada copia vendida se embolsó 1,2 euros.
El impacto de Las Ketchup puede apreciarse en la actual escena musical global. Su influencia en la industria se manifiesta en la tendencia de crear sencillos pegajosos, con coreografías virales y letras en español que se difunden a nivel mundial. El fenómeno de Aserejé también sirvió como precursor de otros éxitos virales de los años siguientes. Además, Las Ketchup demostraron que la música en español podía resonar a nivel mundial sin necesidad de traducir ni adaptar su contenido, abriendo puertas para futuros artistas latinos en la industria musical global.
El uso de la música para romper barreras idiomáticas, como lo hicieron Las Ketchup, sigue siendo una estrategia que otros artistas de habla hispana han aprovechado para ganar reconocimiento internacional. La canción Aserejé abrió el camino a una mayor aceptación de la música en español en audiencias angloparlantes y demostró el potencial de este tipo de éxitos globales.