Vida y estilo

¿Qué ha sido de Saturnino García, uno de los actores recurrentes de Álex de la Iglesia?

Saturnino García es una de las caras más reconocibles tanto de cine como del teatro estatal. Nació en León hace casi 90 años, pero desde muy joven se trasladó a Barakaldo, donde arrancó su larga, constante y continua carrera en el mundo de la interpretaci
Saturnino García es una de las caras más reconocibles tanto de cine como del teatro estatal. / EP

Tuvo que esperar hasta los 60 años para convertirse en un actor conocido para el gran público, aunque todos los cinéfilos y aficionados al teatro en el Estado ya lo conocían de sobra. Él es Saturnino García y el papel que le dio la popularidad fue el de protagonista en la película Justino, un asesino de la tercera edad (1994), una comedia surrealista de humor negro de Luis Guridi y Santiago Aguilar (La Cuadrilla), en la que interpretaba a un jubilado que se vengaba de una sociedad que le había arrojado a la basura una vez concluida su vida laboral, emprendiendo así una salvaje carrera de asesinatos.

En unos días cumplirá 90 años y sigue trabajando sin parar. Él mismo reconoce que sigue tan activo no solo porque se sigue ganando la vida con esto, sino también porque le apasiona y le alegra la vida. “Me ha dado muchas satisfacciones, de eso no cabe duda. Si no fuera así, si no me colmara, qué narices pintaría yo a mi edad metido en esto”.

Vizcaino de adopción

Saturnino García nació en León, concretamente en un pueblo llamado Bariones de la Vega, el 5 de febrero de 1935, pero con tan solo 17 años emigró a Barakaldo, una tierra que siente como suya. Fue su pueblo natal el encargado de darle el pasado verano una alegría más en su vida, ya que le organizó un más que merecido homenaje en la antigua escuela de la población, donde el propio García se formó hasta los 12 años con el maestro don Manuel García Giménez, una persona de la que el intérprete ha hablado en diferentes ocasiones, destacando que era el único maestro para los 60 niños de todas las edades que vivían en aquel pueblo. “El esfuerzo que hacía aquel hombre era admirable”.

El actor rememoraba en aquel homenaje que trabajó en el campo y con los animales; formaba parte de la vida y de la educación de aquel tiempo. “En mi época, un niño salía todo un labrador de su pueblo; mi primer oficio fue agricultor, campesino. Puedo ahora dedicarme a sembrar patatas, cebollas... Lo sé de memoria”. Más tarde, la familia se trasladó a Barakaldo, cuando el joven Saturnino tenía 17 años y empezó a trabajar de peón en una empresa metalúrgica. Pronto tuvo claro que aquello no era lo suyo, ya que, a pesar de que solo tenía la cultura de la escuela del pueblo, comenzó a pasar horas muertas en las bibliotecas de Barakaldo, de Bilbao... Así, poco a poco, fue entrando en los ambientes artísticos y en algunos grupos de teatro.

La infancia en el pueblo

Para él, todo lo que le recuerda a esa etapa de la infancia es imborrable, reconociendo que cuando llegaban los actores al pueblo era todo un acontecimiento y él no se perdía ni una función. Una vez instalado en Euskadi, se decidió a acercarse a ese mundo, en el que hizo de todo. Él lo resume como variedades y es la mejor forma de explicar todo aquello que fueron sus inicios en el mundo de los actores. “De ahí que cuando me dicen que empecé con Álex de la Iglesia contesto que no, que no es así, que ya llevaba mucho tiempo en esto. De hecho, le conocí cuando yo estaba haciendo una serie para la ETB y su hermana trabajaba en ella”, explica.

De peón metalúrgico a un Goya 

Mientras Saturnino trabajaba en Barakaldo como peón metalúrgico, la atracción que sentía por la actuación seguía creciendo a pasos agigantados, así que en 1956 dejó la fábrica y se especializó como recitador, presentador y payaso, realizando varias funciones en fiestas patronales. En 1965 encontró trabajo en un teatro de Madrid, en 1966 se integró en el grupo Akelarre de Bilbao, en 1966 entró a formar parte de un exitoso grupo de teatro universitario y en 1969 fundó una compañía de teatro infantil. Hoy en día, casi setenta películas son la muestra de que aquel camino era el correcto. Como otros actores de aquella época, Saturnino es totalmente autodidacta y, aunque no lo oculta nunca, lo considera un lastre.

En teatro ha interpretado obras de autores que van desde Ramón María del Valle-Inclán a David Mamet y en cine, ha trabajado con directores como Carlos Saura, Fernando Fernán Gómez, José Luis Cuerda o Vicente Aranda. A pesar de que, como bien asegura el actor, su carrera estaba consolidada hacía años, resulta indiscutible que la irrupción de Álex de la Iglesia en su vida constituyó un auténtico punto de inflexión en su trayectoria.

Saturnino fue intérprete del cortometraje que coronó al realizador vasco, Mirindas asesinas (1991), y más tarde rodó con él su ópera prima, Acción mutante, El día de la bestia y su serie 30 monedas. Todo esto le convirtió en el centro de interés para los directores de casting de toda España. Fue el propio De la Iglesia el que le recomendó a La Cuadrilla, el apelativo tras el que se escondían Santiago Aguilar y Luis Guridi, los artífices de la película Justino, un asesino de la tercera edad, donde contó con su primer papel de protagonista.

Y llegó a su vida Justino

Cuando se estrenó Justino, un asesino de la tercera edad, Saturnino tenía 60 años, y todavía es recordada como una de las mejores interpretaciones del cine estatal. “Yo no espero nunca nada de lo que hago porque el que espera desespera. Y en aquel momento, tampoco esperaba nada”, aseguraba García sin sospechar que ese trabajo le llevaría a alzarse con el Goya al Mejor Actor Revelación en 1995, al que le siguió el premio a la mejor interpretación masculina en el Festival de Sitges de 1994.

Además de aquel Premio Goya, cuenta con el Premio Isla Calavera “Jack Taylor” al mejor actor en el Festival de Cine Fantástico de Canarias - Isla Calavera 2020 por Vampus Horror Tales (Víctor Matellano, Isaac Berrocal, Manuel Martínez Velasco, Erika Elizalde y Piter Moreira, 2020), y una Biznaga de Plata a la mejor interpretación masculina en el Festival de Cine Español de Málaga 2023 por Tierra de nuestras madres (Liz Lobato, 2023). Además, Saturnino publicó su autobiografía, titulada Del dónde y cómo al porqué, en agosto de 2006 y ha participado en diferentes producciones para la pequeña pantalla como A tortas con la vida (2005), Compañeros (1999), Menudo es mi padre (1996 - 1998), Éste es mi barrio (1996 - 1997), Los ladrones van a la oficina (1995), Brigada central (1990) y la mítica Curro Jiménez (1977).

20/01/2025