Las últimas lluvias registradas en Euskadi han dejado numerosas inundaciones con imágenes impactantes de coches sepultados bajo el agua por ejemplo en el barrio bilbaíno de Zorroza. Los daños ocasionados en estos automóviles sumergidos serán de lo más diverso con una mayor afección en los casos en los que el nivel de la riada haya llegado a la mitad de las ruedas. El catalizador o el filtrado de agua por la toma de aire del motor son algunas de las averías mas frecuentes. En cualquier caso si el automóvil no ha quedado inservible conviene realizar una limpieza completa de los bajos del coche ya que el barro, una vez seco, podría afectar a los frenos, los rodamientos o la transmisión. Si el agua ha entrado en el interior habrá que cambiar tapizados, guarnecidos y mandos de control. En los casos en los que la riada ha cubierto el coche totalmente la situación sería prácticamente irreversible ya que la reparación podría tener un coste superior al de un vehículo nuevo.
¿Quién cubre los daños?
En principio ningún seguro de coche cubre los daños ocasionados en el vehículo afectado. Es el consorcio de compensación de Seguros el responsable de pagar las indemnizaciones cuando se produce un desastre natural en la vía pública. El único requisito es tener en vigor el Seguro Obligatorio de responsabilidad civil. Hay un plazo de hasta dos años para efectuar una reclamación por daños materiales y cinco para daños de índole físico, así viene establecido en el artículo 23 de la Ley del Contrato del Seguro. Si tu coche estaba estacionado en un garaje que ha resultado inundado la reclamación se debería solicitar en primer lugar al seguro del edificio o al del propio parking.
¿Cómo reclamar los daños?
En primer lugar los afectados deben comunicar a su aseguradora lo sucedido, ella nos derivará al Consorcio para proceder a la reclamación.
¿Qué dinero aportará el Consorcio de Seguros como indemnización?
En principio debería cubrir, al menos, la misma cantidad que venga estipulada en la póliza del seguro privado. En este tipo de pólizas también se suelen incluir los gastos sanitarios (si los hubiera) de salvamento o de grúa.