Nunca es buen momento para escuchar las temidas palabras “siniestro total” (salvo que nos refiramos al veterano grupo gallego de rock), porque significa que nuestro coche tiene un futuro muy complicado. Pero a veces sí que puede volver a circular.
Cuándo es siniestro total
Un coche se declara siniestro total cuando tras un accidente, incendio o robo la compañía aseguradora, tras la inspección de un perito, determina que el coste que conlleva reparar los daños es superior al valor venal del coche o a su valor de mercado, con lo que procede a indemnizar al asegurado.
El valor venal es el valor que tenía el vehículo antes del siniestro, que depende de la marca, el modelo, las características propias y su antigüedad, y que es el precio que estipula el Gobierno y que publica periódicamente en el BOE. El valor de mercado es el que tiene en el mercado de segunda mano, en el que también influyen el kilometraje y el mantenimiento.
Qué pasa si la culpa ha sido tuya
En caso de que sea declarado siniestro total la situación es distinta según quién haya sido el culpable, como explica el RACE. Si tú has sido el responsable del siniestro, tu compañía sólo te cubrirá en el caso de que tengas una póliza a todo riesgo con la cobertura de daños propios. Tendrás que aceptar la indemnización que te ofrezcan y dar de baja el seguro.
Si únicamente tienes seguro a terceros, la compañía no te ofrecerá dinero alguno salvo que tengas incluida una cobertura de pérdida total, con la que te darían una pequeña cantidad.
Si tú no has sido el responsable
Si la culpa del siniestro no ha sido tuya existen más opciones. Que tu coche sea declarado siniestro total no implica necesariamente que no pueda volver a circular, ya que hay casos en los que se puede reparar. Lo que pasa es que puede ser que la compañía aseguradora del vehículo responsable prefiera pagar lo que vale el coche en ese momento, el valor venal, antes que costear la reparación.

Un perito inspecciona un coche.
Hay que tener en cuenta que el valor venal se va depreciando con los años, con lo que, por ejemplo, si tu coche tiene más de diez años y su valor venal o de mercado no supera los 3.000 euros, mientras que la reparación supone 5.000 euros, la aseguradora optará por pagarte esos 3.000 euros y no afrontar la reparación. En general, si el coste del arreglo llega o supera el 100% del valor venal del coche no merece la pena repararlo, y algunas compañías lo reducen al 75%.
Repararlo tú y reclamar
El problema es que ese dinero de la indemnización puede no ser suficiente para adquirir un coche similar al que tenías, con lo que existe la opción de que pagues tú mismo la reparación y después denuncies a la otra compañía buscando que te indemnice por ese coste, algo que dependerá del empeño que ponga tu compañía en defender tus intereses o un servicio jurídico que tengas contratado.
Lo que sí queda claro es que si tu coche ha sido declarado siniestro total ya no puedes volver a circular con él, salvo que lo repares e inmediatamente la ITV te salga favorable. Si no la pasas, te expondrías a una multa que oscila entre 200 y 500 euros.
¿Me puedo quedar el coche?
Hay razones que te pueden llevar a querer quedarte con tu coche aunque tu compañía lo declare siniestro total. Una es para vender sus piezas en el mercado de segunda mano. En ese caso se descontaría del valor venal el valor de esas piezas, con lo que la indemnización sería menor.
También puede ser que tengas un aprecio especial al coche. Entonces podrías tratar de repararlo en un taller que no sea el de la casa en busca de ahorrar un dinero. En caso de hacerlo, tendrías que volver a asegurarlo y hay compañías reticentes a hacerse cargo de un coche declarado siniestro total previamente.
Pasos para darlo de baja
Si tras ser declarado siniestro total no hay opción de reparar el coche o no compensa hacerlo y decides que le ha llegado el final al vehículo, es el momento de llevarlo a un centro de tratamiento o desguace autorizado, que se encargará de tramitar la baja definitiva (no es reversible) en tu nombre informando a la DGT, con lo que no es necesario acudir a Tráfico. En el desguace te entregarán un certificado de destrucción que deberás presentar en tu compañía aseguradora para así dar de baja también la póliza del seguro del coche.