Los bancos tienen diferentes criterios a la hora de conceder un préstamo hipotecario, pero existen algunos requisitos comunes que pueden ayudarnos a saber si vamos a poder recibir o no la concesión.
Para ello, analizarán nuestra capacidad de reembolso, es decir, si vamos a poder hacer frente a los todos los pagos.
El primer criterio para solicitar una hipoteca y conseguir su aprobación es disponer de dinero ahorrado puesto que la mayoría de entidades no ofrecen más del 80% del valor de compraventa. Hay que contar con que hay que hacer frente a más gastos aparte del inmueble como son los impuestos, los honorarios de la notaría, la gestoría y el registro.
El segundo criterio consiste en disponer de ingresos suficientes para poder pagar las cuotas. El Banco de España recomienda que las cuotas de la hipoteca y del resto de deudas (si las hubiera), no superen el 35% de los ingresos netos. Además, las entidades bancarias suelen conceder el préstamo antes a aquellas personas que cuenten con un contrato indefinido y cierta antigüedad en la empresa (como mínimo medio año) o los autónomos que cuenten con un negocio viable y con beneficios recurrentes.
Por último, debemos contar con un historial crediticio que se ajuste al inmueble que deseamos adquirir. Para ello, el banco nos solicitará nuestra CIRBE en Banco de España. La Central de Información de Riesgos (CIR) del banco de España dispone del historial crediticio de las personas físicas y jurídicas. Asimismo, comprobarán si tenemos otros préstamos vigentes y accederán a listados de morosos como ASNEF o RAI para saber si tienen algún impago pendiente.
Tipos de hipoteca
Para tener más conocimiento del mundo hipotecario, es importante saber que existen distintos tipos de hipotecas: a tipo fijo y variable. La diferencia es el tipo de interés que se aplica para el pago de la misma.
Las hipotecas a tipo variable van anexadas a un índice, normalmente el Euríbor, que hace referencia al coste que tendría que pagar el banco por tomarlo prestado de otras entidades bancarias, y a este índice se le suma un diferencial. Normalmente las hipotecas se revisan cada ciertos meses, y ahí se actualizan sus condiciones según el valor de este índice.
En el caso de las hipotecas de tipo fijo, el interés siempre es el mismo porque no depende directamente del Euríbor sino que es un valor fijo. Sin embargo, suele ser algo más cara al inicio que una hipoteca a tipo variable, aunque últimamente se han acercado mucho.
Aunque no es habitual, también hay hipotecas mixtas que tienen un interés fijo donde los primeros 5 o 10 años el interés es fijo, y el resto de la vida del préstamo es variable.
En cuanto a cuál puede ser mejor o peor, depende de lo que busque cada cliente y de sus necesidades. También habrá que tener en cuenta el riego que se quiera asumir.