La mayoría de las personas, los ajenos al mundo del perro, catalogan en general a estas mascotas en dos clases, los de pura raza y los mestizos. Los primeros pertenecen a alguna de las alrededor 360 razas reconocidas oficialmente por las asociaciones profesionales y los segundos son el resultado de la mezcla de varias razas o de otros mestizos. Entre estos últimos los hay de dos clases, aquellos cuyo linaje es desconocido o variado, los llamados mil leches, y aquellos en los que se identifican razas parentales conocidas pero estas son variadas, los mestizos propiamente dichos. Ahora hay que conocer una tercera variedad, los perros crossbreed.
Una críanza selectiva
A estos canes crossbreed también se les conoce como perros mixtos o de laboratorio. Son el resultado del cruce de dos progenitores de distinta raza oficial con la intención por parte del criador de conseguir un ejemplar con unas características concretas y específicas. Esto no es nuevo, se ha hecho siempre por aquellos criadores que buscaban perros de trabajo y con ello crearon muchas de las 360 razas oficiales de perros.
La diferencia con los mestizos es que estos tienen un ancestros muy variados y de razas más o menos conocidas, mientras que los mixtos son el resultado de cruzar dos, o a veces tres, razas oficiales. Hay una segunda diferencia, y es la intención, el objetivo que se busca.
La crianza y los cruces selectivos comenzaron para conseguir animales de trabajo para labores concretas relacionadas con la caza y la guarda. Pero en los nuevos ejemplares de la cría mixta se añade un tercer elemento, la búsqueda de perros de trabajo para personas con problemas de alergia en casos de los perros guía y de terapia. El ejemplo clásico es la creación del labradoodle en Australia en los años 80. Un criador buscó un perro guía para el marido ciego de una amiga que era alérgico a los perros. Cruzó un labrador, el guía perfecto, con un caniche (doodle en inglés), el perro hipoalergénico por antonomasia. Lo logró y su éxito fue abrumador.
Esto abrió un nuevo objetivo en la cría, la búsqueda de una mascota de hogar que apenas suelte pelo y no afecte a los alérgicos que quieran compartir su vida con un perro. El caniche fue el elegido para iniciar este camino cruzándolo con otras razas que aporten otras características concretas.
No son de raza...
Algunos de estos cruces tienen mucho éxito y acaban siendo reconocidas como razas oficiales, pero para esto es necesario cruzarlos entre ellos con garantías, mientras que los perros mixtos o crossbreed siempre son descendientes de dos progenitores de diferente raza pura u oficial.
El principal impedimento para que sean considerados raza es su aspecto físico, que puede variar mucho de unos a otros. No cuentan con un estándar fijo y reconocible. Dentro de la misma camada, pueden ser muy distintos entre sí, pueden parecerse más al padre o más a la madre o no parecerse a ninguno de ellos. Incluso si crían entre ellos en una segunda generación, los cachorros pueden ser físicamente aún más diferentes todavía.
También está la cuestión del carácter. La raza apenas define la personalidad de un perro, siendo la de sus progenitores la que lo marca más junto con la sociabilización que reciba durante su desarrollo. Aún así, rasgos de comportamiento generales muy característicos de una raza sí pueden trasmitirse, pero en el caso de padres de razas distintas, no se sabe de qué lado pueden caer. Quizá esta imprevisibilidad en un perro que va a vivir en una familia como animal de compañía no tenga una importancia relevante, pero en el caso de perros de trabajo sí puede ser un problema.
...pero tienen nombre
Los nombres con los que se conoce a cada cruce de perro mixto es tan sencillo como el de juntar los de las razas de sus progenitores. Así, de un caniche poodle en inglés con un labrador da un labradoodle, con un cocker spaniel es un cockapoo, con un cavalier king charles spaniel es un cavapoo, con un bichón maltés es un maltipoo, con un schnauzer es un schnoodle, con un boyero de Berna será un bernedoodle, con un pastor australiano es el aussiedoodle, con un shih-tzu es el shih-poo, y con un yorkshire terrier será un yorkipoo.
Los terrier como familia también son algunos de los más elegidos para criar perros mixtos. Así, el morkie nace de un yorkshire y un bichón maltés y el lurcher viene de cruzar un lebrel y algún tipo de terrier. Existe también el chihuahua-terrier, del cual no se ha popularizado el nombre, pero de mixtura con el chihuahua han surgido también el chiweenie, con el teckel, y el chug, con el pug.
Del labrador, además del mencionado labradoodle, descienden el labmaraner, junto con el braco de Weimar; el que algunos llaman clabeagle, producto de mezclar otras dos razas, el beagle y el border collie, o el corgidor, con el welsh corgi.
Y hay muchos más.