Compra o alquiler. Este es el gran dilema de muchas personas o parejas a la hora de plantearse el acceso a una vivienda. Hasta ahora en España la opción preferida era la primera. La gente optaba por comprar una vivienda a pesar de la gran inversión inicial porque a larga era una buena inversión y podía hacerse con un pequeño patrimonio. Las tendencias han ido evolucionando y hoy en día son muchos los que no están dispuestos a hipotecarse durante décadas y renunciar a un estilo de vida más independiente y a una capacidad de gasto más amplia.
No hay una fórmula mágica a la hora de responder a este dilema. Depende mucho de la situación personal y económica de quien o quienes vayan a tomar la decisión, de sus necesidades, de su edad, de su perfil socioeconómico, de sus perspectivas vitales, etc. También pueden influir la situación económica. En estos momentos la vivienda está prácticamente en sus máximos históricos y sin visos de que el precio vaya a remitir. Por otra parte hay que tener en cuenta un dato menor: tras años con los tipos de interés próximos a cero y con un euríbor igual, el precio del dinero se colocado ya en el 3% y el BCE ha anunciado una nueva subida en marzo al 3,5%. Sin descartar otras alzas posteriores. El euríbor, por su parte, ya está en el 3,62%, máximos desde 2008, y los expertos apuntan que se acercará al 4%.
Además la alta inflación y la presión del sector de alquileres turísticos ha encarecido los alquileres hasta extremos nunca vistos. La presión de la demanda y la menor oferta tras la pandemia ha provocado así mismo fuertes alzas en los precios de compra de vivienda. En este sentido las dos opciones se han encarecido sustancialmente.
Todos estos datos pueden condicionar una decisión que no se debe tomar a la ligera.
También debes tener en cuenta tu propio estilo de vida y tus planes de futuro. Comprar una casa, por ejemplo, es más conveniente si quieres vivir siempre en la misma zona o ciudad y valoras mucho la estabilidad. Si tienes un trabajo estable con perspectivas de mantenerlo y poder promocionar sin desplazarte a otra ciudad. El alquiler, en cambio, podría ser más conveniente si cambias de residencia habitualmente (por razones de trabajo o por motivos personales) o si no quieres vivir vinculado siempre a la misma localidad o barrio.
Una solución a medio camino es el de alquilar con opción de compra. Existe la posibilidad de hablar con el propietario -es más fácil formalizar la operación en el caso de que se trate de una entidad financiera- y establecer la posibilidad de hacer un contrato de alquiler con opción a compra. Esto supone que podrás residir en la vivienda pagando el alquiler mensual estipulado pero que, a futuro, dispondrás de la posibilidad de adquirir la vivienda al precio acordado entre ambos en su momento en el contrato firmado y descontando del precio final el total de la cantidad pagada como renta mensual hasta el momento de acordar la compra-venta.
Ventajas del alquiler
- Flexibilidad. Cuando alquilas, es más fácil mudarse a otro lugar de forma inmediata sin tener que preocuparse por vender una propiedad o por sus gastos financieros mensuales.
- Sin responsabilidades de mantenimiento. Mientras eres inquilino no tiene que preocuparte por reparaciones o mantenimiento de la vivienda, ya que quien se hace cargo de las averías en una vivienda de alquiler es el propietario. Como no es de tu propiedad tampoco tienes que afrontar posibles reformas y las inversiones que conlleva
- Menor compromiso financiero a largo plazo. Al alquilar, no hay necesidad de hacer una gran inversión a largo plazo en una misma vivienda como la adquisición de una casa. Por ello dispondrás de parte de tus ingresos para destinarlos a otros conceptos.
- Sin necesidad de ahorros previos. Si alquilas no necesitas tener tantísimo dinero ahorrado como al comprar una vivienda, ya que e el caso de la compra las entidades bancarias suelen exigir que se disponga de entre el 20% y el 30% del coste de la vivienda para formalizar una hipoteca de entre el 70% y el 80% del valor del inmueble.
Ventajas de la compra
- Inversión a largo plazo. La compra de una casa es una inversión a largo plazo que puede aumentar su valor con el tiempo. De hecho en la mayoría de las ocasiones se produce con el tiempo una revalorización muy apreciable que puede llevar a plantearte un cambio a otra vivienda mejor, más amplia, en una zona más cotizada, etc.
- Libertad de personalización. Al ser el propietario, tienes la libertad de renovar la casa, personalizarla a tu gusto, realizar reformas para mejorarla, etc. sin tener que pedir permiso a un propietario. Con estos cambios además tu vivienda se revaloriza de forma notable.
- Estabilidad y seguridad . La compra supone el disponer de un lugar estable y permanente donde residir sin estar sometidos a un aumento de costos (salvo el de la posible subida de la hipoteca, que debes tener en cuenta) , mientras que, al alquilar, el propietario puede aumentar la renta o solicitar el desalojo.
- Ahorro a largo plazo. Aunque la compra inicial puede ser una gran inversión inicial, muchísimo más costosa que alquilar, a largo plazo se pueden ahorrar en comparación con pagar renta durante toda la vida. Además eres el propietario de la vivienda, cosa que no sucede cuando estás de alquiler.