Los pantalones vaqueros son una de esas prendas que no pueden faltar en ningún fondo de armario. Son cómodos y muy fáciles de llevar y la gran variedad de cortes y estilos entre los que se puede elegir, facilitará que siempre haya alguno que te encaje como un guante.
Pero si hay algo que hace de los jeans los reyes del vestuario eso es su versatilidad, lo que los convierte en ideales para casi cualquier ocasión. Combinados con ropa informal y calzado deportivo, son el recurso perfecto para el día a día, mientras que si los luces con un top elegante y un zapato de tacón de aguja harán de tu look el más estiloso de la fiesta.
Pese a ser una prenda principalmente de invierno, tampoco hay razón para desterrarla del todo durante el verano. Es verdad que con el calor apetece mucho más ponerse vestidos cortos, faldas vaporosas o pantalones de lino, es decir, cualquier prenda ligera antes que embutirse en un vaquero de tela gruesa.
Sin embargo, el vaquero es una prenda que se reinventa continuamente y hay diseños que se pueden adaptar a las altas temperaturas del verano. Por ello, aunque los milagros no existen y nunca un jeans te va a proporcionar un look tan fresco como una prenda ligera, tampoco tienes que vetarlo del todo en tu armario de verano.
El grosor del tejido
Para lucir un vaquero sin pasar demasiado calor en verano, ni frío en invierno, deberás elegir los tejidos y los cortes más adecuados para cada época del año. Podemos distinguir entre los vaqueros más comunes, los mid-weitght (cuyo grosor de la tela se sitúa entre 12 y 16 onzas) y los light-weight (de menos de 12 onzas), de lo que se deduce que los primeros son los más adecuados para el invierno y los segundos, para el verano.
En el caso de estos últimos, el hilo con el que se teje el denim es de menos densidad y más poroso, lo que hace que transpiren mejor y sean más frescos, cómodos y adaptables. Además, la tela se lava varias veces antes de fabricar los pantalones, lo que potencia la ligereza y la suavidad del tejido y los hace ideales para el verano.
En cuanto al color, sobre todo para pantalones largos, el blanco es sin duda el más recomendado para sortear las altas temperaturas; también puedes elegirlos en otros tonos claros. Evita a toda costa los negros o los de colores muy oscuros ya que absorben especialmente el calor.
Los diseños más veraniegos
Si hablamos de diseño, los shorts son los reyes del verano gracias a su pequeño tamaño, mientras que los culottes, por su corte amplio, resultan frescos y favorecedores. Por su parte, los jeans holgados, con perneras anchas, así como los pantalones de campana, al no quedar pegados a la piel también resultan agradables para esta época del año. Los vaqueros rotos ofrecen un extra de ventilación, sobre todo aquellos que tienen la tela desgarrada en puntos estratégicos.
Crops tops de punto, camisas de lino, blusas lenceras, románticas o con detalles bordados, camisetas de tirantes... cualquiera de estas prendas de arriba combinará a la perfección con tus vaqueros y te aportará un estilo relajado, fresco y veraniego.
En cuanto al calzado, para lucir tus jeans en verano puedes elegir desde deportivas a sandalias (de tacón, planas, de tiras, de dedo...) pasando por cuñas de esparto. Estas últimas te harán ganar unos centímetros de altura sin perder un ápice de comodidad.
Tampoco subestimes nunca los accesorios, ya que completar tu look con un pañuelo, un bolso, unas gafas de solo o un sombrero pueden proporcionar a tus jeans ese indiscutible tono veraniego que buscas.
Ya lo ves, aunque sea verano no guardes tus vaqueros demasiado al fondo del armario, ya que en cualquier momento podrías tener que echar mano de ellos y lucirlos, pese al calor, sin perder ni un ápice de glamour.