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¿Quién no es turista?

Canarias y otros lugares desbordados por los visitantes se rebelan contra el turismo
Gran Canaria

Aunque en esta parte del mapa nos pilló pendientes de otras cuestiones, el pasado sábado tuvo lugar una de las movilizaciones de más calado de los últimos tiempos. En Las Palmas de Gran Canaria, alrededor de 100.000 personas salieron a la calle para exigir el final del turismo de masas y un cambio de modelo de gestión de los visitantes.

La marcha tuvo réplicas, además de en Tenerife y otros puntos del archipiélago, en Barcelona, Madrid, Málaga, Granada, e incluso Londres y Berlín. El mensaje, por lo tanto, salía de las islas y apelaba, por un lado a los posibles turistas con destino Canarias, pero, además, a la realidad de esos lugares que también sufren desembarcos multitudinarios y permanentes de forasteros.

Será interesante ver cómo evoluciona esta rebelión que, por lo demás, se antoja tardía porque estamos hablando de una situación que viene de muy atrás. De hecho, la primera pregunta es si se está a tiempo de revertirla, una vez que ha calado hasta el tuétano en los lugares a los que afecta.

Incoherencias

Particularmente, me declaro escéptico. Primero, por la cierta hipocresía que manifestamos al hablar del fenómeno. Resulta fácil simpatizar con las protestas y comprender los mil razonables motivos de queja de quienes salieron a la calle.

Más complicado es, sin embargo, reconocer que casi todos y cada uno de nosotros somos parte del problema. Que levante la mano quien no haya hecho varios viajes –a veces, uno por periodo vacacional– como los que se están denunciando.

De alguna manera, es la misma contradicción que lleva a solidarizarse con los riders o los mensajeros explotados o con el comercio local, mientras no dejamos de encargar comida a domicilio o de hacer pedidos a Amazon. ¿Hay forma de ser coherente? Francamente, solo conozco un puñado de casos de personas muy militantes que consiguen que sus dichos y sus hechos vayan alineados. Interpélese cada cual.

Por lo demás, la otra gran preguntas es si de verdad cabe hacer realidad la expresión “turismo sostenible” que tanto nos llevamos a la boca. Quizá por estos pagos, aunque ya ha habido algunos excesos, estemos a tiempo de escarmentar en carne ajena.

25/04/2024