Rafa Luz no tiene ningún problema en que le consideren un base clásico, de los de toda la vida. En estos tiempos en los que a los directores de juego se les reclama también meter puntos, el Bilbao Basket sabe lo que ha fichado y el jugador esté encantado con ello. "Mucha gente dice que debería ser más agresivo y anotar más, pero eso no es lo que siento. Estoy muy contento con el jugador que soy y lo que vengo haciendo", aseguró ayer jueves en su presentación oficial. Debutó en la ACB con 17 años en las filas del Unicaja de la mano de Aíto García Reneses y no siente que le haya "pesado la responsabilidad" por las expectativas que entonces se pusieron sobre él. "Nací en una familia de baloncesto y lo he vivido y sentido desde muy pequeño", comentó.
Doce después de ese estreno con el conjunto malagueño, acumula más de 250 partidos en la competición, con lo cual sus características están más que contrastadas y, desde luego, no parece que Álex Mumbrú pretenda cambiarlas. "Me llamó y me agradó mucho lo que escuché de él. Quería un base director, que apretara en defensa, y eso encaja muy bien conmigo porque es lo que estoy acostumbrado a hacer", insistió Luz, que recabó información de su nuevo destino de Marcelinho Huertas, con el que compartió tiempo en el reciente Preolímpico, "aunque cuando estaba en Gasteiz me acercaba a menudo, así que la ciudad ya la conocía. La verdad es que estas semanas que llevamos aquí todo el mundo nos ha acogido muy bien".
Para el base paulista, el Bilbao Basket será su octavo club en la Liga Endesa, todos con distintas aspiraciones y trayectoria. "No hay que poner objetivos concretos más que el de enfocar bien cada partido para completar una buena temporada", señaló. "La historia del club no debe importar, sino que el trabajo que hagas en la temporada dirá dónde debes estar", añadió Rafa Luz, que recordó que en su paso por el Alicante o el Obradoiro "acabamos jugando Copa y play-off y eran en teoría dos equipos con aspiraciones similares a este Bilbao Basket".
Después de una temporada para él complicada porque la empezó en Murcia y la concluyó en Lituania, en medio de todas las restricciones y protocolos que marcó la pandemia, Rafa Luz aprendió que "jugar con público es mucho más importante de lo que parece; sobre todo, cuando tienes que estar sometido a tanto control y a tanta incertidumbre y a un calendario muy cargado". "Saber que vamos a tener al menos una parte de la afición con nosotros desde el principio nos debe servir de motivación. Yo soy un jugador que suelo conectar con la grada y tengo mil ganas de ver cómo va a estar Miribilla", aseguró.
Los hombres de negro están ya metidos en pleno fragor de la pretemporada, con exigentes sesiones, mientras los jugadores van sumándose poco a poco al trabajo. De los nuevos solo falta por incorporarse Jeff Withey. El pívot estadounidense que sigue en su país a la espera de superar las pruebas tras haber dado positivo en covid a principio de mes. En su lugar, ha llegado para ayudar en la preparación el croata Mario Delas, que ya coincidió con Rafa Luz en el Obradoiro. El dominicano Ángel Delgado está desde el miércoles en Bilbao y Andrew Goudelock, el fichaje estelar para el juego exterior, aterrizó ayer jueves. Ludde Hakanson se encuentra con su selección para las previas de la clasificación para la Copa del Mundo y no llegará a Bilbao hasta la última semana de agosto.